DOCUMENTAL: Crítica de «UNA DE NOSOTRAS»

Por Marcelo Cafferata

“Esta mujer no es mi madre, no es mi abuela, no es mi amiga y la conozco desde hace muy poco tiempo. Pero es mujer, es uruguaya y es de izquierda y por eso, su historia, también es la mía.

Soledad Castro Lazaroff arranca este documental con esta frase que puede parecer demasiado simple, pero para cualquier espectador de documentales marca una fuerte diferencia y una toma de posición frente a su trabajo.

Desde hace un tiempo, aparecen, sobre todo en la pantalla nacional y ante la falta absoluta de apoyo desde el estado para la producción cinematográfica, documentales que se estructuran desde recursos presupuestarios muy simples. De esta forma la llamada “novela familiar” empezó a tomar una inusitada preponderancia constituyéndose casi en un subgénero en sí mismo.

Si bien muchos realizadores y realizadoras han encontrado en los objetos de su pasado, la punta del ovillo para comenzar a narrar una historia, fueron muy pocos los que realmente encontraron una historia tan potente que pudiese trascender la mera mirada introspectiva a la propia historia familiar y que lo que se pretendía contar saliera desde su ombligo a un mundo exterior más vasto donde ese relato pudiese hablar no sólo en un contexto individual sino ir de lo particular a lo general y poder reflejar una historia que trascendiese ese descubrimiento dentro de una caja de fotos o cuando se encontraron unas cintas de video.

Obviamente que de acuerdo a cada uno de los trabajos propuestos en cada documental, abrir esos objetos tan entrañables puede esconder una gran historia pero en muchos de los casos, este retrato familiar, contenía sólo un pequeño significado catártico y endógeno para quien lo filmaba sin que reverberase en absoluto en algo mucho más amplio.

Soledad Castro Lazaroff arranca entonces, inteligentemente despegándose de toda ese grupo de trabajos, con la doble intención no sólo de subrayar que hay una figura más fuerte que la de ella misma para descubrir, sino que además logra darle relevancia al retrato de Belela Herrera y dejar que su figura vaya invadiendo la pantalla, con pequeñas intervenciones de la voz en off de forma tal que su ojo está en la cámara pero su presencia como directora no se hace explícita ni busca el relato en primera persona.

Esto hace que “UNA DE NOSOTRAS” pueda darle la merecida relevancia a la historia de esta mujer yendo más allá del retrato con una mirada amorosa e intimista -que la directora logra con mucha emotividad-, para seguir los pasos de una incansable militante que ha tomado riesgos por sus ideales y conocer su trayectoria es sinceramente admirable.

La propia directora menciona que en Chile, los nietos de Belela cuentan que mucha gente los ha parado en la calle para decirles: “A mí tu abuela me salvó la vida”.

Es que Maria Bernabela Herrera Sanguinetti, “Belela”, tiene la particularidad de esas vidas que no pueden definirse de una única forma.

Madre de cinco hijos y abuela de doce nietos, casada en aquellos tiempos donde la mujer llegaba virgen al matrimonio –uno de los momentos más deliciosos e íntimos del film relatados en una sagaz primera persona con su lucidez e inteligencia únicas- podría ser una manera de definirla. Pero es también quien ha trabajado para el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados, la misma que ha sido Subdirectora de Derechos Humanos en una misión de Naciones Unidas en El Salvador, con otras misiones en Sudáfrica, Haití y mismo en Uruguay y por sobre todo, en un muy recordado paso por Chile.

La directora la recorre silenciosamente en cada una de estas facetas: Belela es cada una y todas ellas al mismo tiempo y obviamente, la más impactante será la que recorra aquellas anécdotas de lo sucedido con su sencillo Fiat 600 cuyo baúl oficiaba de asilo político a todos aquellos que estuviesen viviendo en peligro y necesitasen de su ayuda frente a las voraces persecuciones de la dictadura chilena.

Y ahí, esa frase que orgullosamente escuchan sus nietos por las calles, cobra total sentido y plena vigencia de aquel trabajo silencioso, completamente desinteresado y contrario a lo esperado en su posición y clase social: una mujer que toma las riendas de su vida (privada y pública) y se compromete intensamente con la realidad de esa América Latina que le tocó vivir.

La mirada de Castro Lazaroff y el ojo de su cámara la describe, la entrevista, la acompaña y sólo en algunos momentos breves y necesarios la directora aporta su voz en off con algunas sensaciones de este recorrido que, en muchos casos, descubre al mismo tiempo que lo comparte con nosotros como espectadores.

Generosamente cede el protagonismo de su documental a quien realmente debe tenerlo: la magnética figura de una mujer que ha luchado por estos fuertes ideales en épocas de oscurantismo, desapariciones y torturas. Momentos en los que a Belela, no le tembló el pulso para extender su mano, y ayudar… y salvar vidas.

“UNA DE NOSOTRAS” es su valioso retrato, un pequeño homenaje y la posibilidad de que quienes no la conocíamos, sepamos de su historia y su lucha de casi 20 años a favor de los refugiados, de quienes corren peligro y hoy con su vitalidad intacta -que esconde detrás de sus más de 90 años- sigue abogando por los derechos de la mujer, la democracia y la memoria.

De esos pequeños documentales absolutamente imperdibles.

8.5 de 10

“UNA DE NOSOTRAS” tiene previstas funciones el domingo 03/11 y martes 05/11 en el Espacio LA MASCARA (Piedras 736, CABA)


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