Por Guadalupe Farina
Una mujer en el ocaso. Enferma, vieja, cansada; pero así y todo dispuesta a seguir entregando su vida por amor a la patria. Eso es lo que cuenta Golda Meir, cuestión de Estado, de la mano de una excelente interpretación de Marina Murilla.
La trama arranca en 1969 cuando el Partido Laborista de Israel le pide a Meir que asuma como primera ministra en pos de la unidad y en medio del conflicto árabe. Pese a su enfermedad (sufría de leucemia), parece ser la única persona en el país capaz de capear la crisis. Los emisarios van a buscarla y ella se debate entre su propio cuidado y el deber que siente que tiene para con el pueblo judío. A partir de allí, retrocede en el tiempo a distintos momentos de su historia, como cuando en 1947 cumplió un rol fundamental en la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel.
Con sólo un cambio en un elemento del vestuario y la modificación del gesto corporal, Murilla da cuenta de estos saltos temporales que sirven no solamente para recrear la vida de la líder política, sino también para contar la historia de una Nación y los factores de poder que inciden en ella, representados en distintos personajes. La política, en los emisarios que van a buscarla. La prensa, en los periodistas y dueño de un diario. La diplomacia, en un cónsul inglés; y el pueblo en su mano derecha y en la enfermera que la atiende. Todos ellos serán quienes presionen a Golda, desde sus intereses propios, para que acepte el cargo.
Murilla construye en detalle su personaje. Más allá de lo físico, que se sostiene además de en su actuación en un destacable maquillaje que la envejece hasta los casi 80 años, se nota el profundo trabajo en la reconstrucción de la personalidad de Meir y, sobre todo, de una anciana que tuvo y tiene el poder y por lo tanto los caprichos que devienen con él. La soberbia de Meir, su adicción al cigarrillo, las malas contestaciones a sus empleadas exasperan, pero también dan cuenta de su costado humano; como quien dice, la bajan del pedestal y la acercan a cualquier persona mayor enferma.
Sin lugar a dudas, lo mejor de Golda Meir, cuestión de Estado son sus actuaciones, todas destacables. En cuanto a la puesta, resulta extraño que en muchas escenas con varios actores no se aproveche más el amplio escenario del Teatro Border.
En definitiva, la obra sumerge al público durante prácticamente dos horas no solamente en la vida de Golda Meir, sino también en la historia del Estado de Israel y el sufrimiento de la guerra en Medio Oriente. Pero, además, enfrenta al público a la vejez, el deterioro y la eterna lucha por el poder.
Golda Meir, cuestión de Estado se presenta los domingos a las 20:30 hs. en el Teatro Border (Godoy Cruz 1838 – CABA)
FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Actúan: Tomas Bertoldi, José Luis Calcagno, Carlos Canosa, Juan Fernández, Julian Flaiszman, Nora Glazer, Gustavo Roza, Claudia Kotliar, Marina Munilla, Fernando Prieri, Mario Riccio, Ana Rosa Selaro
Caracterización: Agustina Cornejo
Maquillaje: Magui Guillén
Diseño de maquillaje: Florencia Zarate
Diseño de vestuario: Angie Almada
Diseño de escenografía: Gerardo Grillea
Diseño de luces: Ricardo Sica
Música original: Gustavo García Mendy
Efectos especiales: Agustina Cornejo
Fotografía: Fuentes2fernandez
Diseño gráfico: Fuentes2fernandez
Asistencia de dirección: Melanie Angresano
Prensa: Simkin & Franco
Supervisión dramatúrgica: Sol Rodríguez Seoane
Dirección: Gerardo Grillea