Por Damián Aspeleiter
Blumhouse vuelve a traer una película que pretende asustarnos, pero esta vez con un hibrido de géneros que explora las relaciones y el dolor, pero sin mucha profundidad e ideas innovadoras. M3gan es una película que logra unir ciencia ficción, terror y algunos toques de comedia. Básicamente la historia que nos presentan en esta película tiene puntos en común con el último reboot de Chucky (Child’s Play, Lars kleverg, 2019) y Avengers: Age of Ultron (Joss Whedon, 2015).
El argumento de M3gan gira en torno a Cady, una niña que queda huérfana luego de un accidente. Al morir los padres de la niña Gemma, la hermana de la madre, tendrá que encargarse de los cuidados de su sobrina. Gemma, quien es una ingeniera que trabaja diseñando juguetes de alta tecnología, nunca ha contemplado la posibilidad de la maternidad y no se ubica dentro de ese rol por lo cual no entiende como debe tratar a la niña ni las implicancias de la maternidad, es decir Gemma se ve superada por la situación. Para poder afrontar este problema decide que la clave es crear un robot que se ocupe de ella al mismo tiempo que utiliza esta nueva inteligencia artificial para una nueva línea de juguetes.
M3gan inicia como una muñeca interactiva que va evolucionando a medida que se relaciona con su dueña, pero de a poco se va convirtiendo en una suerte de supervillana capaz de conectarse con todo, manejarlo todo y destruirlo todo. Pasa de ser un simple juguete a una fuerza imparable, al igual que Ultron en la película de Whedon todo parte de una interpretación errónea de su programación primaria.
M3gan toca ciertos temas, muy por arriba, cómo el dolor, el desapego y la responsabilidad que implica la maternidad pero en ningún momento se detiene a explorar estos tópicos ya que la finalidad de la película es lisa y llanamente entretener, es por eso que una vez que entramos en su frecuencia y logramos desconectar la credibilidad podemos disfrutarla e ignorar detalles como que a una ingeniera se le olviden las tres leyes de la robótica, que el juguete creado tenga un esqueleto de titanio y un procesador capaz de analizar millones de datos a la vez, hackear a otros procesadores o que tenga la fuerza suficiente para matar a un ser humano o que la protagonista le entrego como si fuera un simple Funko un prototipo millonario a su sobrina. Si logramos esa desconexión o mejor dicho si no tomamos en cuenta esos detalles podremos disfrutar de esta película.
Esta es una película que cuenta con guion de James Wan, quien parece empecinado en escribir textos carentes de lógica y coherencia, tal como lo hizo en Malignant (2021), que logran entretener pero que no resiste análisis. Las actuaciones por momentos parecen desenfocadas, como de actores de cine clase Z, sin emoción y ningún tipo de foco lo cual al tratarse de actores con algo de oficio, en este tipo de producciones, lo obligan a uno a preguntarse si ese es su estilo o si simplemente están cumpliendo requerimientos del guion.
En cuanto al diseño y los aspectos técnicos tenemos dos opciones a considerar: que está realizado de forma minimalista o que simplemente todo se ve barato, pero eso no le quita interés a la historia. La edición resulta un tanto problemática ya que hay ciertos problemas de continuidad y cortes que parecen deliberados, cómo si a la película le hubiesen quitado metraje y re ensamblado acomodando y quitando piezas. Tal vez el gran fallo de la película está ahí, en lo que promete y no cumple ya que logramos suspender la credibilidad y entramos a un mundo en el cual existe una villana desalmada y cruel; sin límites para su violencia, pero nunca vemos los crímenes ya que la mayoría suceden fuera de cuadro, dejando un vacío en la acción.
M3gan no es una película perfecta, pero es entretenida lo cual nos permite disfrutarla. Se podría sobre analizar esta película e interpretarla como una crítica a la relación con las redes y los dispositivos, al rol que se les da a las redes en la crianza de los niños o inclusive a la maternidad cuando no es elegida, pero no, debemos quedarnos con que es un simple entretenimiento efectivo y a veces con eso basta.
5 de 10
