17/5/16
Con motivo del estreno del musical Bacanes, conversamos con el actor, guionista y director Matías Dinardo, quien dirige e ideó conjuntamente con Nicolás Blampied esta obra.
Entrevista: Paola Jarast
¿Cómo surge Bacanes?
Bacanes surge hace unos 7 años, junto a Nicolás Blampied, amigo de toda la vida. Cuando aún no me había mudado a Buenos Aires, a veces me quedaba a dormir en su monoambiente mientras estudiábamos en la UBA. En una de esas noches, me cuenta una idea para un cuento sobre cómo cerdos eran usados en Europa para conseguir trufas y cómo esto podría ser visto desde la perspectiva de los chanchos sometidos. Discutimos sobre el tema y se me ocurrió que podía ser una obra de teatro. ¿Pero qué tal si eran perros en vez de cerdos? ¿Y si es musical? Tuvimos varios intentos de desarrollo pero no dieron frutos, hasta que apareció la convocatoria de la Bienal Arte Joven de Buenos Aires que nos dio el marco ideal y herramientas para poder crearla, y así lo hicimos, con compañeros increíbles y tutores que nos dieron una gran mano (Pablo Gorlero, Joaquín Bonet y Martín Bianchedi).
¿Cómo fue la convocatoria del elenco?
No soy de hacer castings, me gusta conocer artistas, ver su trabajo e imaginarlos dentro de los proyectos. Bacanes no fue la excepción, los fui convocando uno a uno, han pasado varios nombres y artistas para cada papel, hasta que finalmente se fue armando lo que ahora es uno de los grupos más lindos con los que me toca laburar. Todos manejan una energía agradable y para proyectos de calibre independiente es algo más que necesario.
¿Es tu primer proyecto como director?
Digamos que 2 y 1/4. Mi primera obra es Eso que se mueve tan despacio que parece quieto, a la que le fue muy bien, con 3 temporadas y funciones en varios lugares, incluso en tierras uruguayas. Luego colaboré en la dirección de Los Enanos, de Martín Deus, por eso el cuarto de más. Y hay otra obra mía en el medio que aún no vio la luz que ha tenido ya proceso de ensayos y, espero que algún día lo haga, que se llama Algo me picó mientras dormía.
Este año te incorporaste a la compañía teatral Lascia ¿Cómo te resultó la experiencia?
Me está resultando bien. Hay algo del concepto de esta compañía que funciona, todos aportamos a algo más grande que la suma de las partes y eso hace que el laburo se sostenga en el tiempo y llegue a más personas de las que uno cree. Eso de que la unión hace la fuerza aplica para el Colectivo Lascia.
El año pasado debutaste en pantalla grande con «Congreso» ¿Qué te dejó esa experiencia?
Mucha alegría. El cine es un arte que respeto mucho y me atrae desde siempre. Lo grandilocuente de estar ahí entre el público mientras la película vive es inexplicable. Recuerdo ir a la cabina de proyección en una de las funciones del Cultural San Martín y ver lo que se proyectaba en las dos salas en simultáneo. De un lado estaban pasando una de Tim Burton, director que crecí admirando (la peli era Big Eyes) y del otro lado estaba nuestra película. Al mismo tiempo. Imaginate.
¿Le darías algún consejo a quienes se estén iniciando en la profesión?
Que no se rindan. Resistir y hacer. Hacer es lo que nos hace. Buscar, equivocarse, dar todo. No es fácil. A veces salta la alarma en mi cabeza de ¿por qué hago lo hago? ¿vale la pena? Y enseguida la apago. Vale la pena ser lo que somos o deseamos ser, sin cuestionarnos el por qué.
¿Proyectos futuros?
A fin de mes estrena una serie web que protagonizo que se llama Al final, de Darío Monti y Juli Duich. Estamos ensayando una nueva obra de Pablo Bellocchio, Antes de que abras los ojos, que estrena el 1 de julio en el teatro Método Kairós. También ensayo Parcelas, de Laura Casabe y Lisandro Bera, que es para fin de año (si llegamos). En lo personal estoy terminado de escribir un libro para chicos ilustrado por Yani Mufato y escribiendo una nueva obra para hacer con el elenco y equipo de Los Enanos. ¿Proyectos futuros? Espero que haya más cine en el camino. Ahora pueden ver Bacanes. Un musical perruno, los 90 y el apocalipsis los martes a las 21 hs en Nün Teatro Bar y Los Lascia, viernes 23:15 hs en Timbre 4.
¿Una película?
Sunset Boulevard, El ocaso de una vida. (1950, Billy Wilder)
Si pudieras retroceder en el tiempo, ¿A qué hecho histórico irías?
Me intriga mucho más el futuro. Lo que pasó de alguna manera lo podemos entender o recrear. Viajaría al futuro, a ese momento donde ninguno de nosotros existirá. Me da curiosidad cómo seguiremos evolucionando biológicamente, cómo se amalgamarán la vida y la tecnología y el nuevo orden de existencia.
¿Qué personaje de obra clásica te gustaría ser?
Cualquiera que dentro de su obra sea medianamente feliz.
¿Lugar ideal para vacacionar?
Donde haya mar y mucha arena.
¿Un libro?
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury.
¿Una mujer?
Mi ex novia.
¿Un programa de TV?
Six Feet Under es mi serie de cabecera, Friends la que podría ver todos los días sin cansarme.
¿Un pensamiento extraño?
Hay uno que me flashea desde chico, que es el hecho de que somos seres conscientes de nosotros mismos. Pensar por qué, cómo y para qué somos me da dolores de cabeza existencialistas.
¿Creés en Dios?
No lo afirmo ni lo niego. Aunque creer en una causa superior, en cierto sentido, me hace bien. Pongámosle el nombre que le pongamos, está bueno creer.
¿Una meta?
Trascender. Poder ver más allá de las cosas, hacer un poco de ruido entre tanto barullo.
