TEATRO: Crítica de «Después de casa de muñecas»

Por Sergio Héctor Misuraca

“¡Alguien puede entenderme!”, grita Nora mirándonos, interpelando al público a través de un grito desgarrador que no es más que el grito de tantas y tantas mujeres.

Quince años después, Nora vuelve a su hogar, al que ya no pertenece, del cual tuvo que irse para liberarse de la opresión que no es más que la opresión que plantea el patriarcado. Vuelve después de haberse encontrado, realizándose como mujer independiente, pensándose libre, pero nuevamente extorsionada por un hombre, cae en la cuenta de que su esposo jamás ha tramitado el divorcio.

Después de casa de muñecas plantea la secuela de la tan aplaudida y también controvertida obra de Ibsen con una intención clara y muy actual: nada ha cambiado todavía, la mujer sigue estando bajo el poder del hombre, el sistema la sigue condenando a un rol cuestionado, victimizado y sometido. No es casual que el papel de Nora siga siendo víctima de una extorsión. Este es el mecanismo que la mujer debe superar todos los días: sometida o libre y repudiada.

Con una puesta minimalista en el que todo pasa por la interpretación, se resalta una fuerte y excelente decisión del director por convertir el espacio en un ateneo. El público no solo está frente al escenario, sino que también forma parte de él. Esto convierte al teatro en un espacio de debate silencioso, rodeando a Nora, como la sociedad rodea a la mujer. Los que acceden a la ubicación del escenario, se llevan la experiencia de ser público y testigos a la vez, con un ángulo de observación diferente que convierte a las escenas en postales cinematográficas.

La interpretación de Julia Calvo, siempre fiel a su estilo profesional jugando tan fácilmente con las dos máscaras del teatro, representa a la mujer dormida, la que todavía no puede ser consciente de que el sistema la daña y no le permite ser libre, poniéndose del lado equivocado, diciéndole a la mujer “vas a molestar a mucha gente con esto”. Jorge Suarez, un actor al que le basta solo un gesto para decirlo todo, representa al patriarcado más resistente, y también a los falsos intentos del hombre por acercarse a las mujeres, creyendo comprenderlas sin poder renunciar a su narcisismo. Paola Krum, de impactante presencia escénica, viene a mostrarnos un mundo, que todavía condena al feminismo y lo convierte en un proceso necesario, pero tan doloroso que todavía muchas mujeres siguen pagando el precio de sus propias decisiones.

Después de casa de muñecas plantea también implícitamente un poderoso interrogante: ¿qué valores absorben nuestros hijos? ¿Son libres de pensamiento? ¿qué tipo de mujeres estamos construyendo, libres o esclavas?


Ficha técnico artística
Autoría:
Lucas Hnath
Versión:
Federico González Del Pino, Fernando Masllorens
Traducción:
Federico González Del Pino, Fernando Masllorens
Actúan:
Julia Calvo, Laura Grandinetti, Paola Krum, Jorge Suarez
Montaje:
Jorge H Pérez Mascali
Diseño de vestuario:
Ana Markarian
Diseño de escenografía:
Julieta Kompel, Alicia Leloutre
Diseño de luces:
Sebastián Francia
Audiovisuales:
Milwatss
Stage Manager:
Guido Losantos
Vestidores:
Héctor Ferreyra
Fotografía:
Alejandra López
Comunicación visual:
Gabriela Kogan
Comunicación Digital:
Bushi Contenidos
Asistencia de dirección:
Guido Losantos
Productor asistente:
Nicolas Kompel
Prensa:
SMW
Producción gráfica:
Romina Juejati
Producción ejecutiva:
Javier Madou
Producción general:
Pablo Kompel
Dirección de Producción:
Ariel Stolier
Supervisión de sonido:
Pablo Abal
Dirección técnica:
Jorge H Pérez Mascali
Dirección:
Javier Daulte

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