Hablamos con la directora de ‘Huesera’, con esta ópera prima fue premiada en varios festivales internacionales como el de Tribeca (Best New Narrative Director y el Nora Ephron Award, premio destinado a ‘aquellas cineastas que representan y nos recuerdan el espíritu de las cineastas legendarias’) y el de Sitges, con el premio de la crítica. Un mujer con una voz tan potente que va a erizar tu piel (y cuidado con los huesos).
Entrevista: Valeria Massimino
Contaste que la película nace de una historia familiar… ¿Cuáles fueron las repercusiones en tu entorno ?
‘Huesera’ surgió de una cuestión familiar, inicialmente me inspiró mucho la figura de mi abuela que fue una mujer que tomó una decisión similar a lo que sucede en la película.
Yo crecí con una imagen de ella bastante oscura y como bastante innombrable. Era una figura que no se podía mencionar en casa y que si salía el tema era una conversacion incómoda y bastante tabú.
Justamente, después de la perdida de mi mamá y llegando a los 30 años empieza uno a cuestionarse más y más este tema que muchas veces llega a ser muy terrorífico para las mujeres, el tema biológico, del valor que tenemos, de la edad, como se adhiere con la reproducción, y eso es horrorífico para nosotras y luego está tan normalizado que se habla poco, entonces atravesando eso, la pérdida de mi mamá que, obviamente me llevó a preguntarme cosas de ella, de su vida, de lo mucho que sacrificó por nosotros junto con mi abuela, todo eso me llevó a preguntarme por ella y a obtener respuestas que nunca había tenido antes, y que fueron incómodas, pero que a su vez, el hecho de escuchar una historia que se había negado o que se habia ocultado, me resultó – siendo yo cineasta – muy inspirador para escribir una película que fuera fiel a ese proceso de hablar de algo que muchas veces no se habla o no se muestra y eso fue lo que le dio vida a ‘Huesera’, y de cierta forma fue un proceso incómodo para la familia porque era una mujer de la que no se hablaba.
En muchos hogares sucede, uno no quiere voltear a ver lo que pasa, pero está y eso mismo por supuesto en mi casa llevó a que resultara un poco incómodo hablarlo pero también, a su vez, fue especial ya que el hacer la película fue catártico tanto para mi como para varias de mis figuras familiares, nos obligó a tener conversaciones que no habíamos tenido antes, y eso es siempre bueno.
También tuve mucho miedo sobre lo que en algún momento iban a pensar de ‘Huesera’, pero la verdad es que la han abrazado mucho. Por supuesto hay áreas que simplemente quedaron en silencio. Tal vez, muy en lo profundo, sin dudas se siente un cambio y por lo menos se le dio nombre y rostro, y se le puso foco a un tema que antes todos actuaban como que no existía, como que no pasó, y eso siempre viene bien y también viene a curar heridas.
Cuando terminamos de hacer Huesera todas las colaboradoras/es que llevamos a cabo la película tuvimos un fuerte cambio, como que nos suplicó un cambio profundo sobre todo a lo que respecta del tema de la familia nuclear y de cómo hacemos familia, de qué manera, todo ese tema de la domesticidad sin duda fue algo que nos atravesó a todos los que nos involucramos emocionalmente con la película.
¿Alguna anécdota durante el rodaje, algo que te haya llamado la atención?
Pues algo muy chido que sucedió durante el rodaje fue que en la filmación del ritual de las sabinas de las brujas, ellas tres son grandes actrices, y una de ellas de hecho es la directora de casting de la película, Rocío Belmont, y la verdad es que todas estaban trabajando desde un lugar muy personal, no tanto de la brujería en si, sino de sus dolores y situaciones familiares y personales, y en cada una de ellas tenían que ver con el tema de su figura, en sus hogares y demás.
Desde ahí trabajaron y se volvió un momento muy espiritual y potente, muy poderoso en sets. Cuando uno trabaja esas áreas o espacios que tenemos y que muchas veces no queremos visitar, pero se armó algo colectivo, y de verdad porque yo también soy bastante escéptica, pero desató como fuerzas – o no sé – como energías en el set, que nos sorprendieron a todos.
Eran casi las tres de la mañana y estábamos cansados, fue uno de los días más largos de rodaje que tuvimos por muchas situaciones y pasó algo que alguna de las brujas estaba por prender la figura de hojarasca que estaba en el piso y en ese momento una tabla que estaba en el techo, se cayó y bloqueó la luz que entraba al espacio que iluminaba casi todo, era nuestra luz principal y nos quedamos a oscuras y en shock porque fue en un momento muy álgido esa toma que estábamos rodando. Cuando esto sucedió y de verdad que sucedió de manera abrupta, impresionante, corté la toma. Estábamos todos en shock y conmovidos, había un silencio como algo muy ritualesco al respecto de cómo se estaba haciendo y esa toma de hecho quedó en la película, es una de las tomas que están en la escena del ritual.
¿Cómo ves la sociedad actual mexicana en cuanto al rol de la mujer?
