CIELO RAZZO: BODAS DE PLATA BAJO LA LUNA


En su retorno al Palacio de los Deportes, la banda brindó un extenso show para celebrar sus 25 años de historia y grabar su segundo DVD.


Por Gonzalo Ciampa
Fotos de Gabriela Farfán Borda


Casi diez años han pasado desde que Cielo Razzo debutó en el Luna Park para presentar oficialmente en Buenos Aires su cuarto trabajo de estudio titulo “Grietas”. Ese momento, plasmado el 20 septiembre de 2008, marcó un récord de convocatoria en su carrera y los afianzó aún más en el mainstream del rock nacional. Ya tenían en su haber dos presentaciones en el Estadio Obras Sanitarias, ocurridas en mayo y noviembre de 2006, y el franco crecimiento ameritaba un marco más grande en aquella incipiente primavera.

Como es bien sabido, el rock nacional tiene sus “idas y vueltas”, y muchas veces, el público que impulsa hacia arriba a sus bandas predilectas también le da la espalda cuando sienten que “algo cambio”, que “ya no son como antes”. Y los rosarinos pasaron por esa etapa durante los siguientes años, y no por nada las presentaciones de los siguientes trabajos fueron realizadas, acá en Buenos Aires, en recintos más pequeños e intimistas, como Groove y El Teatro Flores.

Pero este año encontraron una nueva marea para celebrar y compartir con su público: su 25° aniversario. Esta vez no hizo falta presentar un nuevo material para volver a apostar a la masividad. Con el impulso y la energía inagotable que los caracteriza lograron, diez años más tarde, que en sólo dos meses Cielo Razzo registrase -números más, números menos- seis mil tickets en su vuelta al Palacio de los Deportes, una cifra muy importante para el rock nacional y los tiempos que corren. “Gracias por pagar un ticket en esta época de mierda”, diría en medio del recital un verborrágico Pablo “Polilla” Pino, cantante de la agrupación de Rosario.

El apoyo generado a través de las redes sociales, la ansiedad por pisar nuevamente ese escenario y el acompañamiento de su federal público consiguieron que el pasado domingo 8 de abril, minutos después de las 21 horas, y con cánticos, banderas y globos incluidos, las luces se apagasen para que “Tus pasos” inicie el show de los rosarinos.

Desde el comienzo registraron un sonido por demás elevado, pero ajustado: todo se escuchó a un mismo nivel. El bajo de Cristian “Narvy” Narváez y la batería de Javier Robledo conformaron una pared de sonido pocas veces registrada en sus shows, y las guitarras de Diego “Pájaro” Almirón y Fernando Aime resultaron las amalgamas perfectas para dicho cuadro sonoro.

“Luminoso” y “Carne 2” se despegaron del sereno puntapié para comenzar a mover a un campo literalmente lleno. “El amor que nos están dando es muy importante”, comunicó Polilla, expresando sus sentimientos y el de sus compañeros. Dentro de una noche que tendría muchas más intervenciones por parte del cantante, el quinteto devenido en sexteto -con la inclusión de Marcelo “Chelo” Vizarri en los teclados, pero ya sin el acompañamiento del percusionista Carlos Seminara-, se paseó por todos sus trabajos de manera aleatoria y cuidaron no repetir algunas de las canciones ya registradas en su primer DVD, “Audiografía”, editado en 2006. De esta forma fueron pasando composiciones estrenadas a partir de 2007, como “Te Vas”, “Caminando” y “Barek”, entre otros temas.

El escenario incluyó una buena disposición de luces, las cuales yacían arriba, a los costados y hasta en el piso del mismo. La pantalla central contó una producción un poco austera: sólo se reproducían imágenes computarizadas que, en algunos momentos, poco tenían que ver que la canción ejecutada. Más adelante cobró fuerza al exhibir viejas imágenes de la banda y también al utilizarla como monitor para mostrar lo que pasaba arriba y abajo de las tablas. La batería de enérgico Javier Robledo estuvo un poco más elevada de lo que se está acostumbrado a visualizar, siendo esto un acierto para la puesta de los músicos y la visión de los presentes. La potente introducción de “Alma en tregua” debió ser suspendida ante el reclamo de Polilla, quien al ver que personal de seguridad intentaba sacar del recinto a una persona que había traspasado la valla, frenó la canción. “No caguen la noche”. “No rompan los huevos”. “¿Apareció el pibe?”. “¡Seguimos!”. La canción del disco “Marea” culminó con exquisitos arreglos de teclados y percusión, tras el fervoroso aplauso al cantante, que reclamó por el chico. Pasaron “Alcalina” y la potente “De caer”, entre otras composiciones, mientras la noche iba tomando forma.

“Este tema es para `Largo´ y para Claudio. Necesitábamos recordar a nuestros `hermanos´”, expresaron, tras el cierre de “Estrella”, en alusión a Pablo Caruso, ex baterista de Cielo Razzo, y Claudio Crispín, escenógrafo, fallecidos en un accidente en 2003. Desde aquel entonces, siempre son mencionados y recordados. “Chapa y bandera” y “Luna” marcaron uno de los momentos más festivos hasta ese momento. Antes, el cantante sentenció: “Lo que dice el pueblo, dice el pueblo. ¡Escuche, escuche!”, en referencia a Mauricio Macri, quien fue “atendido” por el público en medio de ambos temas, con cánticos idénticos a los ocurridos en las canchas de fútbol. El show estaba “encendido”. Uno de los momentos más particulares llegó de la mano de “Vueltas”, cuando el guitarrista Fernando Aime exhortó a la gente a filmar con sus dispositivos la hermosa canción de la placa “Código de barras” para que luego sea compartida con la banda y forme parte de las miles de cámaras que registraron ese instante único. Tras un receso, los músicos reaparecieron serenos como al principio y entregaron “La furia” y “Entre las 4 y las 6”. Los temas de pertenecientes a “Tierra nueva” y “Sideral”, respectivamente, serían los últimos a medio tiempo y los que darían paso a lo nuevo: “Desarmar (5 locos)” hizo su estreno en la segunda mitad del recital, con el trompetista de la banda de blues La Bolsa, Facundo Stoa, como único invitado de la noche.

El festejo por los 25 años comenzaba a encarar la recta final y el poder de la banda fue el mayor protagonista de lo que restaba: “Quizás sí”, “Televicio”, “Galope” y “Madre poder” (con outro extendido) mostraron la precisión y la experiencia adquirida con los años y la profesionalidad. “Ojalá que no seamos de esos artistas que decepcionan”, se expresó nuevamente Polilla, en medio de la sucesión de temas que encontraría uno de los fragmentos más ovacionados. Los bises iniciaron con una seguilla de “Buenas”, su primera producción: “La gran ola”, “¿Qué sé yo?”, “Sin salida” y “Perseguido” entregaron lo más retro de Cielo Razzo antes del final, y con poco más dos horas y media de show encima, “Ventana” y “Charlone” cerraron el retorno de Cielo Razzo al Luna Park, en una noche que quedará registrada para su próximo DVD y en la que encontraron, nuevamente, un marco acorde a su historia.













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