TEATRO: Reseña de ‘NOCHES BLANCAS’

Por David Ibarra


El pasado viernes 18 de julio de 2025, el Teatro Timbre 4 fue escenario de una inmersión íntima y conmovedora en la condición humana con Noches Blancas, adaptación de la obra de Fiódor Dostoievski, bajo la sensible y precisa dirección de Leo Di Nápoli. El drama nos sumerge en una atmósfera onírica donde la soledad, la fantasía y la búsqueda de conexión se entrelazan con la fugacidad del amor.

La trama gira en torno a un escritor solitario que, en un muelle de San Petersburgo, conoce a Nastenka, una mujer enigmática con la mirada perdida en las aguas oscuras del canal. Fascinado por su presencia, cree haber encontrado a su musa. Durante las famosas “noches blancas” comienzan a compartir confesiones y sueños. Sin embargo, los fantasmas del pasado de ella y la tendencia de Mario, «el Soñador», a confundir realidad con deseo, plantean una pregunta central: ¿puede un instante de felicidad verdadera compensar una vida de soledad?

Desde el inicio, Noches Blancas cautiva por su intensidad emocional y su delicada melancolía, que permanece con el espectador mucho después del apagón final.

Las actuaciones de Fidel Araujo (el Soñador) y Susana Giannone (Nastenka) son profundamente conmovedoras. Con enorme sensibilidad, ambos construyen personajes verosímiles y complejos, logrando transmitir con naturalidad tanto sus anhelos como sus fragilidades.

La dirección de Di Nápoli revela un trabajo minucioso, reflejado en una puesta en escena cuidada y evocadora. El uso del espacio íntimo de Timbre 4 potencia la cercanía emocional entre el público y los personajes. El ritmo es preciso: los 55 minutos de duración transcurren sin fisuras, con una cadencia que invita a la contemplación. La impecable dicción de los intérpretes contribuye de forma decisiva a la claridad del relato y a la inmersión en la historia.

Los recursos escénicos, utilizados con sobriedad y eficacia, acompañan el tono poético de la obra: una luna llena proyectada, una pasarela, un antiguo farol doble y un banco bastan para evocar un universo emocional completo. La iluminación y el sonido no solo acompañan, sino que realzan cada momento, funcionando como elementos narrativos por derecho propio. El uso del proyector para dividir la obra en capítulos es un recurso simple pero muy efectivo, que guía al espectador sin subrayar en exceso.

El vestuario resulta apropiado y refuerza con discreción la construcción de los personajes y la ambientación temporal.

En su núcleo, Noches Blancas explora con profundidad la soledad y la necesidad humana de conexión. El Soñador idealiza el amor a través de Nastenka, proyectando sobre ella un sueño que no siempre coincide con la realidad. La obra propone así una reflexión sobre el deseo, la idealización y la dolorosa incompatibilidad entre la fantasía y la vida concreta.

Noches Blancas es una experiencia teatral imperdible. Una propuesta que, lejos de recurrir a grandes artificios, confía en la potencia de la palabra, la emoción contenida y la honestidad de los vínculos. Recomiendo verla sin dudar: es una invitación a la introspección, a la ternura y a esa belleza agridulce que solo el buen teatro puede ofrecer.


México 3554 / Boedo 640 
Capital Federal –  Buenos Aires – Argentina
Web: http://www.timbre4.com
Viernes – 23:15 hs – Hasta el 25/07/2025

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