Por Lucas Manuel Rodriguez
Luis Brandoni interpreta a Rodolfo, un obstetra retirado de su profesión durante plena ebullición de innovaciones tecnológicas que, según él, le impiden hacer las cosas a su manera. Aún así, por sus comportamientos, queda claro que es un ávido tecnócrata analógico, solo que se niega a incorporar las novedades propias de internet porque “se puede vivir sin eso”.
Rodolfo, también viudo, se encuentra con la posibilidad de agudizar ciertos aspectos de cotidianidad, que había anulado con excesos de horarios laborales. Tiene ahora más tiempo para pasar con su descuidado amigo Ignacio (Gabriel Goity) y con Laura (Nancy Dupláa), su desatendida hija que se dedica a componer y tocar un género musical que escapa por completo del entendimiento de su padre. A todo esto, Yanina, el ama de casa de Rodolfo, deja su hijo Diego al cuidado de su patrón para cuidar a su madre enferma en Santiago del Estero, mientras que la familia del médico jubilado, y su amiga ex-jueza que lo ama en -no tan- secreto (Soledad Silveyra), le aconsejan que no sea tan confiado y tome las medidas legales necesarias respecto a tal inesperado asunto.
A estas alturas es pertinente preguntarnos si ‘El Retiro’ es una película divertida. Lo es, absolutamente. Sin embargo, sus partes narrativas no son solidarias entre sí. Llega a construir grandes momentos de química entre Brandoni y el joven Marcos Da Cruz (Diego), pero la interacción con otros personajes suele incorporarse para fabricar conflictos dramáticos poco sutiles, al punto de que algunos de ellos toman decisiones que no terminan de confluir con los climas que se venían elaborando: todo por el mero acto de imponer desdichas y mensajes por sobre el humor y la trama.
Este film, escrito y dirigido por Ricardo Díaz Iacoponi, no es para nada repudiable ni todo lo contrario a recomendable. Sobre todo porque cuenta con un desenlace notablemente satisfactorio, pero hay decisiones en su continuidad que no terminan de beneficiar lo que podría haber sido una sátira redonda sobre las desventuras de un protagonista como Rodolfo, algo que la película intenta saborear de a ratos y le cuesta balancear cuando quiere ponerse seria y sentimental.
5 de 10