Carajo en Enigma Club: ya fue hecha la advertencia


Crónica: Tomas Cardín
Fotografías: Gustavo Jaimez


En el marco de la presentación de Basado en Hechos reales, su último álbum lanzado en abril de 2019, Carajo regresó a las tierras quilmeñas. En un show de casi dos horas, el trío nos agasajó con todo lo que fuimos a buscar: un sonido sin concesiones, una lista de temas arrolladora y un rato de saludable desmadre.

Carajo jamás renunció a lo que se propuso en las diferentes etapas de su trayectoria. Creo que ahí radica la clave de su éxito. Si ya sé, los nostálgicos y puristas dirán que muy lejos quedó aquella banda de principios de los 2000 que despotricaba contra los políticos de turno y mantenía el espíritu de A.N.I.M.A.L. Esto implicaría, en principio, desentenderse del transcurso del tiempo y del cambio de contexto sociopolítico que atravesó nuestro país, y de cómo estas transformaciones repercuten en todas las propuestas artísticas. Pero lo clave estriba sobre el hecho de que fue justamente el haber expandido las marcas sonoras de la banda que previamente supo reunir a Marcelo “Corvata” Corvalán y Andrés “Andy” Villanova, el principal mérito de este poderoso trío, que conforman junto a Hernán “Tery” Langer. Esto, por supuesto, no tiene que ver con una defensa acérrima de la variación estilística, o con una crítica a las bandas que intentan pregonar cierta coherencia (que en ocasiones termina convirtiéndose en auto limitación). Por el contrario, tiene como objetivo reivindicar la libertad creativa de la agrupación. Ese es, en definitiva, el principal mensaje que advierto en su recorrido musical.



Siempre que una banda con el reconocimiento y la popularidad de Carajo viene a nuestra querida zona sur, surge una expectativa importante. Esta ansiedad, logró ser saldada con creces el pasado 3 de agosto en Enigma Club. A las 20:30, el recinto abrió sus puertas, y una gran cantidad de fanáticos se dispuso a ingresar (muchos de ellos fueron directo hacia el stand de merchandasing). Luego de una llamativa y un tanto incómoda previa sin música de fondo y con diálogos apenas perceptibles entre los allí presentes, el quinteto Ñudrop dio inicio a la velada. Actualmente, se encuentran presentando su disco Resiliencia, en el que expresan un estilo que fusiona new metal, con hardrock y ciertos segmentos más melódicos. Esta mezcla, lejos de tornarse extraña, es sostenida con solidez por la banda. Su show se compuso de siete temas propios y un cover de Killing in the Name, de Rage Against the Machine, que despertó la locura de quienes ya se ubicaban cerca del escenario. Durante un poco más de media hora, Ñudrop dio la pauta de ser una interesante propuesta a la que habrá que seguirle el rastro. El público, además de contentarse con la actuación del quinteto, pareció haberse percatado de este potencial a futuro y los despidió con aplausos y ovaciones.

Pasado el acto de apertura, los ánimos quedaron dispuestos ante la inminente aparición de Carajo sobre las tablas. Esto se demoró unos cuarenta minutos, en los que el encargado de probar la guitarra de Langer salió al menos unas siete veces al escenario. Finalmente, a las 22:15 exactas, Corvata, Tery y Andy hicieron su aparición. La apertura estuvo a cargo de Advertencia, una de las canciones más poderosas de su último disco. Tanto en este primer tema, como en el que le siguió, La venganza de los perdedores, los graves se sintieron bastante saturados y la guitarra un tanto apagada. Afortunadamente, estos desfases se solucionaron a partir de Denso, la tercera canción de la lista. La primera parte del set contó con seis temas de Basado en hechos reales, pero esto no impidió que el público se entregue a un frenesí de buen mosh, y que se coreara cada línea lanzada por Corvata. Por el contrario, se percibió una indudable aceptación de estas nuevas composiciones, por parte de los fans.

Arriba del escenario, la banda no solo transmite una sensación de seguridad y de absoluto disfrute en cada nota que ejecuta, sino que además se divierte y da señales de madurez. Esto pudo verse, por ejemplo, en el momento en que detuvieron el comienzo de una canción ya que Andy no podía abrir el envoltorio de un chicle, lo que provocó que sus compañeros se burlaran y que el público lo vitorease al grito de “Olé Olé Olé ¡Andy! ¡Andy!”. Al mismo tiempo, Corvata se mostró especialmente sensible con los niños presentes. A uno de ellos en particular lo arengó para que continúe con sus gritos de “¡Carajo!, ¡Carajo!, y le adjudicó el título de ser el alma de la banda y el futuro de la movida. Esto desató, por supuesto, el aplauso de todos los que presenciamos la situación.



La parte final del recital, que contó con un total de 23 canciones sin bises, tuvo como base una mayoría de clásicos. Chico Granada, Luna Herida, Libres, Ácido y Joder, conformaron un segmento demoledor que desencadenó las secuencias más intensas de festejo de los espectadores, e incluso de algunos miembros del staff de seguridad de Enigma Club (que por cierto durante el horario de trasnoche se convierte en un boliche bailable), ubicados en el fondo del público. Después de esta seguidilla, Corvata agradeció a los fans, nos recordó que se aproximaban las elecciones del domingo 11 de agosto, y por ende nos invitó al caos con Sacate la mierda. Tras un amague a retirarse de las tablas, Carajo dio cierre a su actuación con el implacable Medley de Pantera que combina los riffs de Five Minutes Alone, Domination, I’m Broken, Cowboys From Hell y Walk, entre otros. Concluido este homenaje a Dimebag Darrell y sus colegas, el recital llegó a su final con aplausos y aclamaciones que no repararon sobre lo agotador del pogo previo.

El paso de Carajo por Quilmes deja en claro que, por suerte, su recorrido parece no encontrar motivos para detenerse. Mucha agua pasó debajo del puente si pensamos en aquellos inicios con su disco autotitulado, sus presentaciones en Cemento, los comienzos del Club Carajo o el contexto adverso del 2001 en el cual se conformaron como grupo. Luego llegó el éxito, sobre todo a partir de El Mar de las Almas, y también ganaron dos premios Gardel, fueron nominados a los Grammy y se vieron envueltos en giras incesantes. Pero las recompensas más importantes que han obtenido con el paso del tiempo, y que pudieron confirmarse en el show del pasado 3 de agosto, son sin duda: la consolidación del vínculo con sus seguidores, la preservación de su potencia sonora y escénica, y la permanente capacidad para reinventarse en sus composiciones.


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