16/7/18
Por Matias Casata
En una armoniosa sala del teatro El Estepario, nos encontramos con el living de la nueva casa de Rodolfo y Florencia. Lo vemos (Norberto Novellis) tirado, acomodando discos y libros, junto con otro personaje (Carlos Ocampo) que nos va contando lo que pasa y lo que piensa Rodolfo, como un guiño de la voz de Amelie.
La obra nos cuenta la historia de la pareja, ella es (Carolina Barrera) y con Rodolfo tienen una gran diferencia de edad. Se mudan a un departamento de Villa Crespo, y nos muestran como esa mudanza trae recuerdos del pasado, que quieren rebelarse, los recuerdos afloran. El conflicto está también en aquello que hay que llevar y qué dejar. Pasan los meses de esta convivencia, pero las cosas no mejoran, y un misterioso llamado telefónico, seguido de cosas extrañas que pasan en ese departamento, no ayuda tampoco.
Las actuaciones están muy bien, y ambos se lucen en escena, logran transmitir al público. Esta obra tiene humor, pero también momentos de tensión y reflexión, vale destacar la música y las luces que generan climas, como un juego de linternas muy bien realizado, que aporta a la historia.
Del concepto de mudanza salen ideas y sentimientos sobre la vida, la juventud y hasta la muerte. Una pieza para valorar el teatro independiente y las cosas hechas con amor y pasión. También se destaca el buen trato de la gente, que, incluso, ofrecen una copita antes de entrar a la sala, y eso también es un mimo que solo hacen algunos artistas.
Ficha técnica Artística
Autoría: Gustavo Moscona
Actúan: Carolina Barrera, Norberto Novelis, Carlos Ocampo.
Escenografía: Graciela Piresko
Diseño Gráfico: Graciela Piresko
Asistencia de dirección: Candelaria Garlik
Dirección: Gustavo Moscona