Alberto Rojas Apel: «En Argentina todavía hay una gran deuda para con los guionistas»

Tras un año repleto de proyectos en cine, televisión y teatro, entrevistamos al actor y guionista argentino detrás del éxito de «Abzurdah». 

Entrevista: Paola Jarast

¿Cómo empezó tu carrera como actor y guionista? ¿Cómo te formaste?

Desde muy chico que me gusta el cine. Tengo mis cuadernos de la escuela con todos los ángulos llenos de dibujitos que al pasar las hojas rápido forman pequeñas historias. Mis primeros cortos los hice con un amigo cuando estaba en segundo año, en SVHS. Empecé a estudiar cine a los trece años. Y después, de a poco, me fui inclinando al guión. Hice un montón de seminarios y cursos y talleres sobre eso. Y me leí todos los libros habidos y por haber sobre guión. Me apasiona. Laboralmente, lo primero que hice fueron guiones de radio. Después lo conocí a Ezequiel Acuña (ver nota aqui) y trabajé en sus cortos y en sus películas. Y en paralelo, un amigo que había entrado a trabajar en televisión me llamó para escribir juntos una sitcom.

Como actor empecé a estudiar teatro más que nada porque en la escuela en la que estudiaba cine no me terminaba de cerrar la materia Dirección de Actores, y quería entender un poco mejor ese asunto. Me empezó a gustar actuar, pero soy muy tímido. Me anoté en varios talleres de teatro y eso me fue sirviendo para soltarme, por lo menos arriba del escenario. Mis primeras actuaciones fueron en la escuela de cine. Después algunas obras de teatro. Lo primero grande que hice fue “Excursiones”, de Ezequiel Acuña. Y a partir de eso fueron surgiendo más cosas.

¿Te sentís más cómodo en alguna de las dos actividades?

Me siento mucho más cómodo como guionista. Es en donde tengo más experiencia y en donde sé que puedo resolver mejor los problemas. Pero eso no significa que me guste más. El misterio de no saber si soy capaz o no es algo que me atrae mucho de la actuación. Cada proyecto que me aparece como actor es un reto, una aventura, un juego, y trato de tomármelo así. Ser guionista es mi trabajo. Me gustan y me apasionan las dos cosas. Hoy siento que se retroalimentan muy bien en mi vida. Cada cosa que actúo me hace escribir mejor, y viceversa.

¿Cómo ves los guiones en Argentina?

En Argentina todavía hay una gran deuda para con los guionistas. Yo lo sufro en carne propia. Quizás también por eso me volqué a la actuación y a la docencia. Porque no llueven los trabajos. Me gusta hacer el ejercicio de mirar en cuántas pelis nacionales se contratan a guionistas para que las escriban. Es un porcentaje que da mucha pena. Es un rol que suele considerarse que puede ser cubierto por el propio director o los productores. Eso no me parecería mal si fueran guionistas, pero casi nunca lo son, casi siempre son directores o productores cubriendo roles. Es distinto. De a poco siento que eso va cambiando. Que la industria se está dando cuenta de que los guionistas son personas preparadas, que conocen ciertos recursos y resortes narrativos que pueden hacer que una historia sea más interesante, que esté mejor contada, que le guste a más gente. Sin por eso quitarle autoría al director. Eso es importantísimo. Por suerte está empezando a pasar. Y cada vez hay más guionistas trabajando.

¿Estás trabajando en algún proyecto ahora?

Ahora se acaba de terminar de grabar una miniserie que escribí para la Universidad Tres de Febrero un3.tv que se llama “Sí, quiero”. Estoy escribiendo un guión de largometraje que va a dirigir Gastón Pauls. Y a punto de empezar los ensayos de una obra de teatro que escribí y voy a dirigir.

Este año fuiste parte del equipo de guionistas de Entre caníbales. ¿ Qué pensás respecto de la baja audiencia que tuvo pese a que se trató de un producto de indiscutida excelencia?

En verdad, no saqué ninguna conclusión al respecto. Lo lamentaba, pero mi tarea era encargarme de escribir lo mejor posible.

Campanella declaró en una entrevista que el público argentino «Se come cualquier cosa norteamericana». Y que la audiencia «está muy acostumbrada a algo que se pueda ver sin mirar». «Si vos llegás a hacer un Mad Men argentino, con la misma calidad de guión y de actuación, dirían que es una porquería aburrida, insoportable y mal actuada. Basta con que sea americana para que sea una genialidad.»¿Qué opinás de sus dichos?

Respeto y admiro mucho a Campanella. Además es productor y trabajó acá y en Estados Unidos. Sabe de lo que habla y debe tener el asunto mejor estudiado y pensado que yo. A mí simplemente me encanta ver series nacionales. Y muchas veces me quedo solo sin poder conversarlas con nadie porque están todos hablando de las extranjeras. Y eso que hay productos de altísima calidad, excelentes, muy recomendables. Confío en que de a poco se irán haciendo más visibles y la industria y el público las acompañará. Y si no pasa eso, son buenas igual.

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¿Una película? I heart Huckabees (2004)

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¿Si pudieras retroceder en el tiempo, a qué hecho histórico irías? A alguna charla de Sócrates.

¿Un actor? Daniel Day Lewis.

¿Un director de cine extranjero? Los hermanos Duplass.

¿Una mujer? Mi hija.

¿Lugar ideal para vacacionar? Córdoba.

¿Un libro? Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak.

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¿Un final de película? The Full Monty (1997).

¿Creés en Dios? No.
UNAMETA

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