25/3/16
Por Valeria Massimino
Haruki Murakami ofrece a los lectores siete relatos en torno a la soledad y el amor ¿Acaso los hombres sin mujeres no pueden vivir? ¿Desaparecen?
¿Qué es un hombre aislado, sin una mujer a su lado? ¿O sin amor? ¿Se puede ser un hombre sin amar?
Siempre hay una mujer en la vida de un hombre, tal vez muchas, pero es seguro que de solo una hablarán en el lecho final.
Todos los hombres de estos siete relatos experimentan atormentados amores no correspondidos, o correspondidos por un tiempo, incluso aparecen fantasmas del pasado. Los relatos están llenos de guiños a Los Beatles, el jazz, Kafka, y las mil y una noches, porque Murakami elige como protagonistas a los hombres y a las mujeres de su generación, que han crecido con el rock de los ’60, el cine de Hollywood, y hasta las series televisivas.
Las mujeres de las historias son simples, pero también son misteriosas, especiales, son mujeres que por algo han tocado el corazón del hombre, lo cierto es que todas irrumpen en la vida de ellos, y cuando desaparecen, ya nada es igual, dejan huellas imborrables, marcas que con el tiempo se transforman en profundas grietas, imposibles de ignorar.
Murakami es sincero, sensible, es real, no teme expresar la realidad: sexo, amor, soledad, obsesión, melancolía y vacío luego del orgasmo. Deambular por la vida solo, y pensar en la eterna vida que parece no tener fin, que se hace larga sin una compañía, y se recuerda el origen de todo: aquella llama que ardió un día, y que luego se convirtió en el fuego de la vida, y solo se desea que no se apague, para no quedar en la oscuridad, perdido.
¿Acaso el temor más profundo de todos los personajes masculinos de estas historias es enamorarse de una mujer y perderla para siempre?
Por supuesto que hay algunos relatos más interesantes que otros. Con infinidad de metáforas, simbolismos, sutiles y bellos detalles, y un deleite de vocabulario con una gran construcción de diálogos y escenas que transportan inmediatamente al lugar de la historia.
7.5 de 10
«Un tema preocupante es que cuanto más la conozco, más me gusta. Llevamos un año y medio viéndonos, y ahora estoy mucho más prendado que al principio. Tengo la sensación de que algo tiene preso nuestros corazones. Cuando su corazón se mueve, tira del mío. Como dos arcas atadas por una cuerda. Que no se puede cortar, pues no existe ningún cuchillo capaz de cortarla. Eses es un sentimiento nuevo para mí».
“¿Qué demonios soy? Si me despojaran de mi carrera y de mis habilidades de cirujano plástico, si perdiese el confortable estilo de vida que llevo y sin mayor explicación me arrojasen al mundo desnudo, ¿qué demonios sería?”
Haruki Murakami
