CINE: Crítica de "KNIVES OUT" (ENTRE NAVAJAS Y SECRETOS)

Por Damián Aspeleiter


Rian Johnson nos ofrece una película con aires de policial clásico: investigación. Donde lo interesante es que se guarda un secreto hasta el final, y es el detective quien nos va develando las capas de la trama, planteándonos preguntas y guiándonos en el desarrollo de la historia.

El film nos sitúa en la mansión de los Thrombey, una familia que gira en torno al patriarca Harlan (Christopher Plummer) y su fortuna. Harlan, es un hombre que se ha hecho rico gracias a sus novelas policiales. En la noche de su cumpleaños, Harlan, se suicida (o no). Eso es lo que creen todos menos el detective Benoit Blanc, quien llega a poner dudas sobre certezas y a convertir a todos los miembros de la familia en sospechosos, porque todos en esa familia guardan secretos y porque todos tenían motivos para matar a Harlan. La historia utiliza un planteo clásico para desarrollarse y avanzar con más de una vuelta de tuerca y sosteniéndose en la construcción de los personajes y las buenas actuaciones.

Si bien la película se sostiene en las buenas actuaciones, una parte importante de la construcción narrativa es el diseño de producción que toma a la casa como un personaje más “este tipo vive en un tablero del Clue” dice uno de los personajes y eso parece ser cierto ya que cada detalle de la escenografía es puesto para dar pistas sobre los hechos acontecidos en el relato.

Los personajes son tomados como estereotipos que se van deconstruyendo de a poco hasta confirmar lo que insinúan en un principio o desarmar esa idea generada por la primera impresión, es así que uno puede percibir la tensa complicidad entre los personajes como la pareja que forman Don Johnson (quien desde «Cold in July» de 2014 en adelante solo regala buenas actuaciones) y Jamie Lee Curtis, tanto como la frágil adulación de Joni, el personaje de Toni Colette o el resentimiento ante la subestimación de su padre que le siente Walter (interpretado por el siempre excelente Michael Shannon) la primera impresión ante una familia que solo demuestra cierto interés por el dinero del fallecido, más que consternación, nos sitúa en el lugar de creer que todos tenían razones para matarlo al mismo tiempo que nos permite especular que ninguno tenía el valor para hacerlo. Ana de Armas y Chris Evans ofrecen dos buenas interpretaciones que complementan la construcción general que realiza el elenco sobre la familia Thrombey como una entidad en sí.

El juego que realiza Johnson con la construcción de los personajes y desarrollo de la historia es el valor agregado que tiene la película, ya que si bien parece ser una reinterpretación de la obra de Agatha Christie y al típico policial de investigación «Entre Navajas y Secretos» tiene sus propios giros argumentales, sentido del humor y sobre todas las cosas alma. Se puede sentir a esta película como orgánica, no como un cúmulo de escenas en tiempo presente y flashback unidas sin ningún sentido. El montaje y la dirección le dan un ritmo que no permite caídas en la narración.

Si ponemos distancia con la trama de policial y de misterio, «Entre Navajas y Secretos», ofrece un pequeño subtexto político que ataca al clasismo: la meritocracia y la extrema derecha.

Rian Johnson se mete en este tópico de forma sutil y con buen gusto, que a pesar de hacerlo de forma exprofeso está integrada de forma orgánica en la película pero no subrayada, está donde debe estar y como debe estar. Algunos personajes son metáfora y sátira de la realidad, de sucesos que suceden actualmente, como el recrudecimiento de la derecha o el racismo encubierto pero son expuestos con tal gracia que al mismo tiempo que provocan rechazo generan alguna carcajada en el público.

El punto alto de la película es Daniel Craig quien crea a un detective diletante al estilo Auguste Dupin o Columbo, Benoit Blanc centra su investigación más en la dialéctica que en las evidencias físicas, sin despreciar estas últimas. El detective desde su postura física y su forma de hablar aparece como intimidante pero al mismo tiempo humano y centrado, lejos de la sobreactuación y el histrionismo al que nos tienen acostumbrados los actores que interpretan a detectives en televisión y cine. Tal vez este personaje recuerda un poco a Monk pero no deja de ser una creación propia de Craig.

Rian Johnson toma un formato conocido para contarnos una historia que está llena de matices propios. En esta ocasión el director de Brick (Brick, 2005) y Looper (Looper, 2012) decide jugar con una variante de la clásica historia de Agatha Christie haciendo una historia tan familiar para el espectador que hasta no necesita de las referencias para darse cuenta donde está parado, aun así «Entre Navajas y Secretos» es una historia original en la cual se nota la impronta del director y guionista. Johnson en esta película nos deja en claro su gran capacidad para contar historias, su talento y sobre todo su maduración como narrador y creador de personajes.

9 de 10


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