No soy tan positiva, sin duda ha habido grandes pasos y estoy rodeada de muchas mujeres poderosas y sin miedo.
Pero esas mujeres han existido siempre y de cierta forma me asusta ver lo que pasa, porque hay ciclos, que parece que se repiten y se olvidan cosas… Uno lee a las feministas latinoamericanas de los años 70 y estaban discutiendo las mismas cosas que ahora.
Parece que por momentos volvimos a un estado de oscurantismo, eso me preocupa, una cree que dio el gran paso, y luego viene una repercusión, un backlash, y se quiere encargar de silenciar las voces, los discursos.
Siempre me parece importante no confiarnos, aunque veamos que va mejor, que se ven más mujeres que nos inspiran, que se puede lograr y que han logrado cosas importantes.
Nunca olvidarnos que vivimos en un estado patriarcal, y no va a ser fácil el desquebrantar algo tan antiguo y sistemático.
Desde mi lugar, puse mi semilla haciendo cine, y rodearme de mujeres poderosas que admiro y que podemos hablar de temas que nos preocupan, desde nuestra disciplina y mostrarlo en el cine. Mostramos algo distinto de lo que nos enseñaron, no hacemos lo que nos dijeron que teníamos que hacer y me siento orgullosa. Con ‘Huesera’ nos dimos cuenta que se puede hacer de manera distinta que como te dicen en las escuelas.
Hacer cine en Latinoamérica suele ser un poco más complejo que en otras partes ¿Crees que es así? ¿Cómo fue el proceso para financiar al película?
Si, creo que es más complejo, pero es una fortuna que no tengamos algo como Hollywood, y es importante luchar por nuestros sindicatos que nos permiten seguir fomentando las narrativas y las ganas de hacer películas particulares. Peliculas que no puedan existir en otras partes del mundo.
Me asusta ver a las plataformas definiéndonos en base a estudios y algoritmos, lo que se puede contar y lo que no. Veo en Hollywood remakes, reboots, que parecen todas iguales y dicen lo mismo, se nota cierta sequía. Parece que hay una necesidad de buscar en Latinoamérica nuevas voces.
A pesar de todos los obstáculos que tenemos, que son enormes para hacer cine en Latinoamérica, porque es una disciplina muy costosa, más que otras artes, sí, sin duda fue difícil levantar ‘Huesera’, muchos años de negativas, pero yo estaba segura de que iba a hacerse, no sabía cuando, pero esa seguridad me dio fuerzas, y me rodeé de gente con la misma seguridad.
Pudimos haber soltado la vara, eso hace la diferencia entre las pelis que existen y las que no, al menos en latinoamérica. Hay que tener cierta obsesión. La importancia es que algo te obsesione tanto para que sigas enamorado a través de los años, si se llega a hacer es porque una bola de obsesivos y locos pudieron sacarlo adelante. En países como los nuestros es un milagro.
Nos encantó la actriz, ¿cómo fue el casting?
La actriz es maravillosa, Natalia Solián, yo la había visto en teatro, fue impresionante verla en el escenario. Salí de verla y la busqué en google, y la directora de casting, Rocío Belmont, la invitó a audicionar, fue de inmediato, tenía que ser ella. Natalia tiene un control en todos los sentidos, parte de lo emocional y la comprensión del personaje se refleja en todo su cuerpo, en sus ojos, su boca. Ella me hipnotiza.
Es madre y abrazó el personaje, y es verdad que todas las madres atraviesan pensamientos que no se pueden hablar en la cotidianidad. Natalia le dio al personaje y a la película una gran fuerza.
Contamos un poco sobre el sonido. Cómo llegaron a esa decisión, que tanto estremece…
Christian Giraud hace el diseño de sonido. Se decidió que se construyera desde la cotidianidad de Natalia, el sonido de lo doméstico de la casa, nada de otro mundo, el diseño fue a partir de esa premisa. Llegamos desde el guión que la Huesera es una entidad no una maldición, que se manifiesta de manera sonora y tiene este sonido que al ser humano nos repugna, el crujido de huesos que nos estremece. Me pareció una gran herramienta cinematografica para usar en la película y darle identidad.
¿Próximos proyectos?
Ahora estamos en un pueblito, en Campeche, con un proyecto que estamos escribiendo desde el 2019, cuenta la relación de una abuela con su nieta. ‘Palizada’. Con la productora Piano. Ya tenemos los fondos, estamos felices. Y también trabajando en la adaptación de ‘Ese verano a oscuras’, de la escritora argentina Mariana Enríquez.
PING PONG
¿Una película?
‘Aquarius’ de Kleber Mendonça Filho
¿Un/a director/a de cine?
Lynne Ramsay
¿Un disco?
Desintegration, de The Cure
¿Lugar ideal para vacacionar?
El desierto
¿Qué te da miedo?
El desconocimiento de los seres que amo
¿Un libro?
‘Los desposeídos’ de Ursula K Le Guin
¿Una comida?
Sushi
¿Un politico/a?
José Mujica
¿Creés en Dios?
No
¿Una META?
Fundar una residencia para guionistas de horror latinoamericanos
