TEATRO: Crítica de «Joey, el monstruo moreno»

Dirección y libro de Cecilia Bassano,  con la actuación de Román Martino; Paloma  Contreras, Santiago Armas Estevarenas, Lola Seglin.

Por Damian Aspeleiter


En el ciclo territorios familiares del Centro Cultural San Martín la autora Cecilia Bassano presenta en su debut como directora una historia sobre relaciones familiares protagonizada por dos sujetos abandonados que deben cuidarse mutuamente, un poco por la inmadurez del padre, José o Joey, y otro poco por la condición de niño de Pedro (Santiago Armas Estevarenas). 

La familia Ramos, integrada por padre e Hijo, vive en una rutina de abandono en la cual el niño debe criarse a sí mismo y cuidar  a su padre que vive fuera de la realidad. José o Joey  (Román Martino) es un músico obsesionado con musicalizar la caída de glaciar perito Moreno. 

La rutina de esta familia se rompe con el ingreso al círculo familiar de la maestra  (Paloma Contreras)  quien por razones propias de a poco se va uniendo y cambiando la dinámica familiar. El verdadero cambio se produce cuando Carla (Lola Seglin), una compañera de escuela de Pedro se une al grupo familiar trayendo consigo sus propios dramas. 

La obra nos cuenta la forma en los individuos pueden sanarse mutuamente y crear desde la comprensión su propia familia. Es una historia que al estar bien narrada no debe remarcar lo que quiere contar, todo está expuesto de forma justa, sin melodramas.

 En Joey, el Monstruo moreno, se utiliza el humor como forma de remarcar los dramas y las relaciones entre los personajes, a veces con repetición de formulas y otras con sorpresas, existe un trasfondo detrás de cada personaje y la obra nos va introduciendo en ellos.  Es una obra con ritmo y sin agujeros en el guión ni en la narrativa que se sostiene por esos atributos y por las buenas actuaciones. 

La obra nos habla de construirse desde cero, desde otro lugar y con otros  seres. Todos los personajes de alguna manera son personas que sufren el abandono y que tienen diferentes formas de sobrellevar ese trauma. Cuenta sobre duelos y las distintas formas de sobrellevarlos. La construcción de los personajes nos permite comprenderlos de manera íntima.

La puesta en escena completa el relato ya que por momentos la casa es un personaje más y reacciona  a las acciones que van sucediendo a los personajes,  dándole color a una obra que, desde la escenografía y el sonido, también nos dice mucho. Hay una estética que es familiar y no produce extrañeza y que por eso mismo nos permite empatizar con los personajes y su desarrollo.

Bassano en su ópera prima toca temas familiares para el común de la gente pero elige la comedia como una forma no de alivianar la carga de lo que se cuenta sino como una forma de hacerla amable para el espectador sin perder la carga dramática y la connotación de lo que se esta viendo.  Estamos frente a una comedia dramática equilibrada y muy bien construida desde la historia que quiere contar.

7 de 10


Ficha Técnica:

Autora: Cecilia Bassano
Elenco: Román Martino, Santiago Armas Estevarenas, Paloma Contreras, Lola Seglin, Lennon Acero, Jazmín Robles
Voz en off: Andrea Garrote
Dirección de actores: Alejandro Gigena y Cecilia Bassano
Asesoramiento coreográfico: Milagros Rondanelli y Ollantay Rojas
Música original: Román Martino
Diseño de Escenografía: Magali Acha
Asistente de escenografía: Lucía Garramuño
Meritoria de escenografía: Guadalupe Pabon
Diseño de iluminación: Matías Sendón
Vestuario y utileria: Soledad Haro de Estudio Paar
Diseño de sonido: Román Martino
Dirección general: Cecilia Bassano
Colaboración artística: Ariel Gurevich – Florencia Michalewicz
Producción :  Marina D´Lucca
Asistente de dirección: Jazmín Robles


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