TEATRO: Reseña de «Lástima»


10/4/18


Por Guadalupe Farina
Fotos: Matías Fernandez


Entre el melodrama y el absurdo. Allí se ubica Lástima, una obra corta del dramaturgo, actor y director chileno Alexis Moreno que se presenta los viernes en Timbre 4. Adaptada por Jimena Aguilar y Felipe Rubio, el año pasado había formado parte del Proyecto Melancolía, un díptico que recogía dos textos del teatrista oriundo de Chile.

Marlon Brando González (Martín Urruty) decide dejar a su mujer, Clarisa (Mónica Acevedo), porque nunca pudo darle un hijo varón para que continúe el linaje del apellido. El matrimonio sólo tuvo a una niña (Victoria Casellas), rechazada, despreciada y maltratada por su padre y a quien ni siquiera le han puesto un nombre. Clarisa muere de amor por su esposo, pero éste ya tiene todo listo para partir con su amante. Eso es lo que se cuenta, con mucho humor y patetismo. Sin embargo, no hace falta ahondar demasiado para que el patriarcado y la violencia de género surjan como los ejes centrales sobre los que en ningún momento deja de girar la trama.

Con una puesta de luces oscura se resalta la angustia contenida en esa familia. Como si las dos mujeres padecieran Síndrome de Estocolmo, sufren por la pronta partida del opresor e intentan evitarlo. La más pequeña, incluso, lucha por su reconocimiento, ya no sólo como hija sino como persona.

La música en escena del piano de Jimena Aguilar subraya, por una parte, los momentos de mayor tensión y, por otra, juega a favor del melodrama. En esa línea melodramática se pude inscribir también el vestuario, caracterizado por una estética barroca que lo aleja del realismo y lo acerca al absurdo.

Es difícil trabajar con el barroquismo y que éste no se vuelva en contra en el sentido de saturar la escena de distintos signos teatrales. En esta puesta, dirigida por Felipe Rubio, eso afortunadamente no sucede. El exceso en la música, la iluminación y el diseño escenográfico construyen un combo interesante y tiene su razón de ser. Lo único a lo que no se le encuentra justificación y que si se prescindiera de ello no afectaría en nada al sistema creado son unas proyecciones que, además de atiborrar el espacio, no se vislumbran bien y terminan generando un ruido en el canal comunicacional.

Más allá de ese detalle, es destacable el trabajo actoral de los tres intérpretes, que logran montarse a la perfección en el absurdo, dejando de lado todo realismo. Por cuenta de Acevedo y Urruty corre con fuerza el melodrama. Casellas, por su parte, con un personaje que apela como recurso a una sutil animalización, se carga sobre sus espaldas la cuota de lo absurdo.

En resumen, Lástima es una interesante propuesta del off que elige abordar, desde el distanciamiento que propone el absurdo, temáticas que hoy por hoy están en la agenda pública. A partir del humor, se corroe la historia hasta el centro del conflicto, poniendo todos los recursos escénicos en función de la representación de lo que sucede en el interior de muchos hogares.



Lástima se presenta los viernes a las 22:30 horas en Timbre 4 (México 3554 – CABA).
Ficha técnico-artística
Dramaturgia: Alexis Moreno
Adaptación: Jimena Aguilar y Felipe Rubio
Actores: Mónica Acevedo, Victoria Casellas y Martín Urruty
Vestuario: Lucía Mesa y Tamara Romero
Iluminación: Felipe Rubio
Fotografía: Matías Fernández
Dirección: Felipe Rubio


 

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