Por Magdalena de Hertelendy
El nuevo álbum de Billie Eilish trata sobre los distintos descubrimientos personales de la cantante y compositora, tanto en su sexualidad como en sus vínculos presentes y pasados; el amor y el sentimiento amargo que queda después de terminar una relación. Este es su tercer álbum (“When We All Fall Asleep, Where Do We Go?” en 2019; “Happier Than Ever” en 2021; sin contar su EP “Don’t Smile at Me” de 2017).
Fue coproducido por Finneas, su hermano, quien también produjo y coescribió gran parte de sus canciones. En este álbum explora géneros y emociones variopintas, aunque manteniendo la línea de vulnerabilidad y sentimentalismo usuales en Billie. Hablar tan explícitamente de relaciones pasadas (públicas, como la suya con Jesse Rutherford, cantante de The Neighbourhood) es un cambio de lo que Billie suele brindarnos.
Recomiendo siempre escuchar música con auriculares que tengan buena separación de canales estéreo porque hay muchos artistas que juegan con eso y es increíble poder experimentarlo. Y ahora, sin más preámbulo, voy a interpretar brevemente cada canción del disco.
Empezamos el disco con “SKINNY”, una canción acústica que habla sobre su imagen corporal y cómo le afectan ciertos comentarios, como cuando le dicen que se ve más feliz y es simplemente porque ha bajado de peso. También trata sobre una relación pasada que la lastimó: “mi paciencia se ha ido, nunca te hice nada malo, te he amado por tanto tiempo”. Hay espacios musicales con cuerdas que generan el ‘outro’ de la canción.
De alguna forma, se mezcla perfectamente con la introducción de “LUNCH”. Esta canción generó revuelo en redes porque es una ‘salida del closet’ bastante explícita por parte de Billie. Una canción con un bajo excelente y armonizada con guitarra, tiene gran solidez estructural y un poco “hermética” (tiene un margen casi nulo de corrección entre lo instrumental, vocal y de letras), posee un piano que de alguna forma cierra todo con un moño. Lo explicito de Billie habla sobre querer tener relaciones sexuales con una mujer que parece ser una relación de amigas con derechos/algo casual sin caratulas, que podría ‘comérsela de almuerzo’ y que a pesar de todo parece la chica perfecta para ella.
“CHIHIRO” es una canción que, como la anterior, posee un bajo perfecto que le da ese groove y feeling rítmico, acompañada por una guitarra en movimiento muteado y lo que parece ser un synth de a ratos. La percusión a mis oídos suena como un launchpad, pero podría ser perfectamente un programado similar; los últimos 30 segundos de la canción son un solo de sintetizadores con un eco de la voz de Billie hermoso.
“BIRDS OF A FEATHER” es otra canción altamente aclamada en redes, ya que habla de la amistad y el amor a los vínculos afectivos no románticos; la frase “birds of a feather flock together” significa algo como: personas con la misma mentalidad e intereses que suelen asociarse y estar siempre juntas. Es una canción muy linda, instrumental y líricamente dulce, que enamora el corazón de ternura.
“WILDFLOWER” comienza como una canción acústica y habla sobre la relación que tuvo con Jesse Rutherford y su ex (Devon Lee-Carson), quien en su momento fueron amigas y por el vínculo romántico entre ellos dos se alejaron. Habla sobre el rompimiento entre ellos y cómo ella sigue pensando en Devon y cómo se llena de culpa y algo de arrepentimiento. Se cuestiona si “cruzó la línea” y constantemente se pregunta cómo se sentirá Devon hoy en día y cómo está ella.
“THE GREATEST” analiza de manera melancólica, triste y acústica las expectativas en una relación, el ser siempre complaciente, paciente y una admiradora constante de su pareja, alguien que lo deja todo en una relación y que ese esfuerzo no es recíproco. Haciendo referencia a “¿no soy la mejor? Hago todo esto” no desde el lugar del regodeo y orgullo, sino desde la vergüenza y duda. La voz llena de técnica aireada y de ensueño de Billie nos lleva a través de esta canción con una guitarra en arpegio y una batería suave; hasta el quiebre que llena de eco y agrega una guitarra eléctrica, batería y un poco de sintetizador. “Te amé, y lo sigo haciendo […] esperé”.
El ‘outro’ de esa canción se intersecta con el de “L’AMOUR DA MA VIE”, que analiza una situación que parece ser el rompimiento de una relación: “te dije que eras el amor de mi vida pero no era así […] ¿te hice perder el tiempo?”. “No es pedir mucho pedir una disculpa, por hacerme sentir que morirías si intentaba irme, dijiste que nunca volverías a amar por mi culpa, después me superaste inmediatamente”, una línea que golpea muy bajo. Le desea lo mejor a esa pareja a pesar de, claramente, presentar rasgos algo violentos (verbalmente). Tiene dos quiebres: de acústico, a sintetizado con eco, a sintetizador con eco y reverb mientras Billie canta (mi quiebre y parte favorita es la segunda parte), donde explora más en profundidad la “paz” o comodidad que le genera haber terminado esa relación.
“THE DINNER” sigue la línea rítmica de “LUNCH” (la cual es fascinante), y habla desde la perspectiva de un stalker (problemática de la que ella ha sido bastante pública al respecto). Las letras de la canción son inquietantes, pintando un vívido cuadro de una persona problemática que cruza límites y racionaliza sus acciones en nombre del amor y la conexión. Rítmicamente y con su tono de voz, mantiene este clima algo “tenebroso” o de ambiente de película detectivesca.
“BITTERSUITE” es una canción compleja y evocadora que explora la naturaleza multifacética del amor y el deseo. Es una sinfonía agridulce de emociones conflictivas, capturando el anhelo de conexión, el miedo a la vulnerabilidad y la aceptación de los riesgos inherentes del amor. A través de sus paisajes sonoros en constante cambio y letras introspectivas, la canción crea un viaje cautivador y relatable por los altibajos de la emoción humana.
La outro de “BITTERSUITE” y la intro de “BLUE” se conectan de manera fluida y perfecta, pareciendo la misma canción (un factor hermoso e increíble que Billie ha hecho muchas veces ya en álbumes previos). Una canción que explora casi lo mismo que “BITTERSUITE” pero de otra manera, otra cara de la misma moneda (mismo valor, un patrón distinto) tanto con ritmos y quiebres diferentes, como lírica y vocalmente. Un quiebre al minuto 3:17 aproximadamente, evocando sentimientos similares a “When We All Fall Asleep, Where Do We Go?” (por el efecto vocal que hace por un par de líneas), luego procesa un ritmo diferente y contrastado con lo previamente escuchado.
Y con esa hermosa canción cierra el álbum “HIT ME HARD AND SOFT”. Otra genialidad de la mano de Billie y Finneas, y es un privilegio escuchar su música.