LA VELA PUERCA EN LA PLATA: DESTILANDO MAGIA

Con entradas agotadas, la banda uruguaya hizo pie en el estadio Atenas para presentar Destilar, su última placa, y desató una fiesta de principio a fin. Repiten esta noche.


Una crónica de Gonzalo Ciampa
Fotografías de Gabriela Farfán Borda


A poco menos de dos años de su último concierto en este mismo estadio, los uruguayos retornaron con nuevo disco bajo el brazo y preparados para ofrecer una presentación especial como parte de la gira Destilar, que hizo su debut en Córdoba (misma ciudad donde se grabó la nueva producción), pasó por Uruguay el pasado fin de semana y anoche cayó en La Plata con entradas agotadas y un recinto colmado.

La previa con globos y arenga fiestera marcó el tiempo de espera hasta que el riff ganchero de “Velamen” explotó poco antes de las 22. Con una gran pantalla de fondo que construyó diversos climas a través de sus videos y un acertado juego de luces, La Vela Puerca presentó una producción a la altura de su historia. “Atala”, “La nube” -con su correspondiente video de fondo- y “Casi todo” cerraron el primer bloque, mostrando a una banda sólida y profesional por donde se la mire, que craneó el show en base a una puesta íntegra de su nuevo trabajo, pero segmentada y entrelazada con clásicos inoxidables.

Los uruguayos no se guardaron nada de todo lo nuevo y la gente lo celebró durante las casi dos horas que duró el espectáculo. No son muchas las bandas que eligen encarar en vivo una nueva producción de forma completa. Ellos pisan fuerte su propio presente y miran hacia adelante, pero también se retrotraen para darle versatilidad al concierto. “¿Seguimos o qué?”, lanzó Sebastián “Enano” Teysera luego del saludo inicial, para luego arremeter con “Sin avisar” y “Se despierta”, entre otros temas, con un campo saltando de punta a punta y conectando con la banda en una muestra de reciprocidad exquisita.

Retornaron a Destilar y cerraron la segunda parte con “De negro y rojo”, con Sebastián “Cebolla” Cebreiro en la voz principal; luego se pasearon por El impulso con “Neutro” y “El señor”. Un ida y vuelta en todas sus etapas le otorgó flexibilidad a un show cargado de fuerza y emoción, como el tiempo vivido durante “La luna de Neuquén”, donde cientos de celulares en alto ofrecieron un marco distinto para un instante calmo, sensible. El segmento de nuevas composiciones cesó, al igual que en el CD, con “De la mano” y “Aprendiz”, exhibiendo a una banda disruptiva en cuanto a presentaciones nuevas refiere. Antes de los bises, clásicos: “Va a escampar” y “El profeta”, en el clímax de la noche, marcando un punto y aparte dentro de una puesta eficaz que supo manejar los tiempos y permitió acomodar lo nuevo con lo viejo. En esa mezcla sutil y certera, los seguidores aportan su fiesta y denotan felicidad. “Hay una que no puede faltar, que nos abrió muchísimos caminos”, deslizó el Enano, inaugurando la recta final con “Zafar”. En el último tramo cobró protagonismo A contraluz, aquel trabajo “bisagra” de 2004, que les dio un empujón más y los asentó como una de las agrupaciones más grandes de Uruguay y más importantes de Latinoamérica.

“Haciéndose pasar por luz” y “Llenos de magia”, con la fuerte impronta de los vientos y el poder musical en su mejor expresión, dieron por terminada una noche explosiva que rubricó el buen momento que vive La Vela Puerca, una banda que apuesta a todo y sale victoriosa, y que esta noche volverá a pisar las tablas del estadio Atenas para continuar destilando su magia musical.


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