Crítica: TWIN PEAKS: The Return (3ra Temporada)

24/5/17

Por Fer Casals

David Lynch y Mark Frost traen de vuelta el surrealismo puro y duro a la TV mainstream después de una ausencia de 25 años, en un intento por cerrar, lo que han llamado «asuntos pendientes». El agente Dale Cooper (Kyle MacLachlan), fusionado con el ente maligno Bob hace un cuarto de siglo, ahora está dividido en dos, uno atrapado en el limbo del Albergue Negro/Blanco, donde comparte extrañas charlas con muertos muy vívidos, como Laura Palmer (Sheryl Lee), y su doppelgänger, en el mundo real, causando estragos.

En principio el díptico inicial de episodios recuerda estéticamente a los espacios embrujados de Lost Highway, Inland Empire y Mulholland Drive, pero abre con un guiño al granulado blanco y negro de Eraserhead, su asombroso debut. Cooper, tal y como lo recordamos, está sentado con el gigante interpretado por Carel Struycken (personaje que figura como «????» en los créditos) que le dice que escuche los sonidos de un fonógrafo. Acto seguido, enigmáticas alusiones, algo que será una constante. Teniendo en cuenta que pronto seremos presentados al otro Cooper, se podría suponer que el Cooper que conocemos, está atrapado en la habitación roja, dentro del infame Albergue Negro/Blanco, un lugar extradimensional que es el núcleo desde donde Twin Peaks abre su juego.

Y este es sólo el primero de muchos pasajes narrativos emocionantemente desconcertantes, la secuencia con la caja de vidrio en Nueva York se asemeja más directamente a las habitaciones enfermas y los pasillos de Inland Empire. La caja de vidrio es una de esas imágenes con las que Lynch parece estar invitando a lecturas teóricas.

El falso Cooper de pelo largo y chaqueta de cuero parece tener una agenda propia, luego de descargar la información de toda una vida de una computadora portátil secreta del FBI (con un SO que parece diseñado por Lynch) enviará señales de socorro a Philip Jefferies, el agente encubierto interpretado por David Bowie en Fire Walk With Me. Cooper está haciendo un trabajo sucio y profano. Y también está claro que está conectado con el horrible asesinato de Ruth Davenport, secretaria de Bill Hastings (Matthew Lillard), un hombre de negocios de Buckhorn, Dakota del Sur. Lynch ofrece fragmentos de un EE.UU. regido por su lógica pesadillesca, que expone las partes más anárquicas y salvajes del paisaje norteamericano. Es la idea de Hitchcock del tipo normal que resulta un asesino serial, pero a traves del filtro drogado y existencial de Lynch, donde, como vimos en las primeras dos temporadas, un padre (Leland) puede violar a su hija (Laura Palmer) desde los doce años y terminar asesinandola poseído por un espectro demoníaco llamado Bob.

El tono de la serie va a contramano de cualquier cosa que se vea en TV hoy, es el poder hipnótico y el ritmo empleado por un Lynch absolutamente confiado en lo que filma y en lo que edita (muchas veces de manera abstracta) lo que pone a Twin Peaks en otra categoría. Parte de la diversion de la experiencia sensorial que es ver la serie (o cualquier trabajo de Lynch) es descifrar los enigmas, descubir las analogías y detectar las referencias, Twin Peaks demanda atención a los detalles y paciencia, dos caracteristicas dificiles de encontrar en el espectador promedio, hoy acostumbrado al streaming y cambiar de contenido con solo pulsar un botoncito. La narrativa lineal nos ha condicionado a responder positivamente ante la convención de los tres actos y que todo cuento tenga un cierre, en este sentido romper con la estupidez del pensamiento «si no entiendo la trama, seguramente es mala» requiere entrenamiento.

Esta tercera temporada parece un trampolín creativo para el regreso del mejor Lynch, un artista difícil de recomendar al público general, salvo que sean advertidos o tengan pleno conocimiento que probablemente nunca hará explícitamente claro nada en la historia y que leerlo demasiado literalmente es perder parte de la magia negra que crea.

El regreso es la visión de Lynch totalmente sin restricciones, y esa es la mejor noticia. En la era de las grandes series y de productos actuales que le deben mucho a Twin Peaks (American Gods, The Leftovers, Legion) Lynch no descansa en sus laureles y continúa siendo, casi sin proponerselo, el chico más raro del barrio.

10 de 10


Música en The Roadhouse:
Parte 1: –
Parte 2: «Shadow» de Chromatics


FILMOGRAFÍA
1977 Eraserhead
1980 The Elephant Man
1984 Dune
1986 Blue Velvet
1990 Wild at Heart
1992 Twin Peaks: Fire Walk with Me
1997 Lost Highway
1999 The Straight Story
2001 Mulholland Drive
2006 Inland Empire

TV
1990 Twin Peaks (ABC)
1991 Twin Peaks (ABC)
1992 On The Air (ABC)
1993 Hotel Room (HBO)
2017 Twin Peaks The Return (Showtime)

DISCOGRAFÍA
2011 Crazy Clown Time

2013 The Big Dream


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2 Comments

  1. En realidad la habitación del comienzo en blanco y negro con Cooper y el gigante es la White Lodge. Es completamente diferente a la Black Lodge e incluso el gigante lo dice: Estás en nuestra casa ahora.

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