TEATRO: Reseña de ‘CARTON PINTADO’

Por Marcelo Cafferata

El teatro de Victoria Hladilo tiene la virtud de sumergirnos, según cada una de sus propuestas, en diferentes universos que aborda con suma precisión, mucho humor y personajes con los que nos resulta imposible no sentirnos reflejados. La minuciosa capacidad de observación y  los detalles con los que cuidadosamente construye cada una de sus criaturas, son una de las marcas distintivas de su dramaturgia.

En su primer gran éxito, “La Sala Roja” nos permitía adentrarnos en el mundo de los papis y las mamis de un grupo de alumnos de jardín de infantes que pugnaban por su pequeña cuota de poder en medio de una típica reunión de padres. Luego, en “La casa de las palomas” el eje central giraba alrededor de las relaciones familiares en medio de un festejo de cumpleaños, donde además la autora se permitía hablar de los lazos filiales, el paso del tiempo, la memoria y los recuerdos, frente al deterioro que sufría uno de los protagonistas. Ahora, en su nueva creación, “CARTON PINTADO”, Hladilo pone la lupa y se zambulle de lleno en el universo femenino, creando una comedia divertida, profunda, con una enorme capacidad de autocrítica y el poder sanador de reírse de sí mismo.

Tres mujeres que apenas pasan los 40, se dan cita en el depósito del  emprendimiento de dos de ellas, al que se suma una amiga que viene a prestar su ayuda.  Al problema económico-financiero que atraviesa el local hace pensar que su suerte tiene los días contados y en medio de la frustración de un emprendimiento que no prospera y que tensiona más todavía a sus socias (lo que permite que se filtre una realidad comercial por la que atraviesa nuestro país en este último tiempo y la feroz competencia entre comerciantes del mismo rubro y en la misma zona), el verdadero problema es que una de ella ha sido recientemente abandonada por su pareja sin mayores explicaciones, que la ha dejado suspendida, sin saber los motivos, esperando una respuesta.

Hladilo imagina a sus protagonistas como tres arquetipos de mujer bien diferenciados, donde cada una quisiera estar, al menos por un rato, en el lugar de la otra. Miriam (la propia Hladilo) es la soltera que, completamente desencantada de los vínculos, ya parece no buscar ningún amor, intentando conocerse a sí misma, Belén (Mercedes Quinteros) es la mujer casada con hijos que ha tenido la familia que en algún punto todas desean –aun cuando ella esté harta de las imposiciones, las presiones familiares, la crianza de sus hijos y que quisiera disfrutar de la libertad que aparentemente tienen sus amigas- y finalmente Raquel (Julieta Petruchi) que es quien se siente incompleta por no haber encontrado un amor y no haber podido formar esa familia que tanto anhela.

Si bien los tres estilos de mujer que presenta el texto son bien diversos, en la puesta en escena imaginada por Hladilo, las tres mujeres comparten elementos que las igualan en su aspecto exterior: cuentan con movimientos y aspectos de maniquíes, tienen pelucas rubias que, en cierto modo intensifican esos rasgos de mujeres-muñecas, mujeres-Barbies en donde mordazmente se depositan todos los mandatos, las presiones estéticas y los estereotipos de belleza socialmente impuestos, con los que la obra dialoga en un debate inteligente. 

Además de un timing de comedia perfecto, la propuesta de Victoria Hladilo juega con la comedia física y el clown con gran acierto en aquellas escenas donde movimientos reiterativos, frases repetidas como un disco rayado y  ciertos automatismos, subrayan ese mundo de muñecas que plantea la obra, incluso, como un nuevo plano narrativo. 

El texto atraviesa una mirada femenina actual y comprometida con el verdadero deseo, demoliendo estructuras y planteando con mucho humor y una mirada directa y corrosiva, la destrucción del deber ser y las imposiciones.

Si bien el texto se luce pudiendo tratar el tema a través de una mirada descarnada pero al mismo tiempo amorosa, para con sus personajes el poder de la comedia radica en cómo las actrices le dan vida a esa dramaturgia lúcida que siempre tiene Hladilo. Junto con ella, Mercedes Quinteros y Julieta Petruchi juegan con los distintos tonos que les ofrece la obra y, en cada uno de ellos, disparan la nota precisa, haciendo reír y emocionar con la misma intensidad con momentos de delirio donde la carcajada surge espontáneamente.

Una vez más, ahora con “CARTÓN PINTADO”, Hladilo se consagra como una gran observadora de la realidad, de la condición femenina, de los sentimientos y del mundo interno de sus personajes, sin olvidarse que el humor sigue siendo el arma más potente con la que atravesar a los espectadores. 

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Dramaturgia y dirección: Victoria Hladilo
Con  Victoria Hladilo – Mercedes Quinteros – Julieta Petruchi / Voz en Off: Mike Amigorena  
Nün Teatro  – Juan Ramírez de Velazco 419 – CABA Sábados 22.30 hs.

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