18/1/17
Por Arturo LeBranca
Susana (Silvia Villazur) vive con Juan Ignacio (Guido Botto Fiora), su hijo, en una ciudad de campo. Un lugar alejado de la Capital donde la vida es monótona, rudimentaria y todos se conocen con todos. La singularidad de este vínculo es la maduración tardía de Juan Ignacio respecto de otros chicos. No es especial, porque especial somos todos, sino que es diferente a otros. Un padre ausente que está presente como una piedra en el zapato. Esta familia de dos recibe la visita de Valeria (Luciana Grasso), sobrina de Susana y prima de Juan Ignacio, que trae un conflicto con su madre por una confusa situación.
Lorena Romanin nos regala un texto que interpela a cualquier persona porque indaga sobre un vínculo existencial. Una madre siempre es la raíz de un hijo, y viceversa. Lo antagónico de esta relación vislumbra en el amor y odio que nace y muere de manera consciente –e inconsciente-. El poder maternal, muchas veces, puede hacer bien, y otras tantas muy mal. La mirada de Romanin destaca una particularidad: la identificación.
Como si pasara un tren es una viva sensación de cómo cuesta ser uno con los miedos y deseos. Cómo es necesario chocar contra el mundo. Reconocer verdades, mentiras, y asumir que cuidar no es prohibir, amurallar, sino que es libertad sin dejar de acompañar. El temor está en Susana, Juan Ignacio, Valeria y en todos nosotros, que en algún momento entendemos, que enfrentar la vida es crecer.
9 de 10
Como si pasara un tren
Viernes y sábados 20:00 y 22:00 | El camarín de las musas
Mario Bravo 960 | CABA | Buenos Aires
Entradas $200
Ficha técnica
Dramaturgia y dirección: Lorena Romanín
Actúan: Guido Botto Fiora – Luciana Grasso – Silvia Villazur
Vestuario y escenografía: Isabel Gual
Diseño de luces: Damian Monzón
Realización escenográfica: Estudio Werkplatz
Fotografía: Male&Dapa + Diego Mares
Diseño gráfico: Fermín Vissio
Asistencia de dirección: Mariano Mandetta
Coreografía: Juan Manuel Branca