CINE: Crítica de «PRESIDENTE BAJO FUEGO»

Por Damian Aspeleiter


Angel has fallen/ Presidente bajo fuego es la tercer parte de las aventuras del agente Mike Banning sucesora de Olimpo bajo fuego y  Londres bajo fuego; en esta ocasión esta dirigida por Ric Román Waugh, con guion de  Robert Mark y  Matt cook y una duración de 121 minutos. 


El agente del servicio secreto de Estados unidos Nick Banning (Gerard Butler)  llega en su tercer película como guardaespaldas del primer mandatario de la potencia. El gran cambio en la trama es que el presidente ya no es Benjamin Asher ( quien fuera interpretado por Aaron Eckhart) sino el ex secretario de estado Allan Trumbull ( nada menos que Morgan Freeman). Encontramos a un Banning cansado, al borde del retiro y desbordado por la posibilidad de un ascenso que no quiere. Banning en esta ocasión está en una fuerte disyuntiva entre su vida familiar y su trabajo al mismo tiempo que está sufriendo serias molestias físicas, es decir viejo y acabado para su profesión.

El drama en esta ocasión se presenta ante la seria posibilidad de lograr la paz mundial (la cual solo es posible si EE.UU. quiere porque ellos son los buenos) ya que el muy bueno del presidente Trumbull decide retirar las tropas estadounidenses  del exterior, reducir el armamento de destrucción masiva y cerrar todos los contratos privados  de defensa en el exterior. La cuestión es que a los empresarios armamentistas no les gusta esta medida y deciden tomar cartas en el asunto matando al presidente, culpando  a los rusos y colocando un títere en la casa blanca e iniciando la tercera guerra mundial de paso. El problema es que ellos no cuentan con que Banning es casi indestructible y más leal que un perro boxer por lo cual deciden culparlo del atentado; obligándole a huir para probar su inocencia, curar por imposición de manos al presidente, intentar salvar el mundo, la libertad y el estilo de vida americano. 

La película hace, tal vez sin querer, una crítica al capitalismo y su necesidad de reproducir un constante consumo de productos solo que en este film los  producto son armas, soldados y torturadores y las condiciones de consumo  son el avance imperialista,  la guerra, la paranoia y la constante tensión entre potencias.

Tal vez el gran aporte de esta película es algo que tal vez para el estadounidense promedio es toda una novedad: que la guerra es un gran negocio para empresarios estadounidenses y que para mantener la rentabilidad del mismo  se deben crear enemigos externos. Mientras en las dos presentaciones anteriores los enemigos venían de Corea y Oriente  medio, queriendo hacernos creer que el tener la bandera de las barras y estrellas da patente de bueno en esta película viene de adentro y crea situaciones de conflictividad para beneficiarse.

El director Ric Roman Waugh tuvo la posibilidad de dirigir otra secuela del agente Nick Banning pero se dio cuenta que era una fórmula repetida y decidió ser original copiando a «El fugitivo». El segundo acto de la película gira en torno a la fuga de Banning y su búsqueda de limpiar su nombre al mismo tiempo que se produce a nivel geopolítico un cambio que solo él puede esclarecer.

Si hay algo que puede caracterizar a esta trilogía es el ritmo y el buen relato, que avanza sin baches narrativos, la clave para disfrutar esta película es no trabarse en los agujeros de guión y seguir el relato. Es una película entretenida y sin pretensiones  que a pesar de sus limitaciones es la mejor de la trilogía ya que rompe con la repetición de argumentos que plantean las anteriores. 

6 de 10


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