CINE: Crítica de «EL PROF3SION4L»

Por Marcelo Cafferata

“Filmar es un pretexto para ver”
Raúl Perrone

Con más de 50 películas en su haber, Raúl Perrone, ya es una marca registrada dentro del cine nacional independiente. Alguien que realmente enarbola el concepto de la independencia en el verdadero sentido de la palabra y que busca en su cine de autor, una mirada única, despojada, sin ningún tipo de ataduras a las que otros directores se exponen con el objetivo de lograr ganar un mayor mercado.

Movido por la pasión y por la pulsión de filmar, Perrone –“el perro de Ituzaingó”- moldea su obra sin ningún tipo de condicionamientos, en algo que podría considerarse francamente cercano a una total libertad creativa.
Imprime su estilo singular: esa experimentación permanente, esa búsqueda incesante al encuentro de un nuevo lenguaje en el cine, que le sea propio –y también apropiado por su público-, y que básicamente no se ajuste a ningún tipo de convenciones ni de estéticas impuestas.

Algunos quizás lo reconozcan por su famosa trilogía inicial -“Labios de Churrasco” “Graciadió” y “5 pal´peso”- en la que reflejó la marginación y la profunda crisis de los jóvenes de Ituzaingó, en los que se podía palpar ese desaliento ante la falta de perspectivas, en medio de una crisis que no era solamente económica sino que apuntaba más a una crisis de valores, de comunicación, de identidad.

Desde ese momento ya comienza a marcar un estilo completamente innovador y rupturista para el cine de aquel momento y vinieron las veladas a sala llena en cada BAFICI en los que presentó entre tantas otras, “Peluca y Marisita” “La Mecha” o “Las Pibas”.

Allá por el 2013 comienza una nueva etapa de experimentación, encontrando una forma de expresión alejada de los diálogos, ese cine silente en donde aparece una marcada preponderancia de lo visual, la fuerza puesta en sus imágenes (relegando en cierto modo el valor de la palabra) en donde utiliza el formato 4:3, los intertítulos, las máscaras y aparece un brillante blanco y negro en la mayoría de sus películas en donde experimenta y juega con la superposición de planos e imágenes, un estilo de collage sumamente atractivo y completamente novedoso para el espectador.

Como elemento adicional y para nada menor, sino por el contrario, transformándose en otra gran protagonista de sus filmes, aparece la banda de sonido: completamente disruptiva, experimental, trabajada como una forma de narración en sí misma. Perrone la utiliza de modo tal de sumergirnos en una experiencia multisensorial en cada una de sus películas.

Así aparece este nuevo estilo en la icónica “P3nd2jo5” y en sus trabajos posteriores como “Favula” “Hierba” o “Ragazzi” como un intento de abordar nuevas formas que no sean meramente el lenguaje escrito. Luego vendrán las realizaciones más recientes como “Corsario”, “Ituzaingó V3rit4” o su incursión en el documental con “Hasta la muert7” presentada en el último FIDBA.

Entre ellas, está “Cump4rsit4”, un enfrentamiento entre campesinos y terratenientes (de 2016) en donde el cineasta Martin Farina logra introducir su cámara y narrar un diario de rodaje en un set tan particular como el de Perrone, en un proceso de filmación donde, aún en el caos, se respira cine y se va dando forma a una nueva obra.

Farina, que justamente había colaborado como camarógrafo en sus films “Hierba” y “Samuray-S”, logra un retrato íntimo y despojado de cualquier mirada complaciente, para mostrar al “Perro” en acción, en pleno vínculo con su trabajo y su proceso creativo, con ese torbellino de ideas que tiene en la cabeza en el momento de filmar que tiene que lograr comunicar en esa maraña de sensaciones que se vive en un día de filmación, intenso, exigido, a pura pasión.

Luego de ver como un cineasta va cuidando cada detalle y va construyendo su obra con su estilo, algunas de las confesiones de Perrone en relación a este proceso, a su rodaje, son, por lo menos, asombrosas. No le gusta que lo vean cuando filma, es sencillamente “un grupo de tipos que se juntan para hacer una película” define y completa diciendo “no hay caterings, camiones, carros de travellings, grúas ni miles de asistentes” desalentando a cualquier curioso que no vibre en su sintonía que no asome las narices a un universo donde hay puro sudor, puro trabajo y que está completamente alejado de cualquier glamour que en el imaginario popular guarda un día de filmación de una película.

Al igual que en su retrato de Esther Díaz en “Mujer nómade” -que fue filmado posteriormente pero que por los azares de la distribución se estrenó antes que “El Prof3sion4l”-, Farina como director logra no solamente trazar un retrato caleidoscópico y completo, con una fuerte intimidad con el personaje, sino que lo más notable es pareciesen desaparecer naturalmente las barreras y sus protagonistas se muestran al desnudo, incluso exhibiendo inesperadamente, algunas de sus zonas más oscuras.

El ojo de Farina con esa destreza para atrapar pequeños detalles, capta momentos sutiles, únicos, que van construyendo sin ningún tipo de sobreabundancia de datos, en este caso, la figura de este gran cineasta de Ituzaingó que con más de 20 años de trayectoria ya es marca registrada del cine de autor independiente en nuestro país.

Un retrato con una mirada de admiración por esa pasión de hacer cine, sobre la pulsión de filmar por sobre todas las condiciones que puedan aparecer y de experimentar, jugar, crear, con la mayor libertad que sea posible. Así es Perrone. Así es Farina.

7,5 de 10


“El prof3sion4l” todos los jueves a las 21 en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543


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