Okja: reflexión sobre la Industria cárnica y la conciencia humana

Por Valeria Massimino

En las inolvidables palabras de Da Vinci, «Llegará un tiempo en que los seres humanos se contentarán con una alimentación vegetal y considerarán la matanza de un animal como un crimen, al igual que el asesinato de un ser humano».

El director Bong Joon-ho, conocido por abordar temas relevantes y concientizar a través de su arte, nos plantea esta misma cuestión en su película Okja: ¿por qué seguimos consumiendo carne a pesar de conocer las consecuencias? Detrás de este acto se esconde tanto dolor, horror y oscuridad, así como maltrato e involución.

Okja nos confronta de manera cruda con la brutalidad de la industria cárnica, así como con la influencia del dinero y el consumismo desenfrenado. Con un gran elenco, no solo por la interpretación de Tilda Swinton (como siempre), todo el equipo se luce en sus respectivos roles, y, al menos, yo, los recuerdo con tristeza, porque transmitieron tan bien sus sentimientos, que el mensaje llega directo al alma. 

La película cuestiona el porqué de matar para comer, reflejando la ideología de Bong de manera clara y contundente. Es una denuncia a las corporaciones de alimentos, con toques de comedia en los momentos necesarios para descomprimir. 

Una película que me gustaría que proyecten en escuelas de todo el mundo. ¿Es tan dificil lograr no matar animales para comer su carne? ¿Algunos animales son mascotas y otros son para comer? Depende la cultura de cada país. Entonces, ¿es solo una cuestión cultural?

No debe importar ni el pais ni el animal. Okja muestra todo, y puede ser “obvia» , pero duele. Esto funciona y no es un documental. Y el mismo director dijo que al visitar un matadero, se hizo vegano “temporal”, lo que vio lo cambió, pero con el tiempo, volvió a ser carnívoro. 

Dijo en una entrevista: “Entonces volé de vuelta a Corea del Sur y, ya sabes, Corea es un paraíso para la carne y el Barbecue”, señaló con una carcajada. “Cada calle, en cada esquina, se cocina la carne. Lentamente volví, lentamente, a ser un carnívoro”.

No vamos a pasar por alto el virtuosismo de Bong tras la cámara, ni la impecable fotografía que logra crear un ambiente mágico para la película.

Posteriormente, Bong gana el Oscar por «Parasite», otro film que refleja su genialidad cinematográfica, una sátira social inolvidable. Logra que una película coreana obtenga el codiciado premio de la Academia en la categoría de Mejor Película.

A pesar de su indiscutible talento, el director genera opiniones encontradas y suscita tanto amor como crítica entre los espectadores y la crítica especializada.

Okja nos sumerge en la oscuridad que nos rodea, con un final desolador que deja una impresión imborrable en la mente del espectador. (esa mirada… y lo peor de todo, resignarse?)

Curiosidades: durante el rodaje, Bong motivó a su equipo a considerar el vegetarianismo; sin embargo, ninguno pudo hacerse vegetariano. (Incluyéndolo) 

Soy vegetariano porque todos los animales son mis amigos y yo no me como a mis amigos. Mientras los hombres y las mujeres sean sarcófagos ambulantes de criaturas asesinadas, ¿cómo podemos esperar mejores condiciones de vida en este planeta? George Bernard Shaw

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