TEATRO: Tres formas de humor.

Por Marcelo Cafferata

DELIA
de Sebastián Suñé

★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ★ ½ ✩ ✩

Delia atraviesa la crisis de los treinta y pico. Justamente, la obra abre con una consulta psicológica en la que Delia deberá responder preguntas a cuatro analistas “a coro”. De esta forma, iremos conociendo algunos rasgos de su personalidad, pinceladas de su vida (algo) gris en donde todavía no encontrado un amor y sobre todo, el lugar complejo e incómodo que ocupa en su familia: es la típica hermana del medio, con una madre que no hace otra cosa que marcarle todas sus carencias. Delia atraviesa sus días como oficinista, sin mayores sobresaltos, pero, los cambios, suelen aparecer en el momento menos esperado.

Lo que daría para un relato agridulce sobre cómo pararse frente a la crueldad del mundo, ya pasados los treinta, y lidiar con múltiples “fracasos”, la brillante dramaturgia de Sebastián Suñé hace que “DELIA” sea una comedia en donde la sonrisa, la carcajada y el humor se haga presente en sus diferentes formas gracias a la mirada sumamente amorosa con la que aborda cada uno de sus personajes, todos rozando el filo de lo trágico, de lo patético, pero allí siempre está presente el humor para salvarlos.

Con un fino manejo de la ironía, la mordacidad y el sarcasmo, en diálogos de una velocidad perfecta, Suñé esconde, bajo estas capas de humor, una profunda búsqueda de la identidad, de ocupar un lugar, de aceptar lo transitado y vivir esa pulsión de cambio que hace que aparezca alguna luz donde todo parecía oscuro.

Leticia Siciliani tiene el pysique du rol exacto para “DELIA” y le imprime todos los matices de esta especie de anti heroína que parece escapada de alguna neurosis de Woody Allen.

Sus compañeras de oficina, personificadas por Karina Hernández y Fernanda Metilli tienen dos labores impresionantes: la difícil tarea de construir sus personajes al borde del grotesco, con situaciones disparatadas y ocurrentes contrapuntos en los diálogos, que ambas manejan con un timing perfecto. Con algunos pequeños cambios de vestuario, las mismas actrices serán las hermanas de Delia y ese desdoblamiento logra momentos realmente desopilantes.

Julián Infantino será el compañero de oficina de Delia que no se anima a hacerle una propuesta amorosa y Andrés Passeri, en el rol de la madre, entrega un trabajo absolutamente maravilloso.

Se luce una muy creativa escenografía de Los Escuderos y el diseño de vestuario de La Polilla para dar marco a un hermoso texto en donde con humor se puede ir sanando aquello que todavía duele, pero que busca acomodarse de otra manera, para hacernos más libres y más sanos.

DELIA – NÜN Teatro Bar (J. Ramirez de Velazco 419) – Lunes 21 horas

DÚO SOPORTE
de Javier Pomposiello

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Buenos Aires, plenos ´80 y principios de los ‘90. La escena under comenzaba a hacerse sentir y el Parakultural fue el templo de las más diversas expresiones artísticas. Música en vivo, artes plásticas y espectáculos de humor se fueron dando cita en este espacio que se convertiría en el ícono indiscutible de un movimiento absolutamente renovador dentro de nuestra cultura.

Gambas al Ajilo, Urdapilleta, Tortonese, Batato Barea, Carlos Belloso y Damián Dreizik (“Los Melli”) o Mariana Briski son algunas de las figuras emblemáticas que pasaron por el escenario de ese templo revolucionario del arte.

Allí, en un pequeño camarín del Parakultural, se encuentran La Popi y La Ernesto, esperando para salir a escena, en ese sótano plagado de sorpresas.

Repasan su rutina esperando que les toque su turno y, “entre cajas” van desgranando anécdotas y referencias a esa época dorada de la movida artística en la noche porteña.

El texto de Javier Pomposiello gana en esa emoción que se logra automáticamente en escena, de sólo volver a recordar ese momento tan importante dentro de la identidad teatral argentina. Pero Pomposiello apuesta a más, y mediante un artificio de la trama logra viajar en el tiempo y traer a La Popi y La Ernesto a nuestros días, planteando esa eterna reflexión de “todo tiempo pasado, fue mejor?”.

