Crítica: ROCK OF AGES

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Por Arturo LeBranca


Rock of Ages realizó una última función efervescente de fanáticos que los acompañaron en esta temporada. Un show peculiar, cargado de canciones emblemáticas que rasgaron una época y volvieron a soltarse en modas vintage.

Son indiscutibles las performances que lleva a cuesta el cancionero, plagado de espectacularidad siendo representado por un frente artístico que hace honor al rock e intenta representar una historia cerrada. Sherrie (Micaela Racana) quiere ser actriz y Drew (Federico Coates), una estrella de Rock. Son reunidos en un legendario club de Los Ángeles comandado por Dennis Dupree (Cae), quien es amenazado por empresarios alemanes que pretenden demoler el club para fines corporativos. El cuento puede pasar desapercibido, al mismo nivel que la película.

Es un musical con renombre, pero hay algo en su concepción que no termina de ser efectivo. Quizás sea el resultado de tener artistas que superan a la obra. La calidad artística que ofrece la versión nacional es sobrehumana, lo que demuestra que es posible tener una línea narrativa simple, o desprovista de cimiento argumental, donde el engranaje vocal, los bailarines, la banda en vivo y la técnica pueden sobrepasar ampliamente una idea norteamericana. Sin lugar a dudas, guarda una carga machista que atenta contra lo que vemos, y eso crispa a cualquier ser sensible que lo ve. Lejos está la posibilidad de adaptar ese universo anglosajón; y es una de las presiones que tienen a la hora de sostener esa dura decisión corporativa de prohibir la traducción de las letras.

Quizás sea la idea (innecesaria) de resguardar el misticismo o un capricho fronterizo de trasladar la cultura. Lo cierto es que esta decisión resta puntos porque anula la identificación. Anula la posibilidad de que la línea narrativa expanda las historias, los personajes y sea una representación propia. Es una idea cerrada que como producción nacional deben respetar.

Fuera de este universo de prohibición, hay grandes oportunidades para varios de los artistas que forman parte de este quipo. Matias Mayer tiene la oportunidad de lucirse continuamente con un personaje grotesco que nada tiene que ver con sus antiguos trabajos. Es uno de los nuevos jóvenes artistas con una gran versatilidad en su composición. Federico Coates tiene su merecido protagónico después del increíble Riff Raff en The Rocky Horror Show, demuestra simpatía y un nivel vocal que se supera en cada trabajo. Cae viene a desplegar ese sex appeal ochentoso que lo convierte en un rocklover, y la fascinante Melania Lenoir asume su poder de figura en un personaje pequeño. Micaela Racana aparece como la gran oportunidad de este espectáculo. Cumple satisfactoriamente con su personaje donde el equilibrio es su parte fundamental.

El equipo que lleva adelante esta pelea es de jóvenes profesionales con intensas ganas. Eso es lo meritorio de una puesta que sufre condicionamientos y estructuras difíciles de romper. Hacen su propia versión del rock, un género singular pero siempre efectivo a los fanáticos de la música.


Rock of Ages – Temporada 2017
Teatro Maipo
Esmeralda 443 | CABA | Buenos Aires


 

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