Como todo en la vida hay altibajos, y es ahí donde yace la destreza de Paul Thomas Anderson, con un manejo increíble del lenguaje, nos mantiene expectantes, nos invita a pasear por toda la película sin aburrirnos en ningún momento, deseando que el destino los vuelva a cruzar para darse alguna chance.
"El gran problema es que todas las pretensiones, que no son muchas, forman parte de un guión torpe que termina dando por tierra con todos los posibles logros obtenidos."
"Julieta Díaz se muestra precisa en los desbordes de su personaje, encontrando el tono exacto para recorrer todas las tonalidades que le propone el texto con momentos marcadamente diferentes."
Por Elías Ojeda
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