Teatro: Reseña de «Inventarios»

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5/6/18


Por Guadalupe Farina


Fiel exponente del teatro posmoderno, la obra Inventarios, del francés Philippe Minyana, no se propone desde el vamos una idea de puesta en escena, sino que deja esa tarea en manos pura y exclusivamente del director. Las indicaciones desde el texto dramático son pocas: tres mujeres compiten en una “maratón de la palabra”. Una animadora, un animador y los distintos sonidos y luces las guían en ese juego absurdo, que podría tener reminiscencias a un talk show televisivo.

Heredero de Beckett, Minyana busca dar cuenta del desgarramiento del hombre que se produce luego de la Segunda Guerra Mundial. Si Beckett tomó la afirmación de Theodor Adorno acerca de que era imposible escribir poesía luego de Auschwitz y trabajó toda su obra desde el empobrecimiento del lenguaje porque ya no había nada que decir, Minyana optó por el camino contrario. En Inventarios, por ejemplo, hay un exceso de palabras que agobian. Pero palabras vanas, palabras que no se proponen la revolución ni plantean grandes ideas, sino que cuentan lo mínimo, lo cotidiano e intrascendente de la vida. Sin duda, su objetivo es dar cuenta de la caída de los grandes discursos y su reemplazo por la banalidad más absoluta. Por eso el lenguaje aflora en Jaqueline (Cecilia Colombo), Bárbara (Gabriela Sintas) y Ángela (Nora Goldberg) desde una necesidad de decir lo que sea.

La puesta de Nora Goldberg ubica la acción en un cabaret de París, y eso le otorga la posibilidad de alterar el texto original, agregando una cantante y una bailarina que aparecen en escena sin justificación alguna, aunque no restan para nada a la lógica de la obra. Al contrario, suman a la construcción de la espacialidad. Los tres personajes, presentados por un showman (Iván Eloy), cuentan sus historias a partir de un objeto testigo como disparador. El común denominador en todas es la posguerra. La historia nimia de cada una es relatada en forma fragmentada por las constantes interrupciones que plantea el presentador.

La iluminación en tonos rojizos y más bien oscura ayuda a recrear el ambiente de tugurio parisino. Ambientar la obra en un cabaret fue una de las decisiones que tomó Goldberg ya que en realidad no es algo que esté especificado en el texto. Además, dejó solo a un presentador. Otra decisión que tuvieron que tomar las actrices y la dirección fue la puntuación del discurso ya que Minyana escribió cada uno de los monólogos prácticamente sin puntos ni comas. Por lo tanto, el sentido puede cambiar en cada puesta en escena.

En esta ocasión, se optó por agregar un exceso de puntuación que lleva a los personajes a crear la idea de reflexión detrás de lo que se dice cuando, en realidad, la intención del autor es que la palabra aflore como un caudal. En este juego de “la maratón de la palabra” que se propone al principio, con la puesta en escena se pierde justamente la idea de maratón. Gabriela Sintas se destaca en su actuación y es la que más se acerca al ritmo desquiciado del hablar por hablar.

En definitiva, esta puesta que se presenta en el teatro Korinthio es una buena oportunidad para acercarse a la obra de un autor contemporáneo de una gran riqueza, y que no suele ser abordado asiduamente en la prolífera oferta de la cartelera porteña.


Inventarios se presenta todos sábados a las 20:30 horas en Teatro Korinthio (Mario Bravo 437 – CABA).

Ficha artístico-técnica
Dramaturgia: Philippe Minyana
Actúan: Cecilia Colombo, Iván Eloy, Nora Goldberg y Gabriela Sintas
Cantante: Cecilia Luzi
Bailarina: Ayelén Spirito
Vestuario: Mariela Daga
Ambientación: Mariela Daga
Diseño de luces: Paula Fraga
Operación de luces: Rebeca Rossato
Fotografía: Andrea Alcalde
Asistencia de ambientación: Lucas Furiasse
Asistencia de dirección: Julieta Martin
Coreografía: Iván Eloy
Puesta en escena y dirección: Nora Goldberg

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