Crítica: DESPIERTO

12/6/17

Por Hugo Duarte

En un bosque es de noche, esta oscuro, de pronto Jota comienza a tocar un bajo, cada vez más fuerte y aparece Esteban, un oso. Luego sabremos que es así, cada vez que Jota toca ese bajo, aparece el oso, es su llamado para encuentros. Y no es un oso cualquiera, porque este habla. Sí, es un oso que sabe hablar y repetir las palabras que Jota le dice, tratando de entender esto de la construcción semántica y gramatical.
Pero se cansan de estar solos, Jota quiere alguna vez, en esta noche eterna, poder estar con otro humano, sentir la piel de otro humano, conectarse con un igual. Y se van a dormir. En medio del sueño, aparece Mora, una exploradora mexicana, que despierta a Jota, y comienzan a ¨platicar¨.

Llaman a Esteban y ahí comienza a gestarse una distancia entre Jota y el oso. La llegada de Mora trae la esperanza soñada por Jota, trae la desconfianza de Esteban y la llegada de un nuevo sol. La vida es movimiento dice Jota, Esteban lo repite y Mora está de acuerdo. ¿Los sueños se cumplen?

Y Despierto es eso, un gran sueño, con una excelente actuación de Iair Said, como el oso Esteban, de un metro noventa, que corre, gesticula y habla, habla mucho. Juan Barberini da vida a Jota, un hombre solitario, que vive en medio del bosque con una simple cama y está muy cómodo, y Violeta Urtizberea, como Mora, una exploradora mexicana que comienza a revolucionar el lugar. La música está a cargo de Juan Ingaramo, el diseño de escenografía de Laura Copertino, y la iluminación de Brenda Bianco, son los que crean un mundo de juegos para estos personajes. Y en medio de una ciudad, ¿los sueños no son acaso la búsqueda de una mejor versión de la realidad? Un muy buen espectáculo lleno de humor y emoción.

8 de 10


Funciones los viernes 23 hs
Teatro Beckett
Guardia Vieja 3365
Entradas: 150 $ / 130 $

 

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