TEATRO: Crítica de «EL CASAMIENTO»

Por Guadalupe Farina
Foto Natalia Gauna


El cuerpo en primer plano y un ritmo que no decae en ningún momento. Ese es el acierto clave de la puesta que Cintia Miraglia realiza de El casamiento, la obra más emblemática del polaco radicado en la Argentina, Witold Gombrowicz. Eso, y la clara conciencia de estar interpretando una farsa sin tan solo un viso de realismo en ninguna de las actuaciones, hacen que la obra que se presenta los domingos en El Extranjero sea una de las propuestas más interesantes del off.

El espacio vacío con una escenografía mínima que se amolda a los requerimientos de la historia construyen el espacio onírico en el que la farsa se desarrolla. Enrique (Mariano Bassi) vuelve (o sueña que vuelve) de la guerra junto con su amigo Pepe (Víctor Salvatore), pero ya nada es lo que era. Le cuesta reconocer y reconocerse. Como en un ensueño se aparecen sus padres y una antigua novia, pero en una realidad degradada, carente de lógica. El mundo como lo conocía parece haber sido arrasado. Sus padres (Hugo Dezillio y Mónica Driollet) ahora son taberneros y su novia una sirvienta.

El vacío existencial y la incertidumbre ante la devastación de la guerra es lo que Gombrowicz expresa en tono de farsa en la obra escrita en 1948. La forma de escapar a ese vacío que encuentra Enrique es casarse con su antigua prometida, María (María Colloca), aunque para poder oficiar la boda su progenitor deberá convertirse, en su imaginación febril, en rey. Allí se suceden una serie de intrigas palaciegas al estilo shakespereano, plagadas de traiciones.

En la puesta de Miraglia todos los elementos de la escena confluyen en la farsa. Las corporalidades adoptadas por los actores y sus modos de habla se alejan de lo cotidiano y entran en el registro de lo absurdo, al igual que las coreografías y canciones que surgen de un momento a otro y aportan escenas de una enorme belleza plástica. El vestuario, de algunas características clownescas, da cuenta de la degradación que atraviesa a estos personajes atrapados en el delirio sin sentido de un espacio / tiempo que confunde presente con pasado.

Por otra parte, es imprescindible destacar el enorme trabajo de composición actoral de todos y cada uno de los actores y actrices. Ese es otro de los grandes aciertos de esta versión de El casamiento que hace que el complejo texto de Gombrowicz sea mucho más fácilmente digerible.

En resumen, El casamiento es una de esas joyas que se encuentran en el off porteño, que interpela al espectador desde distintos lenguajes artísticos y que, indefectiblemente, lleva a reflexionar sobre la guerra y destrucción moral que ella genera.


El casamiento se presenta los domingos a las 20 horas en El Extranjero (Valentín Gómez 3378-CABA).

Ficha técnico artística
Dramaturgia: Witold Gombrowicz
Actúan: Mariano Bassi, Fabian Carrasco, María Colloca, Hugo Dezillio, Mónica Driollet, Víctor Salvatore y Luciano Sánchez
Vestuario: Cintia Miraglia
Escenografía: José Escobar
Iluminación: Cristian Domini
Música original: Daniel Quintas
Diseño gráfico: Clara Frías
Asistencia de dirección: Francisco Barceló
Prensa: Silvina Pizarro
Producción: Natalia Gauna
Supervisión Artística: Gabriel Guz
Dirección: Cintia Miraglia

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