ESTRENO: Crítica de «GOLEM, La Leyenda»

Por Marcelo Cafferata

El niño de Barro

Los hermanos Doron Paz y Yoev Paz (¿the Paz Brothers, serían?) vuelven sobre la leyenda de uno de los seres más ancestrales de la religión judía y así en “GOLEM: la leyenda” abordan la figura de ese mito creado desde el barro para la protección del pueblo judío.

Si bien el GOLEM sigue teniendo una fuerte presencia dentro de la cultura judía y toda vez que se cita al folclore medieval, no ha sido una de las presencias más trabajadas en la literatura o en el cine contemporáneo, con lo cual, a primer vista este rescate de su figura para esta producción israelí, tiene tintes interesantes.

De todos modos, se torna un poco complejo intentar abarcar el espíritu de esta producción frente a una reseña, porque precisamente los hermanos Paz desde la dirección y sobre todo Ariel Cohen desde el guion, trabajan en diversas direcciones sin definir cuál es el género al que apunta la historia, lo cual, en principio, no es una debilidad de la película pero si deja una sensación de no tener claro el género que quiere trabajar y el tono en el que inscriben su película.

En un principio y en las primeras escenas, nos sitúan en esa Lituania del Siglo XIV en donde aparece fuertemente presente la sensación de desprotección del pueblo judío ante la invasión de su territorio por otro grupo que, aquejado por una rara enfermedad, los invade y los obliga a prestar ayuda.

Con un buen rigor histórico en la puesta, lo que aparece como una película de época orientada a los ritos y costumbres del pueblo judío alrededor de la poderoso conocimiento de la Kaballah por medio de los rabinos –entrecruzado con la presencia de la “bruja” y sus esotéricos conocimientos-, va de a poco dejando lugar del drama personal de Hannah, atrapada en un matrimonio donde no parece estar feliz y emocionalmente bloqueada tras la pérdida de su hijo, sucedida siete años atrás.

De a poco sabremos que Hannah, a pesar del deseo de su esposo, intentará no volver a quedar embarazada para no transitar nuevamente por ese dolor, pero aun cuando parece una mujer sometida dentro de los mandatos del matrimonio y algunos de los cánones de la religión, comenzará a “empoderarse” –palabra completamente en boga en nuestros días- para demostrar toda su rebeldía contra el pueblo invasor (también vinculando la fuerte idea del antisemitismo). Se servirá de los secretos de la Kabbalah para crear a Golem que, en principio, hará justicia y la ayudará para la defensa.

Justamente este Golem, mezcla todo este mundo del misticismo con lo sobrenatural y se enreda más aún con la historia personal de Hannah cuando aparece con forma de niño y ella comienza a sentirse fuertemente conectada con él y vemos como el Golem va poniendo en acto algunos sentimientos / sensaciones de Hannah, como un autómata fiel a los designios de su amo.

Pero tal como cuenta la leyenda, este ser que en principio se ella crea para la defensa de su pueblo, se torna inmanejable, peligroso y presenta una rara ética para diferenciar entre el bien y el mal.

El principal escollo con el que se tropieza “GOLEM: la leyenda” es esa mezcla de géneros que parece finalmente no satisfacer a ningún público. Si bien puede tener escenas que la vinculen al terror e inclusive con algunas situaciones lindantes al gore, no tiene el rimo típico de la película que todo fan del género espera ni tampoco la contundencia como por ejemplo si la tenía “The Witch” aquella película situada en la Nueva Inglaterra de 1630 que comparte un estilo similar al de esta producción israelí, pero que definía claramente hacia dónde apuntaba la historia.

En este caso, se mezcla demasiado el tono de drama familiar (inclusive Hannah despierta toda su ira porque la invasión del pueblo es justamente el día del casamiento de su hermana) y tampoco logra explotarse los elementos sobrenaturales que podrían potenciar una película más inquietante. Por momentos, el drama ocupa tanto espacio del relato que se pierde de vista que el personaje del Golem debiese estar emparentado con la figura del mito, del “monstruo”, de lo legendario y los momentos en los que aparece el terror más puro se remiten a un pequeño puñado de escenas.

Con lo cual para construirse como una película dramática representativa de una época y de las discusiones morales y religiosas que se plantean alrededor del tema, queda como a mitad de camino, sin el andamiaje necesario para que esos dilemas éticos puedan ser profundamente resueltos. Por otro lado, es altamente probable que los fanáticos del género salgan completamente decepcionados porque no abundan los momentos más típicos de una película sobrenatural del estilo de las de M. Night Shyamalan.

