21/8/17
Por Fer Casals
Lindsey Stirling pertenece al cada vez menos extraño grupo de artistas que vieron iniciar su carrera gracias a YouTube. Desde entonces ha acumulado una fiel base de fans de más de 9 millones de suscriptores con su ingeniosa combinación de violín, sabores celtas, coreografías y beats electrónicos. Cruzar estos géneros con naturalidad, es ciertamente un concepto inusual; en los papeles, una «bailarina violinista» suena a un concepto vetusto. Sin embargo, en la realidad, Stirling ha podido darle vida a su visión comandando un espectáculo de energía incansable que trajo (por segunda vez) a la Argentina y al Teatro Opera como parte de la gira Brave Enough.
La ex concursante de America’s Got Talent no se guarda nada en escena. Piruetas, un número que remite a Bollywood, un cover de Leonard Cohen, La canción que hizo para el filme de Disney «Pete’s Dragon», todo sin distraerse ni un instante de su pura habilidad técnica como interprete. Acompañada por dos bailarinas para las rutinas de grupo y dos miembros de la banda que logran convincentemente llevar una gama de estilos musicales al escenario, sin esfuerzo. El show es una amalgama compartida llena de talento. Stirling bailando y tocando perfectamente en sincronía, le pone otro significado al término «multitasking».
Con frecuencia Stirling compartió sus reflexiones personales entre canción y canción. Hubo un discurso motivacional sobre los sueños que precede al tema «The Arena», y otro sobre la muerte de su compañero de banda Gavi.
Lindsey Stirling ha encontrado una ecuación musical peculiar que a contramano de lo que puede imaginarse en primera instancia; funciona. Puede que no sea para todos, pero es un despliegue escénico y técnico impactante que necesita ser visto para creerse.
Fotos: Valeria Massimino
