RESEÑA: FLORES CONTADAS


20/2/18


Por Guadalupe Farina


La historia que la santafesina Sandra Franzen relata en Flores contadas bien podría ocurrir en Comala, ese pueblo arrasado en el que Juan Rulfo ubica su novela Pedro Páramo, donde no se sabe bien si sus habitantes están vivos o muertos. 

Amelia (Silvia Petri) y Alicia (Beatriz Ferreyra), las dos protagonistas, son mujeres de mediana edad que viven en un remoto poblado rural en el que, por lo que ellas mismas dicen, parece no haber quedado nada ni nadie en pie. Su único contacto con el mundo real es una ventana, por la que sólo ven pasar vacas, y su sobrina, Angelita (María Gaddi), quien es la que trae las novedades del afuera. Sus vidas consisten en esperar, año tras año, el Carnaval para que con él las orquestas lleguen al pueblo y tener la posibilidad de enamorar a un trompetista que las rescate y se las lleve lejos, como sucedió con su hermana Aurora. Pero la orquesta no pasa. Hace años que no pasa, como no pasa nada en ese pueblo casi fantasma.

La puesta de Graciela Pereyra, echando mano a una escenografía que remite a tiempos pasados y a un vestuario que juega con dos épocas (un vestido actual para la más joven y trajes de mediados de siglo XX para las dos mayores) da cuenta de la detención temporal que viven las dos hermanas. Las actuaciones destacables de Petri y Ferreyra recrean a la perfección la atmósfera asfixiante en la que se encuentran sumergidas ambas mujeres y la esperanza de una salida a través de la fantasía. El ritmo distinto con el que entra en escena el personaje de Gaddi da aire a tanta opresión.

La musicalización, elemento clave en la pieza, acompaña el clima de época, pero lo más importante es el juego que se arma con ella. ¿Cuándo es “real”? ¿Cuándo es producto de la imaginación de los personajes? La iluminación, en tonos cálidos y oscuros, está puesta al servicio de construir el interior de una casa que, imaginamos, huele a naftalina y que aprisiona a quienes viven en ella.

En definitiva, Flores contadas es una muy buena propuesta teatral que aborda con una mirada femenina el universo de un mundo que, desde las grandes ciudades, parece estar en vías de extinción: el de las mujeres que esperan que la salvación llegue desde el afuera y no a partir de su propia lucha. Sin embargo, en el interior profundo que se esconde detrás de las grandes metrópolis donde los movimientos feministas tienen lugar, esa espera del “salvador” es más común de lo que parece. Por eso la obra, más allá de la lírica y la belleza estética que construye, invita a pensar en qué tipo de mujeres queremos ser.


Flores contadas – El método Kairós

Autora: Sandra Franzen. Dirección: Graciela Pereyra. Actrices: Silvia Petri, Bea Ferreyra, Maria Gaddi.
Dos hermanas recluidas en un remoto pueblo rural esperan cada año la fiesta de carnaval y la llegada de la orquesta típica con su trompetista estrella. Sueñan con enamorarlo y que él las elija para llevárselas de ahí como sucedió con su otra hermana. Esta fantasía es alimentada por su sobrina, hija de la fugada, ya que la orquesta hace años que no viene. Pero este verano sucede algo distinto y la fantasía será atravesada por la realidad.

Funciones: viernes 21hs. Localidades: $ 250.- ó 2 x $ 400.-
El Método Kairos – El Salvador 4530 / 4831-9663 / CABA


 

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