En un mundo hiperconectado y cada día más digitalizado, nos encontramos constantemente sometidos a estímulos de diversa naturaleza, que nos alcanzan mientras realizamos las operaciones más sencillas, capturando parte de nuestra atención o, a veces, una porción de nuestro inconsciente. La mayoría de las veces ni siquiera nos damos cuenta del abanico de información que nuestro cerebro está procesando y a cuántos ámbitos diferentes se refieren, ya acostumbrados a procesar una enorme cantidad de información y totalmente inmersos en lo que es, en todos los efectos, una nueva forma de vivir nuestro tiempo. Una mezcla que hasta hace una década era impensable y que ahora es nuestra forma habitual de vivir, a la que también se han adaptado las diversas esferas del entretenimiento.
No es casualidad que nos encontremos cada vez más a menudo frente a productos híbridos, como películas y series interactivas, un modelo muy popular en Netflix, donde ya no solo se nos pide prestar atención a la trama y apreciar la dirección y la fotografía, sino interactuar activamente con la pantalla que tenemos delante. Y lo hacemos tomando decisiones que influirán en la trama y el desarrollo de la historia, decisiones que nos ponen en el centro de la experiencia, como en un verdadero juego.
Y eso es, esencialmente, de lo que se trata: una de las tantas manifestaciones de la gamificación. Que no es más que el uso y la aplicación de técnicas y principios propios de los juegos y videojuegos en contextos diferentes al lúdico. Los campos de aplicación son variados: no solo cine y televisión, sino también marketing, educación, e incluso llegando al turismo.
El juego es un mecanismo exitoso, que logra apasionar incluso más allá de sus propios límites y capturar la atención, y es por eso que se utiliza para invitar a los usuarios a participar más activamente en una determinada actividad.
Pero no es solo de esta manera que el sector del juego y el cine se intersectan: hay una forma mucho más clásica, cuyos principios, sin embargo, no se alejan mucho de los analizados hasta ahora. Dentro de la programación de los más populares casinos online en Argentina, de hecho, podemos encontrar un impresionante número de títulos inspirados en el mundo del cine. Esto no es una novedad: éxitos como ‘Ghostbusters’, colosales como ‘Titanic’ y cultos como ‘Baywatch’ han inspirado máquinas tragamonedas ampliamente apreciadas en el panorama del juego en línea.
Esto demuestra que los dos sectores se han intersectado durante mucho tiempo y que la tecnología solo alimenta productos híbridos y transversales a varios campos. El cine y los casinos siempre han compartido una relación muy estrecha y los juegos con licencia, como los inspirados en películas, también deben involucrar al titular de los derechos legales – en este caso de la película – y satisfacer sus expectativas. Esta confirmación adicional solo sirve para elevar la calidad del producto que, al salir al mercado, habrá sido aprobado por dos equipos diferentes de especialistas y, por lo tanto, listo para no defraudar las expectativas de jugadores y cinéfilos.
Un justo compromiso que no solo satisface y divierte a los aficionados de ambos campos, sino que también involucra en el juego a nuevos usuarios apasionados por la gran pantalla.
