Buenos Aires siempre guarda secretos deliciosos, y uno de ellos se encuentra en el corazón del barrio de Abasto. Se trata de OI, un restaurante que combina lo mejor de la cocina asiática con una estética moderna y minimalista que invita a quedarse.
Abierto hace poco más de un año, OI rápidamente se ganó el corazón (y el paladar) de quienes buscan sabores distintos. Ale, uno de los responsables del local, nos contó cómo el proyecto creció a paso firme y hoy ya piensan en abrir una nueva sucursal. El éxito no es casualidad: acá hay dedicación, creatividad, un gran equipo y mucho sabor.
Una carta que invita a explorar Asia
La propuesta gastronómica es una auténtica oda a la cocina asiática, con platos que combinan tradición y originalidad. Para el almuerzo, uno de los hits indiscutidos es el pollo frito: crocante por fuera, jugoso por dentro y marinado con especias orientales. Una delicia que se vuelve adictiva.
Otra estrella de la casa es la hamburguesa dulce de pollo, preparada con una sabrosa salsa teriyaki que sorprende desde el primer bocado. Una combinación poco común, pero ejecutada con profesionalismo y amor.
En su menú también se destacan opciones vegetarianas como el roll de arroz morado, relleno de pepino, lechuga y huevo marinado en salsa de soja. Un plato equilibrado, fresco y lleno de sabor.
Bebidas que no se consiguen en otro lado
OI también brilla con sus bebidas, especialmente el bubble tea, un clásico taiwanés que aquí se reinventa en versiones irresistibles ¿Nuestro favorito? El de mango, aunque el de puré de taro también da que hablar. Hay 16 sabores para elegir, todos preparados con ingredientes de calidad.
Postres: una experiencia en sí misma
Si hay algo que convierte a OI en un lugar único, es su propuesta de pastelería asiática. Los postres son visualmente impactantes y pensados para sorprender.
- El cheesecake japonés, esponjoso y delicado como una nube, se lleva todos los aplausos.
- La torta crepe de matcha, con crema casera, conquista a primera vista y aún más al probarla.
- El roll tigre, con bizcochuelo de vainilla en dos texturas, es tan bello como sabroso.
- Para los más atrevidos, la torta de carne deshidratada con crema ofrece un agridulce sofisticado que desafía al paladar y despierta los sentidos.
Hay muchísimas más opciones por descubrir. Animate a explorar OI y convertilo, como nosotros, en un lugar al que siempre vas a querer volver.
Una experiencia que deja huella
OI no es solo un restaurante, es una experiencia sensorial. Ideal para almorzar, merendar o simplemente disfrutar de un buen té con pastelería asiática en un entorno cálido y bien pensado.
Si todavía no lo conocés, este es el momento.
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Amo esos te!!!