CINE: Crítica de «Unidad XV»


Por Ailín Escola


Imposible no enamorarse de Unidad XV. Un film concreto y completo. El director, Martín Desalvo, nos muestra una mirada particular sobre un hecho de la historia argentina. El escape de John William Cooke, Héctor Campora,  Guillermo Patricio Kelly y Jorge Antonio, entre otros dirigentes peronistas de los sectores más variados de dicha corriente. Estos huyen de una cárcel de media seguridad de Rio Gallegos. 

Un relato épico en cuanto se lo intelectualiza y que solo en algunas escenas se plasma explícitamente en el film. Es una mezcla de la cotidianidad de los personajes en la cárcel, actividad física, comidas y tareas de limpieza, con diálogos muy sutiles y hasta inocentes o de un romanticismo que no sé cuanta correspondencia tendrá con los hechos ocurridos. ¿Importa? yo creo que si fuese un documental sí, pero imposible exigir veracidad (si es que existe) cuando lo que se va a ver es una ficción.

Logra empatía con los personajes y hasta emociona. Deja lugar para repensar y repensarse en una actualidad dónde los procedimientos tienen las mismas estructuras de acusaciones y operaciones mediáticas, llevando la opinión pública a corresponder con los intereses de una clase con concentración de riquezas y poner así al pueblo en contra del propio pueblo. También en estos diálogos donde bien se evidencia la ideología de cada uno, da espacio para los quiebres y matices dentro de la misma coyuntura política y es por allí que se puede  escurrir el »enemigo». 

Los planos parecen tomas fotográficas. La fotografía ambienta esos planos y aporta dramatismo al relato que arma excelentemente los climax y momentos de tensión. Si bien el final ya se sabe desde que entramos en la sala, es imposible no ponerse nervioso o tenso en los momentos claves. El guión funciona de pie a cabeza, los protagonistas hermosamente marcados, los y la ayudante, los antagonistas y los pequeños giros en la historia hacen que el relato, amen de representar hechos reales, tenga buenos tiempos y cierre.

Los actores se lucen como de costumbre, con buenas interpretaciones que hacen redescubrir a los personajes históricos. Es clave, y un guiño a estos tiempos que corremos que el auto en el que escapan estos participes de la historia argentina lo maneje una mujer. Y el ayudante fundamental, dentro de la cárcel, sea un trabajador oprimido y destituido de sus derechos como tal, al cual Hector Cámpora hace ver »El cambio» en su actividad laboral. El director y guionista hacen un aporte fundamental y directo a nuestros inconscientes. El film es un abrazo de palabras que lleva al espectador a un sueño de liberación que, lamentablemente hoy, no es realidad.


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