RAGE EN ARGENTINA: LA FURIA CONTINÚA


8/2/18


La banda lideraba por Peter “Peavy” Wagner regresó al país con nueva formación y presentó su flamante disco y sus mejores clásicos con un breve y poderoso set.


Por Gonzalo Ciampa
Fotos Gabriela Farfán


Fuerte, muy fuerte. Así suena Rage en vivo. Y los presentes que se dieron cita el pasado sábado en el recinto emplazado a metros del shopping Abasto pueden dar cuenta de eso. No hay que olvidar algo fundamental: es heavy metal.

A poco menos de siete años de su primera visita al país -tocaron el 20 de junio de 2011 en el Teatro Flores-, y como parte del tramo latinoamericano del “Seasons of The Black Tour”, la agrupación alemana, que desde 2015 la completan Marcos Rodríguez en guitarra y Vassilios Maniatopoulos en batería, pisó las tablas de Uniclub y repartió un pedazo de su vasta historia con la solidez que su carrera amerita.

Ya habían pasado los locales Dream Master y Eclipse Final, con buen sonido e interesantes propuestas, demostrando que el metal nacional tiene mucho para dar. Pero, lógicamente, la ansiedad colmó la sala a partir de la última espera: mientras los técnicos preparaban el sonido, algunos metaleros comenzaban a empujarse al tiempo que otros, aún más ansiosos, corrían la cortina en busca del gran “Peavy”, ese alemán grandote que ya registró más de doscientas canciones en poco más de 30 años; que cambió muchas veces la formación de Rage pero siempre mantuvo la esencia musical de la banda; que también grabó con orquestas; y que siempre supo reclutar músicos excepcionales para acompañar al proyecto, su proyecto.

Una pantalla con la imagen de la calavera que también ilustra su último disco se encendió y las luces se apagaron. Segundos después, «Lucky» Maniatopoulos apareció al borde del escenario para saludar y arengar al público; seguidamente, “Markitos” Rodríguez tomó su instrumento y, mientras comenzaba la introducción, Peter “Peavy” Wagner (bajista y vocalista) apareció a las 21.45 para incendiar Uniclub con «Justify», como patada inicial. Precisos y sumamente profesionales, el trío supo adaptar un setlist muy distinto al vivido en aquella presentación de 2011, enlazando la presentación oficial de “Seansons of The Black” (2017) con temas de todas sus épocas. «Sent by The Devil» intensificó el pogo y «From the Cradle to the Grave» demostró que la voz del cantante asume el paso del tiempo pero mantiene la intensidad para interpretar diferentes tonos. “¡Hola, compadres!”, lanzó el líder, quien se mostraba contento por el cariño recibido. Sin preámbulos, pasaron «My Way» y «Nervermore», composiciones nuevas y viejas que el público celebró por igual. El catálogo de la banda es verdaderamente extenso: registra cuarenta placas desde 1985 a la fecha, incluyendo los EP y sus trabajos iniciales, cuando la agrupación se llamaba Avenger. De vuelta al presente, Rage arremetió Season of The Black, esa joya que abre la placa que los trajo al país y que dividió las aguas entre los fanáticos que poguearon, los que hicieron mosh y los que se quedaron atónitos al mirar el riff que ejecutaba “Markitos”.

“El 6 de enero de 1979, éste que está aquí nació en Mar del Plata”, confesó el virtuoso guitarrista, de nacionalidad venezolana. “Argentina, Argentina”, se escuchó rápidamente por parte de la muchedumbre. Marcos Rodríguez asumió la voz de mando en muchas ocasiones y, entre los agradecimientos, incluyó el estar junto a Wagner y Maniatopoulos tocando música alrededor del mundo.

Esta parte de la gira incluyó «Deep in The Blackest Hole», aquel gran tema incluido en el disco “End of All Days” (1996). Más rockero y melódico que los anteriores, fue el inicio perfecto para la posterior llegada de «End of All Days». No hay que dejar de reconocer la capacidad compositiva de su líder, quien ha compuesto cientos de temas con melodías y estribillos muy pegadizos.

«Turn the Page» cerró la triada más melódica hasta ese momento y permitió el descanso de todos. Pero la calma nunca más regresaría, y Price of War, de la recordada placa “Black in Mind” (1995), se encargó de que así fuese. Inmersos en el último segmento de la noche, sonó su último single, «Blackened Karma», demostrando que Rage mira hacia adelante y continúa entregando canciones asombrosas. Su primer éxito comercial asomó casi al final: «Don´t Fear The Winter», incluida en su tercera entrega, “Perfect Man” (1988). De esa forma, el trío se despedía… por unos minutos. Para el final, uno de los puntos más álgidos de la noche, con «Higher Than The Sky» y la inclusión, en medio de éste, del medley que incluyó a «Heaven and Hell» y «Holy Driver», con Marcos sacando a relucir su gran capacidad vocal y escénica, y emulando -y homenajeando- al recordado Ronnie James Dio. Un cierre de lujo. Rage descargó parte de su historia en un concierto que, si bien podría haberse extendido un poco más -duró sólo 85 minutos-, contentó a los allí congregados y dejó bien alta la vara del heavy metal en una temporada de recitales que recién comienza.











 

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