Por Ezequiel Tozzi
“Fear the Walking Dead” nos lleva hasta el principio del apocalipsis zombie, al evento que cambió el mundo para siempre. Es un drama sobre la desintegración de la sociedad, visto a través de los ojos de una disfuncional familia.
¿Pandemia zombie? ¿Muertos vivientes arrasando las calles de la ciudad de Los Ángeles? No, si buscaban una serie de terror esta no es su mejor opción. Este es un drama familiar ambientado durante el apocalipsis zombie. Es el fin de la sociedad moderna, el principio de la frase “sálvese quien pueda”. Porque aquí todo lo que creíamos importante deja de tener valor: el dinero, las posesiones, los lujos. Aquí solo importa sobrevivir a cualquier costo.
El profesor de inglés Travis Manawa y la consejera Madison Clark intentan mantener unida a su familia mientras todo a su alrededor se desmorona. Madison es madre de dos adolescentes, Nick, un drogadicto a quien nadie le cree sobre la presencia de zombies y Alicia, cuyo novio resulta mordido antes de que nadie sepa las repercusiones.
A pesar de ser un apocalipsis zombie, los personajes son bastante ingenuos y hasta naif. Ven a hombres resistiendo innumerables balazos o comiéndose a otros y aun así intentan razonar con ellos. Creo que sería evidente para cualquiera que si tu vecino se acaba de comer a un perro no va a querer hablar contigo amistosamente.
Los primeros episodios son bastante lentos, aunque al público amante de The walking dead parece agradarle ese suspenso delgaducho que juega más con las expectativas o el peligro latente que con la amenaza real. Muchos llegaron a decir que era mejor que la serie original, aunque obviamente carece del componente gore que destaca a su antecesora.
Afortunadamente, los dos últimos episodios logran recautivar al espectador menos “paciente” con buenas dosis de acción, pero plantean una interrogante: si al final todo se destruye, ¿qué la diferencia de su serie padre?
7 de 10
