TEATRO: Crítica de «Los últimos cinco años»

Por Sergio Héctor Misuraca


Cuando Jason Robert Brown compuso el musical “The Last five years” resultó ser un producto terapéutico para su traumática ruptura sentimental. La historia era tan cercana a su vida real que la ex mujer amenazó con hacerle acciones legales si no cambiaba la obra.

Más tarde el musical de Broadway tuvo su versión cinematográfica de Richard LaGravenese, protagonizados por Anna Kendrik y Jeremy Jordan.

La trama es un storytelling con el sentido cronológico inverso. La protagonista cuenta el final de la historia y a lo largo de la obra se va construyendo a partir de los recuerdos y los inicios de la relación entre Cathy, una actriz que no puede triunfar y Jamie, un escritor que ha conocido la fama muy joven y se ve comprometido cada vez más con su carrera.

Se trata pues de un drama musical sin final feliz. El amor no es una utopía ni el resultado de una lucha encarnecida entre dos amantes destinados a estar juntos ni nada parecido a las novelas rosas o las comedias románticas a las que estamos acostumbrados. Aquí el amor simplemente es aquello que no se puede sostener.

Ahora bien, plantear una historia así resulta interesante y va en el mismo sentido que la muy premiada película «La La land», pero cuando la puesta se convierte en dramática, termina siendo demasiado pesada de digerir. En este sentido, Cristián Aguilera no se atrevió a darle un giro diferente ni cuestionar tampoco el enfoque desde el cual fue escrito esta obra.

Más allá de los talentos vocales de Delfina Beltramone y sobre todo de Gastón Vietto, aunque con algunos vicios de modulación que por momentos se hace difícil de entenderlos, sus cuerpos no dicen nada. La obra carece de acciones concretas, de imágenes trascendentales, de poesía. Los protagonistas se plantan en el espacio, y con mínimas acciones, simplemente cantan una y otra vez. No hay diálogos más que cantados, hay musical pero no hay teatro. Tampoco hubo intención de incorporar el humor como recurso para cambiar el ritmo que se mantiene pesado y lento.

Brown contó su parte de la historia. Muestra un hombre sufriendo por su mujer porque lo envidia, porque no puede disfrutar con él sus logros, porque no puede ayudarla a triunfar. Y ella, llora, preguntándose cuándo podrá recuperarlo. Me pregunto cómo sería la historia si contáramos las consecuencias de las mujeres cuando son víctimas de los narcisistas. Será que tendremos que animarnos a deconstruir los textos y reversionarlos para no caer en la trampa de ser mensajeros de relatos. La versión argentina hasta el momento dista mucho de eso.


Ficha técnica
Actúan : Delfina Beltramone y Gastón Vietto
DIRECCIÓN: Christian Aguilera
AUTOR: Jason Robert Brown
DIRECCIÓN VOCAL: Sebastián Mazzoni
DIRECCION MUSICAL: Hernán Matorra
DISEÑO DE VESTUARIO: Veronica Crespi – Nayla Morales
DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Gustavo Nakamura
FOTOGRAFÍA: Nacho Lunadei
DISEÑO GRÁFICO: Maximiliano Martin
PRENSA Y DIFUSIÓN: WE Prensa
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Eduardo Estrella
PRODUCCIÓN GENERAL: Charly Durigoni


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