TEATRO: Crítica de «EL ADULADOR»

Por Sergio Héctor Misuraca

Si Carlo Goldoni estuviera vivo hubiese adulado esta adaptación, aunque se hubiera preguntado qué hicieron con la comedia. Y es que la propuesta de Luciano Suardi ha elegido la versión original que el propio Goldoni no presentó por significar una fisura con la comedia de su época.

Si de algo estoy seguro es que Carlo Goldoni ( 1717-1793) es el autor más importante de la comedia del arte italiana, que solo puede ser comparada con la dramaturgia insuperable del francés Jean Baptise Poquelin, alias Molière. Su espíritu crítico pone en relieve en esta obra las miserias más profundas de la aristocracia corrupta y superficial que hoy sigue representada por la clase política actual.

Es la primera vez que se estrena este texto en Argentina y eso de alguna manera se nota porque no ha pasado por el tamiz de otras interpretaciones ni el ojo clínico de directores especialistas en el género. Quizá por eso las fisuras que se contemplan son mucho más que la que el propio Goldoni pudo observar en su propia obra.

Hay muchos aciertos, sin embargo, que prefiero destacar en primer lugar. La puesta es de altísima calidad. La excelente escenografía móvil a la que el complejo teatral Buenos Aires nos tiene acostumbrado, se luce con la intervención barroca y precisa a cargo de Rodrigo González Garrillo. Cada detalle nos hace viajar en el tiempo y sumergirnos en el palacio de gobierno de Don Sancio.

Una innovación interesante es la de Betiana Temkin, la diseñadora de vestuario que muestra a la mujer aristócrata con vestidos y colores extemporáneos más cercanos a la actualidad.

Todo parece preparado para contextualizar un clásico que lamentablemente oscila durante toda la obra entre el talento y la desincronización. Talento porque Noralih Gago en el papel de Doña Luisa, es la Concha del Río que todos conocemos y nos hace reír con un personaje envidioso y superficial que mantiene ritmo y que arrasa con su presencia escénica. También Guillermo Arengo, en el papel del gobernador, Don Sancio, parece sacado directamente del teatro Goldoni de Venecia, interpretando muy bien este político holgazán, que nunca se preocupa por hacer su trabajo y prefiere delegar todas sus decisiones en el secretario. Y si bien Alejandro Awada, Don Segismundo, el adulador secretario, es un excelente actor, marca la primera desincronización de la obra, ya que su cadencia pertenece más a la del actor dramático que al de la comedia. Y es tal vez la decisión del director que no termina de definir si la historia que desea contar lo hará al ritmo de la comedia del arte o a la del melodrama shakeasperiano la que permite que exista además un bufón, que en la comedia viene a decirnos todo lo políticamente incorrecto, a burlarse de la autoridad y reflejar la realidad que nos duele, en un tono que no encaja con el género y convierte la escena en un momento oscuro sin ritmo y repleta de silencios.

La comedia del arte es junto a la tragedia griega, de los géneros más difíciles de sobrellevar porque exigen que los actores estén físicamente disponibles, con ritmo y gestualidad ilustrativa, que no pretende mostrar realismo sino una distorsión divertida para contar todo aquello que no podía contarse de ninguna otra manera.

Si pretendemos modificar los clásicos, empecemos por los textos, por el lugar en el que se coloca a la mujer frente a los hombres, pero contemos las historias desde el lugar que mejor funcionan, porque no es lo mismo agregarle humor al drama, que convertir en drama una comedia. Algo de esto pareciera suceder en “El Adulador”, y se justifica llegando a un final interesante en el que la comedia, representada ahora solo en el gobernante, empieza a desaparecer como el personaje empieza a deconstruirse en escena.


Ficha técnico artística

Autoría: Carlo Goldoni

Adaptación: Luciano Suardi

Traducción: Margarita García

Actúan:

María José Ardohain, Guillermo Arengo, Alejandro Awada, Renata Boldini, Fernando Contigiani Garcia, Fabiana Falcón, Tomás Fernández Castaño, Adriana Ferrer, Noralih Gago, Julia Garriz, Micaela Gaudino, Lisi Gay, Francisco Lumerman, Santiago Martín, Gisela Rebichini, María Florencia Zarate

Dirección: Luciano Suardi

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