AMAZON: Crítica de «Brittany Runs A Marathon»

Por Damián Aspeleiter


El argumento de esta comedia es sencillo: Brittany es una mujer que lleva una vida poco saludable y que decide correr debido a que es el único ejercicio que puede costear. Al mismo tiempo para afirmar  su cambio positivo se pone como objetivo correr el maratón de New York y llegar hasta la meta. Una vez que leemos la sinopsis comenzamos a imaginarnos el final épico con música pop que suena de fondo mientras los personajes principales se abrazan y lloran bajo la lluvia. Un cliché.

Nos encontramos  frente a un comedia que al principio es incómoda por lo moralizante, con un sesgo gordo fóbico y crítico hacia las mujeres que viven su vida sin inhibiciones. Brittany es gorda, no cuida su dieta ni hace ejercicios. Además tiende a enrollarse  en relaciones casuales y su autoestima  esta por el piso. Eso nos presenta la película al comienzo. También nos muestra una mujer que vive una relación tóxica con su mejor amiga quien al ser dueña de una belleza hegemónica utiliza a Brittany como contraste, exponiendo sus defectos. En definitiva Brittany  es una mujer deprimida  que hace un trabajo que no le gusta, que no se siente querida y que está a punto de tocar fondo, su depresión se intensifica cuando se da cuenta que su estilo de vida está deteriorando su cuerpo. 

 La película, de alguna manera, toma vuelo cuando la protagonista comienza a intentar salir de su pozo depresivo por medio del ejercicio y relacionarse con gente de otros ámbitos, es decir mejora cuando se vuelve un libro de autoayuda y superación que destruye al personaje  protagonista que en un comienzo era odioso, tóxico y sin  carisma para construir un personaje odioso, sin carisma pero que hace vida sana.

 El segundo acto de la película además de destruir o deconstruir a la protagonista cae en el cliché de la comedia romántica  y el típico ida y vuelta innecesario entre dos personas que a las claras se gustan, se comprenden y se atraen pero que prefieren actuar como adolescentes negando esta química.

Básicamente nos encontramos con un producto sospechosamente parecido a la película de 2007 corre gordo, corre (run, fat boy, run) solo que con motivaciones diferentes, un guion menos trabajado, personajes menos encantadores y una protagonista que de ninguna manera tiene el carisma y el atractivo de Simón Pegg. Con respecto a la protagonista el gran defecto de la película es que la actriz no parece cómoda en ese registro. No es ella, Jillian Bell no es una actriz que haya logrado notoriedad haciendo personajes inseguros o que se quiebran, todo lo contrario sus personajes suelen estar conformes consigo, orgullosos de ser cretinos y odiosos. No es cómodo ver a esta actriz atrapada en un personaje autocompasivo y débil. Sobre todo si esa debilidad es lo que determina el ritmo y la construcción de la narración.

El director Paul Downs Colaizzo no toma ninguna decisión sobre cómo construir la historia y sigue al pie de la letra el manual de la comedia sin alterar para nada su ritmo y sin introducir ninguna innovación o apuesta  visual pero sobre esto debo aclarar que la sencillez y lo genérico de la construcción narrativa de la película esta no deja de ser correcta a pesar de lo olvidable y poco trascendente de lo que cuenta.  

5 de 10

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