Crítica: JAMÁS ME LEVANTÓ LA MANO, consanguínea oposición

El director Cristian Majolo nos presenta una obra emocional con estupendas actuaciones.

 Por Cristian A. Dominguez

Este original melodrama refleja los problemas internos que yacen en varias familias, no importa la clase social, en todo ambiente doméstico existen rivalidades ocultas entre sus integrantes. Una iracunda madre y su rebelde hija conviven en un caos anímico, pero comparten un mismo sueño que da como resultado lo imposible, unirlas. La meta es ganar un concurso de baile barrial en el club Olimpia de Villa Seca. Asi, la obra plasma las vicisitudes del dúo en una coexistencia demencial y dispar donde surgen desasosiegos, necesidades y secretos.  

El joven director Cristian Majolo con gran imaginación consigue que las antagónicas emociones que viven en el lacerante pero divertido texto de Marcos Casanova, logren un maravilloso equilibrio entre la comicidad y la tragedia. Además de ser una gran invitación a la reflexión en el espectador. El dúo actoral es muy bueno. Romi Pinto como Fátima, crea una madre visceral pero querible, y es quien aporta los mejores momentos de humor. Y Malena Luchetti en la piel de esa indomable hija, quien se desvive por bailar y lucir su cuerpo con ropas extravagantes, es una grata sorpresa por su interpretación fresca y temperamental. Una escenografía muy rica en cada detalle recrea ese espacio caótico e ilimitado de lucha familiar de condición humilde, potenciando la trama y constituye un perfecto ambiente que enmarca la puesta. Complementada por una rítmica iluminación y una divertida musicalización.

Un torbellino de emociones: recriminaciones, rencores, envidias, dudas, manipulación, desolación, se combinan y enredan en estas dos dispares personalidades que no logran convivir, pero tampoco separar. Con elementos de absurdo, costumbrismo, comedia, drama y crueldad en una misma puesta. En resumen, una tragicomedia con chispeante dirección, salado texto y muy buenas actuaciones hacen de “Jamás me levanto la mano” una obra para no dejar pasar.

Autoría: Marcos Casanova

Actúan: Malena Luchetti, Romi Pinto

Voz en Off: MARCOS DEGO » LA VOZ», Noelia Novillo

Vestuario: Narella Polito

Escenografía: María Del Carmen Guglielmell

iluminación: Cristian Majolo, Emilio Zinerón

Video: Facundo Morales

Sonido: Cristian Majolo, Emilio Zinerón

Dirección general: Cristian Majolo

TADRON TEATRO Y CAFÉ, Niceto Vega 4802. Capital Federal

Funciones: sábado – 20:30 hs

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