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CINE: Crítica de «El Camino de Santiago»

Por Nadia Ferreira

La sentida carta de Sergio Maldonado a su hermano e imágenes sobre la infame conquista del desierto son el marco inicial a este documental que reconstruye “El camino de Santiago”, título elegido por el director.

Tristan Bauer es quien lleva adelante esta obra, director también de la multipremiada “Iluminados por el fuego” una película que quedó en nuestros registros por su sensibilidad a la hora de contar una historia intimista sobre las vivencias de un ex combatientes de Malvinas.
En “El camino de Santiago” Bauer nos lleva por un recorrido intenso, vertiginoso y con momentos profundos que invitan a la reflexión, a pensar en el ¿Por qué? y cómo sucedió…

Hilos conectores muy finos entrelazan las historias del poder influyentes en la sangrienta conquista del desierto y quienes hoy están al frente político del país. Dejando al descubierto la operatoria de las políticas neoliberales.

Con una combinación casi milimétrica entre grandes registros de la represión a manos de fuerzas armadas junto con potentes imágenes de Santiago en varios estadios de su vida, acercando sus intereses, sus inspiraciones, como por ejemplo escritos de puño y letra en un cuaderno, o sus tareas como tatuador o las palabras de Verónica Heredia (abogada de la familia Maldonado) y declaraciones de la madre de Santiago nos envuelve en una atmosfera íntima, logran como resultado conmover en varios pasajes del documental.

El relato en off preciso, intenso y firme del actor Dario Grandinetti nos adentra en el film generando un clima de gran atención sin llegar a una solemnidad acartonada, por el contrario, la misma funciona como una pieza fundamental en el engranaje de la historia, nos conecta con el desarrollo del cuidado guión de Omar Quiroga y Florencia Kirchner basado en la investigación del periodista y escritor Juan Alonso.

Entre varios puntos a destacar se encuentran las declaraciones de representantes de la comunidad mapuche, la contundencia de sus palabras sin victimizarse y dejando bien en claro la actual situación de persecución y despejo que sufren los pueblos originarios (especialmente el pueblo Mapuche) en manos de magnates de la talla de Luciano Benetton, que por ejemplo posee 900 mil hectáreas en la Patagonia (“44 veces el tamaño de la ciudad de Buenos Aires).

La investigación periodística nos lleva tanto a reconstrucción histórica social y política recorriendo los hechos acontecidos entre el 31 de agosto y el 17 de octubre de 2017, “En el país de los 30.000 desaparecidos una nueva desaparición hace eco” y suena muy fuerte en cada una de las marchas todas ellas multitudinarias, no se callaría ninguna voz, ningún reclamo mas allá de la idea de instaurar (nuevamente) la teoría de los dos demonios por el gobierno de turno acompañado de una fuerte manipulación mediática.

Una mención especial merece la delicada dirección de fotografía, de Manuel Fernández y Diego Belaunzaran obteniendo un descanso visual entre los momentos mas vertiginosos y angustiantes del documental y las impactantes tomas aéreas de la Patagonia, contextualizando cada uno de los relatos haciendo una unión entre entre el escenario y lo que se quiere contar. La música de Leon Gieco acompaña sutilmente, reforzando varios pasajes de la película.

El armado de un documental se trata de juntar varias piezas, como un gran rompecabezas, donde el objetivo es que cada una de sus partes sirvan en función a que tenga un sentido el mensaje a transmitir, sin dudas Bauer logro el equilibrio entre la belleza visual e importancia del mensaje que lleva el largometraje.


Ficha técnica:
Dirección: Tristan Bauer
Guión: Omar Quiroga y Florencia Kirchner
Dirección de fotografía: Manuel Fernández y Diego Belaunzaran.
Voz en Off: Darío Grandinetti
Tema original: “Las ausencias” Leon Gieco.
Duración: 86 Minutos.

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