Entrevista con el nuevo cónsul argentino en New York, Santiago Villalba

Hablamos con Santiago Villalba nuevo cónsul argentino en la Gran Manzana. Un nuevo desafío con una de las comunidades de argentinos más grandes de EE.UU.

Entrevista: Fer CasalsValeria Massimino

¿Qué tipo de expectativas personales y profesionales tiene para su nuevo cargo?

Espero estar lo más cerca posible en la asistencia a los argentinos que están en nuestra jurisdicción así como continuar con el trabajo del Consulado tanto en la promoción de exportaciones, de nuestra cultura, como en acercar a las cámaras y empresas que buscan inversiones en el sector servicios, sobre todo en el sector de servicios basados en el conocimiento; y estrechar los vínculos académicos y científicos.

¿Cómo define las relaciones actuales entre Argentina y EE.UU.?

En reiteradas oportunidades nuestras autoridades han destacado que ambos países atraviesan un momento de muy buena relación bilateral. Nuestro Embajador en Washington ha resaltado el «dialogo abierto» que mantiene con la administración de Trump desde que arribó a la embajada argentina en este país y elogió la «excelente predisposición» de la Casa Blanca para colaborar con la Argentina y tener una «agenda positiva» en todos los temas bilaterales con un diálogo abierto 

¿Cómo observa el mercado estadounidense con respecto a la entrada de productos emblemáticos argentinos, como el vino y la carne?

El recorrido de ambos productos hacia el mercado de los EE.UU. es diferente. Por un lado, desde la celebración de la primera edición del “Malbec World Day” o “Día Mundial del Malbec” (una estrategia de promoción internacional cuidadosamente elaborada y llevada a cabo por “Wines of Argentina” y la Cancillería Argentina a través de sus Embajadas y Consulados en el mundo) que se inició en el año 2011 a nivel mundial, celebrándose cada 17 de abril, el vino argentino comenzó a tener una mayor notoriedad a nivel internacional, en particular a través de nuestra cepa emblemática: el Malbec.

Este evento mundial, que no se ha interrumpido desde su inicio, sirvió de plataforma de lanzamiento y promoción de un producto que posee una calidad sumamente apreciada por el público consumidor. En dicho contexto, el mercado de los Estados Unidos se fue transformando en uno de los más relevantes para nuestras bodegas exportadoras al punto de convertirse es nuestro primer mercado si tomamos como parámetro el volumen de las exportaciones para vinos fraccionados y espumantes y el sexto en importancia a nivel valor de exportaciones.

Si observamos las estadísticas de importación de los EE.UU. para el año 2019 podemos comprobar que nuestro país es el quinto exportador, luego de: Italia, Francia, Nueva Zelandia y Australia (Fuente: https://dataweb.usitc.gov/).

Por su parte, la carne vacuna presenta mayores restricciones de ingreso, ya que solo se puede exportar a los Estados Unidos carne vacuna fresca, enfriada o congelada desde la región norte del paralelo 42. Adicionalmente, todas las importaciones de carne deben provenir de un establecimiento frigorífico autorizado para la exportación al mercado estadounidense.

Nuestra carne vacuna argentina obtuvo autorización de ingreso al mercado de los EE.UU. en el mes de diciembre de 2018 y actualmente tenemos una cuota de importación de 20.000 toneladas anuales, que para el presente año ya han sido cumplidas. El arancel dentro del contingente es de US$44/tonelada, mientras que las exportaciones que superen ese volumen deben pagar un arancel del 26,4%, lo cual nos hace menos competitivos desde un punto de vista del precio final del producto, sobre todo en relación a nuestros competidores directos: la carne vacuna australiana.

No obstante, a diferencia del vino, creo que tenemos por delante la obligación de desarrollar una tarea de promoción y concientización para que nuestra carne vacuna tome la notoriedad entre los consumidores locales que actualmente gozan nuestros vinos. Y para ello, trabajamos en forma coordinada con el “Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA)”, para poder cumplir este objetivo tan importante.

¿Hay algún producto argentino que pueda potenciarse en EE. UU y no se ha hecho hasta el momento?

Dada la larga presencia histórica de nuestra Embajada en Washington DC y de nuestros Consulados en diversos Estados de los Estados Unidos, creo que se ha trabajado en la promoción de toda la oferta exportable argentina. De todas formas, no me gustaría dejar pasar la oportunidad para resaltar un sector sumamente dinámico que va adquiriendo un  reconocimiento local. Me refiero al sector exportador de servicios basados en conocimiento, y dentro de dicha industria al sector exportador de software que se destaca por sobre el resto de los países de la región. La calidad del programador argentino está siendo cada vez más reconocida a nivel mundial. A ello se suma el buen nivel de manejo del idioma inglés, así como una zona horaria similar a los EE.UU. De esta manera, la Argentina se ha convertido en un “hub” exportador de servicios dentro de los países de América Latina. El 60% de las exportaciones argentinas son dirigidas a los EE.UU. (se estima que las exportaciones anuales de software de Argentina son del orden de los USD 1.900 millones (2019)).



Actualmente, el Senado de nuestro país se encuentra tratando lo que será una nueva Ley de Economía del Conocimiento para este relevante sector capaz de desarrollar exportaciones de alto valor agregado y de generar un flujo importante de ingreso de divisas.

Por otra parte, habría que destacar el sector de Biotecnología que representa en nuestro país una industria innovadora y de gran potencial para las exportaciones, ya que posee numerosas ventajas comparativas por sus recursos naturales, humanos y científicos. Este sector comprende la investigación, producción, comercialización y exportación de productos biotecnológicos aplicados a la salud humana y animal, industria alimenticia, agropecuaria, forestal y biocombustibles con un importante valor agregado.

En este contexto de pandemia global, ¿será promover exportaciones una de las tareas más difíciles como cónsul?

Es un gran desafío, ya que vemos que hay industrias o sectores que pueden ser promovidos a través del uso de dispositivos conectados a internet, como el de servicios. Sin embargo, en otros sectores, como el de alimentos y bebidas, se requiere de un contacto personalizado que permita la verificación de la calidad de los productos y la construcción de una relación de confianza previa a la concreción de los negocios.

De todas maneras, el poder de adaptación del ser humano a contextos difíciles es único, por lo que estimo que en el mediano plazo se irá normalizando la situación y podremos regresar a los clásicos encuentros de compradores y vendedores a través de ferias comerciales.

Más allá de ello, sí creo que el e-commerce es una tendencia que se ha visto acelerada por el impacto de la pandemia y las empresas deberán comprender que a futuro este canal de comercialización posiblemente seguirá reemplazando al canal tradicional que requiere la presencia física de la persona en el local de venta. Comprender esta realizad conlleva la inexorable adaptación de los procesos internos de la empresa (marketing, ventas, etc.) a esta nueva realidad.

La comunidad argentina en New York se calcula en más de 25000 personas ¿Cuáles son las prioridades de su gestión?

La comunidad argentina es muy dinámica y está presente en vastos sectores. Queremos que todos sientan que el Consulado es una herramienta para vincular sus actividades con la Argentina con el objeto de dar mayor valor agregado a nuestro país. Para ello, el trabajo a través de las redes nos provee de un arma importante para llegar a un mayor número de conciudadanos, extendiendo el consulado más allá de quienes nos visitan personalmente.


Foto: Fer Casals © Revista Meta

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