La banda uruguaya regresó al estacionamiento del Estadio Único para cerrar el año con un concierto de tres horas apto para todos los gustos. Crónica y fotos.
Por Gonzalo Ciampa
Fotos Gabriela Farfán Borda
“El show va a ser el más largo del año”, anunció Emiliano Brancciari al terminar “Viento a favor”, cuando apenas habían pasado poco menos de sesenta minutos desde su comienzo, a las 21.30. Y era cierto: aún restaban dos horas para cerrar la última actuación de año, la cual debió posponerse un día -del 16 al 17/12- a raíz de las tormentas y los fuertes vientos que se pronosticaron en los días previos y que, finalmente, se sucedieron en la noche del sábado. Pero el domingo todo fue distinto: con cielo despejado, “El mundo me comió a mí”, de su último disco, “Suenan las alarmas” (2017), marcó el inicio de una larga noche que concentró a 10 mil personas en el inmenso playón que yace pegado al Estadio Único, donde la banda montó un gran escenario con una destacada puesta en escena basada en su última producción, que incluyó tres pantallas -una central y dos laterales-, gigantografías y sirenas al borde de las tablas.
El viento complicó el sonido en los primeros temas, pero la banda se ajustó rápidamente para continuar entregando canciones de todas sus épocas, como “A las nueve”, “Verte reír” y “Arde”. El primer popurrí llegó de la mano de “Nada fue en vano”, “Los indiferentes”, “Religión pagana” y “La soledad”, comprendiendo diferentes trabajos de la banda. Uno de los puntos más altos de la noche llegó de la mano de “Tan lejos”, que sumó a Facundo Soto de Guasones en la voz, como único invitado de la velada. El segundo compendio significó una vuelta más profunda a los viejos tiempos, con “Vivir muriendo”, “Yrigoyen” y “Reevolución”. Avanzada la noche, la catarata de hits fue imparable: “Chau”, “El camino”, “No hay dolor” y “Cero a la izquierda” sonaron casi pegadas, con los presentes entonando las letras y demostrando que los éxitos también son parte del público.
“Estamos felices por todo lo que pasó hoy. Vinimos a esta ciudad por primera vez en 2004 y tocamos en `Estudio Bar´. Había personas que ya se sabían nuestros temas, algo que en ese momento nos volvió locos”, recordó el cantante, quien también agregó los diversos lugares por los que pasó No Te Va Gustar desde aquel entonces hasta ahora, como “El Ayuntamiento”, “Teatro Sala Ópera” y “Estadio Único”. Ya entrada la madrugada del lunes, se despidieron con “Pensar”, “Mucho más feliz” y “No era cierto”. Un total de 43 canciones marcaron el show más extenso de su año y, probablemente, uno de los más largos de su carrera. La multitud, más que agradecida.