Sin embargo, quienes puedan disfrutar de ese tono intermedio, nadando a dos aguas entre el relato personal de Hannah y su particular forma de procesar a la vez su duelo y los elementos sobrenaturales que va presentando la película, podrán disfrutar de “GOLEM: la leyenda” porque aún con las apuntadas indefiniciones, logra ser un producto sólido, bien armado y con una calidad en los rubros técnicos (fotografía, vestuario, edición) que queda en evidencia desde las primeras escenas.

6.50 de 10


Por Damián Aspeleiter

Golem es una película israelí rodada en Rumania que nos trae el mito de la creación del monstruo clásico de la mitología judía. Golem es uno de los seres mas antiguos del folklore judío y es utilizado por la literatura y el cine desde la misma época que otros grandes monstruos como Drácula y Frankenstein pero ha pasado al olvido para la cultura popular a pesar de tener un par de producciones realizadas en el siglo XX siendo la más recordada cinta expresionista alemana “Golem” de Paul Wegener y Carl Boese (1920), filmada durante el período mudo, “le Golem” de 1936 dirigida por Julien Duvivier y la película británica “It!” de (1967) dirigida por Herbert J. Leder entre otras.

Golem, la leyenda nos ubica en una aldea judía, en la Lituania del siglo XVII (1673). Dicha aldea de repente se ve amenazada por un señor cristiano que acusa de brujería a los judíos y de causar una peste que está matando a los aldeanos, a su hija principalmente. Ante esta amenaza Hannah, la nuera del rabino decide que lo mejor que pueden hacer es crear un Golem que los defienda de los cristianos. No hay mucho más que decir, una vez creado el monstruo sucederá lo que sucede siempre en este tipo de situaciones, es decir que el monstruo se ira de las manos de su creadora.

Lo que se debe resaltar del guion es la creación del personaje protagónico: Hanna es una mujer que se enfrenta a los dogmas impuestos por la religión queriendo conocer las escrituras, es decir leyendo, opinando y desafiando a los lideres patriarcales de su aldea. Al mismo tiempo Hannah toma decisiones respecto a su vida que van en contra del rol de la mujer dentro de ese orden social en el que se mueve. Esta construcción de una mujer desafiante e inteligente en un mundo de hombres es lo mejor que hace el guion pero se ve totalmente disuelto en la trama de amor, en la venganza y las contradicciones del propio personaje y termina siendo irrelevante ya que Hanna al fin y al cabo termina siendo otra mujer que necesita un hombre que la proteja.

Si bien tiene una producción cuidada, con un buen diseño y un ritmo que en un principio es pausado y bien construido. El ritmo, la producción y el estilo de filmación logran engañar al espectador haciéndole pensar que se encuentra ante una película independiente y pretenciosamente artística como la película estonia November (2017), que al menos jugaba con la fantasía y el preciosismo de su guion, pero inmediatamente nos encontramos ante un drama de horror que se queda en el camino sin ser drama ni terror. Golem en un principio parecería presentarnos una historia de terror con matices que la asemejan a la producción estonia o yendo más a lo mainstream recuerda a la Bruja (The Witch, 2015), mas por el diseño y la época por la época y la temática que por la narración y la construcción de la trama. La película cae en un pozo del cual los directores no pueden sacarla debido a que el guion es demasiado lineal y previsible. En los momentos en los que la película pretende incursionar en el slasher parecerían como encorsetados ya que no logran el exceso que uno espera en este tipo de producciones ni la sutileza necesaria para convertir al terror en una autentica obra artística, en resumen hacer explotar a personas como si fueran bolsas de kétchup desentona totalmente con el tipo de narración que intenta llevar adelante al mismo tiempo que las pretensiones de autor de los directores dejan sin la dosis de terror necesario para los amantes del género, no hay gore, no hay slasher, no hay reflexión filosófica, no hay preciosismo narrativo, en pocas palabras hay un poco de cada cosa, lo que en definitiva es nada.

Golem es una película que se queda a mitad de camino entre el experimento artístico y el slasher, por lo cual no es una cosa ni otra pero mas allá de cualquier critica a su falta de estilo o definición termina siendo un producto correcto y nada mas.

5 de 10


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