Por Sergio Héctor Misuraca
“Soy un tipo que conoció el éxito, el fracaso y vivió para contarlo”. Ésta y muchas otras estrofas van invadiendo al público en esta tragicomedia musical llamada “Brillanteens”.
La puesta es clara: un baul de recuerdos, muchos recortes de revistas y diarios desparramados en el suelo y un gran pizarrón de corcho repleto de pasado e ideas. Marteen fue líder de un grupo musical furor mundial en los 90 y ahora nadie lo recuerda. Pero él tiene la convicción de que todo vuelve, sólo necesita que le respondan un llamado, para confirmarlo.
“Brillanteens” es de esas obras a la gorra que uno termina preguntándose porqué la cartelera teatral es tan desequilibrada e injusta a la vez. Más allá de la crisis, la gente sigue pagando entradas para ver teatro y muchas veces paga por productos que no merecen su valor, sin embargo, hay compañías que deciden no meterse en el circuito tradicional dejando que el público elija el precio, de acuerdo a sus posibilidades. Sin dudas, ésta es una obra que con gusto pagaría para ir a verla porque tiene todos los condimentos de una pieza teatral completa: talento, ritmo, dirección (a cargo de la ingeniosa Julieta Otero) y mensaje.
Juan Martín Zubiri es el único actor en escena. Hacerse cargo de un unipersonal no es tarea fácil para ningún intérprete, pero ésta es una construcción que le exige timing, cuerpo y voz al mismo tiempo. Una comedia musical cargando en las espaldas de un actor que brilla en escena para representar el duro presente, el pasado exitoso y la fantasía de futuro de un personaje que bien podríamos ser cualquier de nosotros.
El público se cautiva con las canciones originales de Lautaro Metral y se entrelaza con la dramaturgia de Juan Faerman para mostrarnos un nítido espejo de nuestras propias nostalgias, nuestras frustraciones y nuestro ego.
Todos alguna vez tuvimos nuestro minuto de gloria. Y es tan efímero que luego nos deja vacíos, preguntándonos cómo seguiremos después de eso. Volver al pasado duele si nuestro presente no se renueva. Brillanteens nos cuenta sobre las consecuencias de estar cegados por ese ego inflado que no nos permite ni soltar el pasado ni construir un futuro diferente.
Tienen solo cuatro oportunidades más para ir a verla, no sea cosa que las estrellas se apaguen y después no soportemos la nada del cielo.
Ficha técnico artística
Dramaturgia:
Juan Faerman
Actúan:
Juan Martin Zubiri
Vestuario:
Lula Rojo
Escenografía:
Lula Rojo
Diseño de luces:
Caio Senicato
Elaboración De Pistas:
Marcelo Andino
Música original:
Lautaro Metral
Fotografía:
Vicky Medici
Comunicación:
Varas & Otero
Diseño gráfico:
Lucila Gejtman
Asistencia de dirección:
Maite Rodríguez Chietino
Producción ejecutiva:
Ezequiel Paredes
Coreografía:
Anita Gutierrez
Coach Vocal:
Sofía González Gil
Dirección:
Julieta Otero
