TEATRO: Crítica de «La vida extraordinaria»

Por Guadalupe Farina

La nueva propuesta teatral de Mariano Tenconi Blanco, que se estrenó a principios de agosto en la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes, es una joya intertextual que teje con delicadeza referencias literarias y cinematográficas, y no duda en pasearse entre lo melodramático, lo poético, lo absurdo y lo fantástico. Pero antes que nada es un duelo entre dos de las actrices más sobresalientes de la escena porteña actual: Lorena Vega y Valeria Lois.  Ambas le ponen el cuerpo a Blanca y Aurora, respectivamente. Dos mujeres que compartieron la infancia y juventud en Tierra del Fuego y afrontaron juntas las sorpresas que les tenía preparada la vida: muertes, amores, hijos, sexo, pérdidas, separaciones… En fin, la vida misma.

Aurora se casa y se radica en Buenos Aires, pero la amistad entre las dos crece a través de las cartas que van y vienen de la Capital hacia el fin del mundo y viceversa.

El humor y el drama pintan cada una de las postales que Aurora y Blanca construyen en el escenario. Este componente epistolar da lugar a una puesta rizomática en donde es el espectador quien tiene que ordenar el relato que se le presenta fragmentado.

No hay una historia lineal y en ello radica parte de la riqueza de la dramaturgia de Tenconi Blanco. La vida de cada una de ellas se reconstruye a partir de las charlas, pero también de las cartas, los poemas, los monólogos y los diarios íntimos. Y he allí la principal relación de intertextualidad que, para los amantes de la literatura de Manuel Puig, salta a la vista.

El melodrama kitch al que le hizo justicia el escritor villeguense aparece en la obra en su máxima expresión en las partes tituladas “Diario de Aurora” y “Diario de Blanca” (partes, sí, ya que la obra se divide en partes y no en escenas y esa división es expresada abiertamente mediante proyecciones). Imposible no recordar el “Diario de Esther” de La traición de Rita Hayworth.

Si bien durante las dos horas que dura el espectáculo las actrices transitan por todos los estados habidos y por haber, es en los diarios donde más se luce la capacidad de cada una de ellas de pegar el salto de la tragedia a la comedia, atravesando momentos de un patetismo almodovariano.
Una escenografía conceptual que se adapta a cada espacio planteado en el texto, una voz en off que oficia de narradora, músicos en vivo que acompañan la tensión de cada momento y una pantalla donde se proyectan desde imágenes relacionadas con el surgimiento de la vida hasta situaciones que los personajes viven en la extraescena son parte de los procedimientos escénicos a los que recurre acertadamente Tenconi Blanco.

La vida extraordinaria se ubica en el lugar exacto donde la poesía, el teatro y la narrativa se cruzan. Fierro y Cruz se apellidan las amigas, homenajeando a la amistad de la que da cuenta el poema inaugural de la literatura argentina. El lenguaje derrocha poesía, sobre todo en las intervenciones de la narradora a quien Cecilia Roth le presta su voz.

En resumen, en La vida extraordinaria confluyen el talento y virtuosismo de Vega y Lois con una dramaturgia inteligente y plagada de sutilezas y una puesta en escena que resalta la poesía, no solamente la del texto sino también aquella que entraña la vida misma.

La vida extraordinaria se presenta de jueves a domingo a las 21 horas en la Sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815-CABA).

Ficha técnico artística
Dramaturgia y Dirección. Mariano Tenconi Blanco
Actúan: Valeria Lois y Lorena Vega
Voz en off: Cecilia Roth
Vestuario: Magda Banach
Escenografía: Ariel Vaccaro
Iluminación: Matías Sendón
Diseño Audiovisual: Agustina San Martín
Músicos en escena: Elena Buchbinder y Ian Shifres
Producción: Yamila Rabinovich
Coreografía: Jazmín Titiunik
Asistencia de dirección: Ana Calvo

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