13/6/18
Por Ian Gutierrez @ianveneno de Bway Trip y Gus Casals @Uncle_Marvel
Trasplantar el texto de una obra de una realidad a otra nunca es fácil. Si bien contamos con el dispositivo teatral para suspender momentáneamente nuestro descreimiento, ciertas circunstancias del libro original tienen que mantenerse, a menos que se trate de una adaptación radical.
En el caso de Hermanos de Sangre, musical de Willy Russel que ya adquirió el estatus de clásico en su Inglaterra de origen, la obra es sobre una realidad (la clase trabajadora de posguerra) y un tiempo (el nudo dramático comienza alrededor de los 50 y se desencadena a principios de los 70) que hace que todo lo demás tenga sentido, desde la desesperación de una madre que entrega a uno de sus mellizos, por no tener los recursos para sostener a toda su familia, hasta las medidas desesperadas que uno de estos debe tomar veinte años más tarde debido al desempleo.
La obra nos pide mucho de por sí: como espectadores debemos naturalizar que los mismos actores representen 20 años de sus vidas durante la obra, siendo sus capacidades interpretativas el único recurso para avejentarlos o rejuvenecerlos (efecto que se logra con diferentes grados de éxito). También estamos expuestos a tomar los manierismos de las clases trabajadoras inglesas, con sus propios argots y acentos, que sencillamente no se traducen. Lo que queda es el esqueleto de una historia que, aún con la lograda traducción al castellano porteño del siempre acertado Marcelo Kotliar, no funciona.
El texto se apoya en cuatro actuaciones: la de Julia Zenko como la señora Johnstone, mostrando su solvencia vocal habitual, aunque con algunos traspiés en lo dramático, Mariano Taccagni y Gonzalo Almada como sus hijos. (Tanto Zenko como Taccagni sufren de lo que mencionábamos más arriba, en su esfuerzo por transmitir una pertenencia de clase descontextualizada de manera convincente, pierden credibilidad. Distinto es el caso de Almada, quien se luce especialmente en la transición de niño a adulto). La cuarta pata es el narrador, una elección difícil del autor, ya que actúa como coro griego durante todo el espectáculo, reforzando la intencionalidad de tragedia clásica de la obra. Este personaje tiene demasiado peso y presencia en el escenario y Alejandro Vázquez lo lleva mejor en algunos momentos que otros. El resto del ensamble no desentona, destacándose la actuación de Laura Montini como Linda, un papel clave en el último tramo de la obra.
Hay una serie de decisiones de producción muy bien resueltas, desde lo escenográfico y un uso interesante de las proyecciones, mientras que otras lamentablemente atentan contra la calidad del producto final. Concretamente nos referimos al uso de música grabada en lugar de en vivo. Entendemos el costo y logística involucrados en tener músicos en la sala, pero aún una banda reducida intensificaría la, por momentos eternos, inexistente sinergia entre los artistas en el escenario y la música que están interpretando.
Otro elemento que lamentablemente juega en contra de la producción es la (precaria) mezcla de sonido: Micrófonos silenciados aleatoriamente o con volúmenes desordenados hacen que importantes pasajes del texto se vuelvan incomprensibles. Vale la aclaración que se puede haber tratado de desperfectos propios de una primera función.
Hermanos de Sangre es una propuesta valiosa: una obra consagrada, artistas de primer nivel locales y una producción que la acompaña. Falla en algunos puntos clave, pero aun así, es una experiencia que vale la pena.
FICHA TÉCNICA
Libro, Letras y Música de Willy Russell
Dirección General de Alejandro Ibarra & Mariano Taccagni
Dirección Musical de Damián Mahler
Adaptación de Marcelo Kotliar
Diseño de Escenografía de René Diviú
Diseño de Vestuario: Celeste Bulfoni
ELENCO
Sra. Johnstone: Julia Zenko
Mickey Johnstone: Mariano Taccagni
Eddie Lyons: Gonzalo Almada
Sra. Lyons: Magalí Sánchez Alleno
Narrador: Alejandro Vázquez
Linda: Laura Montini
Sr. Lyons: Marcelo Kotliar
Sammy: Matías Asenjo
Donna Marie: Lali Vidal
Brenda: Verónica Pacenza
Perkins: Manuel Di Francesco
Robert: Matías Acosta
ARTÍSTICA
Libro, Letras & Música: Willy Russell
Dirección General: Alejandro Ibarra, Mariano Taccagni
Dirección musical y coral, arreglos y orquestaciones: Damián Mahler
Adaptación: Marcelo Kotliar
Diseño de escenografía: René Diviú
Diseño de vestuario: Celeste Bulfoni
Dirección de actores: Mariano Taccagni
Puesta en Escena & Coreografías: Alejandro Ibarra
Diseño de Luces: Alejandro Ibarra
Realizador de escenografía: Francisco Paciullo
Pintura de escenografía: Federico Barreiro
Asistente de escenografía meritorio: Flavia Herrera
Co-Diseño de vestuario: Florencia Romay
Asistente de vestuario: Maria Jazmin D´Amico
Vestuarista: Florencia De Doménico
Diseño de Luces: Alejandro Ibarra, Alejo Fanego
Seguidorista: Soledad Morra
Diseño de proyecciones: Pablo Franco
Operación de proyecciones: Germán Martins
Maquillaje y peinado: Flora Make Up
Realización de fotografía: Russarabian Fotografía
Realización audiovisual: Matías Sánchez de Bustamante
Diseño gráfico: Paula Guillén
Prensa: Varas Otero
Asistentes de escenario Sofía Escalante, Damián Perrone
Asistente de dirección y coreografías: Joaquín Duhalde Longhi
Producción Ejecutiva: Germán Martins, Isabel Majdalani
Su Comentario * es verdad, tampoco es facil la comedia musical en nuestro país