Ambos satirizan sobre política, el espectáculo, la sociedad, atravesados con esa crueldad del paso del tiempo -más de treinta años-, en un viaje absolutamente delirante, provocativo y audaz.

Se embarcan en esta aventura un genio absoluto del music hall como lo es el Sr. Omar Calicchio (de los más completos artistas del musical pasando por las obras de Hugo Midón, “Priscilla, la reina del desierto”, “Smoke”, “El violinista en el tejado”, “Ni con perros, ni con chicos” o los infantiles “Mi Perro López” o “La gran farándula”) que una vez más demuestra su ductilidad para la comedia, el musical y para lograr la emoción en el momento preciso, dando vida a la formidable Popi.

La Ernesto es Julián Pucheta (quien también cuenta con una extensa carrera en musicales como “Falsettos” “Vivitos y Coleando” o la experiencia de “The Hole”, con una química perfecta con Calicchio, con un especial contrapunto con personalidades y modos de abordaje de la comedia y con un juego corporal tan diferentes, pero tan ajustados, luciéndose en el genial medley con las propagandas ochentosas.

Si bien la sala del Picadilly presenta algunas dificultades para la puesta, que en un espacio más reducido hubiese logrado ese clima de café concert, de teatro off, de reducto de artistas alternativos, Pomposiello y sus actores se juegan el todo por el todo, con una obra con mucho humor pero con mucha emoción para evocar a toda una época en donde el arte explotaba en cada espacio de ese Parakultural eterno, único e inolvidable.

DÙO SOPORTE – Teatro Picadilly (Corrientes 1524) – Viernes 23.30 horas

NO A LA GUITA
de Flavia Coste – dirección: Lia Jelin

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Pareciese que los dramaturgos franceses están sumamente preocupados por cómo el dinero resiente y carcome las relaciones humanas. Evidentemente es un tema recurrente y lo canalizan a través de la comedia como ya había pasado en “Lluvia de Plata” de Sébastien Thiéry, con Luciano Cáceres y Carola Reyna/Muriel Santa Ana.

Con un planteo similar, ahora es el turno de “NO A LA GUITA” de Flavia Coste que vuelve a plantearse si el dinero realmente hace a la felicidad y si las personas comienzan a cambiar cuando aparece una suma de dinero importante en sus vidas. Un billete de lotería ganador, alguien que ha dejado pasar el tiempo sin cobrar ese premio para probarse que la felicidad está en las cosas que ya tiene en su vida y que semejante suma de dinero lo complicaría todo.

Tanto su madre, como su mujer como su mejor amigo no piensan lo mismo, querrán hacerlo cambiar de idea y cobrar ese premio aunque aparentemente ya sea tarde…

Si bien el texto de “NO A LA GUITA” se mueve ágilmente dentro del terreno de la comedia disparatada, no tiene grandes ni profundas intenciones y por lo tanto es efectivo pero demasiado liviano. El elenco es quien refuerza la propuesta con muy buenos trabajos y en eso se reconoce indiscutiblemente la mano de la Lía Jelìn como una gran directora de actores.

Felipe Colombo es el afortunado ganador del billete de lotería y Paula Kohan (“Baraka” “Los Tutores”) su esposa, que reparte su tiempo entre la docencia y la reciente maternidad y Diego Reinhold encarna al socio y mejor amigo de Colombo, con un texto que no le da particular lucimiento y con el que Reinhold no puede demostrar mayores dotes de comediante que jugar algunos pasos junto al equipo pero sin un mayor lucimiento.

Lejos, muy lejos de todas las performances está Betiana Blum luciéndose como una gran comediante, sin desbordes, muy marcada por la ajustada dirección de Jelin, dueña además de los textos más divertidos de la pieza, a los que Blum con su gran oficio, les da picardía, doble sentido, los degusta y demuestra un manejo de la comedia, disparando sus frases con el tono justo y el momento preciso, que hace que la carcajada aparezca inmediatamente.

NO A LA GUITA – Teatro Multitabaris Comafi (Corrientes 831) – Miércoles a Viernes 21 horas, Sàbados 20 y 22 horas – Domingos 20 horas.