Cada vez que Ariel Winograd se embarca en un proyecto, nos aseguramos de contactarlo para una charla exclusiva. En un momento en el que las plataformas de streaming están conquistado todos los hogares con una avalancha de series para elegir, el cineasta nos ofrece una mirada original y nostálgica al mismo tiempo. La serie Coppola, El representante estrenó en Star+ y ya es un éxito. Winograd nos guía en un viaje donde la realidad y la ficción se entrelazan con astucia ¿Qué es verdadero y qué es falso? ¿Realmente importa?
Entrevista: Valeria Massimino
¿Qué te motivó a contar la vida de Guillermo Coppola? ¿Podrías contarnos cómo surgió la idea de la serie?
Bueno, la idea surge en el año 2019, cuando los chicos de Pampa, Cabe Bossi, veníamos hacía tiempo con ganas de hacer algún proyecto juntos y no lo enganchamos. Y justo me contaron que habían cerrado los derechos para hacer la vida de Coppola y a partir de ahí me dijeron si me interesaba, y les dije que sí.
¿Cómo fue el proceso de elaboración del guión y cómo se tomaron las decisiones sobre incluir y que no?
Bueno, a partir de ahí empezamos a juntarnos con los chicos, y con Mariana y Fer de la plataforma Disney Star Plus+, y de a poquito empezamos a pensar posibles guionistas y tiramos un par de nombres hasta que surgió la idea de llamar a Gastón Duprat y a Mariano Cohn – que yo los conocía de hacía muchos años porque cuando ellos trabajaban en Much Music – y después también nos fuimos cruzando en diferentes momentos de la vida.
Ellos tenían un acuerdo con Disney para hacer series, entonces empezó a cerrar la idea de proponerlos a ellos para que escriban los guiones. A partir de ahí, el proceso fue entrevistar a Coppola, te lo cuento como muy resumido, además de la entrevista y todo el material que había en Internet, luego se sumó Emanuel Diez como guionista. Hubo una primera pasada de 10 ideas de capítulos a partir de las anécdotas que seleccionamos, y de esas quedaron seis.
Con respecto a las decisiones de que incluir y que no, la verdad que no había algo como impuesto, sino que fue muy libre desde la plataforma como de Coppola. Si teníamos muy claro la intención de que no sea una serie que tenga como «mala leche» o que genere cierta expectativa de que vas a contar o destapar información o algo nuevo, por ejemplo, como la serie de Luis Miguel, que nos enteramos toda la vida de él, que no sabíamos, y lo digo como algo bueno, porque la serie de Luis Miguel para mí es un hit. Entonces las decisiones que se tomaron, por ejemplo, te digo una puntual es la de no incluir a Maradona, de que nunca lo veamos. Esa idea aparece en el proceso, antes de empezar a escribir y a todos nos pareció como una muy buena idea, ya que era la historia del representante.
Además ese año se había estrenado la serie de Maradona y nos parecía como buena la idea de hacer un diferencial y tener un desafío por delante de que nunca lo veamos a Maradona, salvo en archivo.
¿Te divertiste durante la producción, especialmente de incluir referencias nostálgicas como el canal Venus y Canal nueve? ¿Te dejaron hacer lo que querías?
Cien por ciento, sí a todo. Fue muy muy divertido. Fue un rodaje lúdico, una preproducción muy divertida. Tuve la suerte de que la fotografía la hizo Federico Cantini, que es mi mejor amigo, que vive en los Ángeles y que tenemos el mismo humor y nos reímos de las mismas pelotudeces. Nos potenciamos mucho en pensar muchas ideas, no sólo visuales, sino de darnos cuenta también que Coppola no sólo era el representante de Maradona, sino de los ’90, entonces, ahí también me di cuenta que la serie tenía que poder lograr transmitir un mundo, una década, y para eso teníamos que llenar de pelotudeces que nos divirtieran a nosotros y que, puedan estar siendo parte de la trama, y que nosotros también en cierta manera, visualmente podamos intervenir con todo este tipo de pelotudeces que nos parecen hermosas. Leíamos una escena y de pronto en el scouting, decíamos, “Ché, para ¿Y acá qué pasa si en la escena que camina hacemos un homenaje al comercial de Colbert?” Y así iban surgiendo todas las ideas.
¿Siempre tuviste en mente a Minujín para el papel? ¿Hubo un proceso de casting?
Con Juan fue bastante rápido, se hizo hasta un photoshop con la cara de él, con una foto de joven, y daba muy parecido.
¿Cómo fue la preparación de Juan para el papel? ¿Qué instrucciones le diste, qué hizo él y qué referencia le proporcionaste?
Bueno, fue un proceso muy en conjunto. La verdad que partimos también de un deseo de trabajar juntos, que para mí eso era muy importante. Fue un proceso de mucha lectura, de muchísima lectura, de ir construyendo al personaje a partir de, no una imitación, sino de una recreación, ir encontrándole la energía, diciendo bueno, nosotros conocemos al Coppola de ahora, pero no conocemos cómo era el Coppola joven, y ahora es el Coppola que por ahí te cuenta una anécdota pero no está todo el día contando anécdotas, o por ahí sí está todo el día contando anécdotas. (se ríe)
Y también una persona que está todo el tiempo tan feliz, también debe tener momentos de tristeza. Entonces como que lo empezamos a humanizar al personaje en ese punto. Y la preparación también incluyó un proceso de mucha prueba de postizos, de dentadura postiza, de nariz postiza, de mentón postizo, de miles de cosas, hasta que llegue la peluca, porque había dos, una como de la época contenta y la época triste, como el payaso, medio Krusty, contento con los rulos, y cuando tenía menos pelo, empieza toda la parte más trágica.
Y hasta que llegó la peluca fueron como tres meses y medio, entonces mientras tanto íbamos probando y cuando llegó nos dimos cuenta que había que sacar absolutamente todo y quedarnos solamente con la peluca.
En la serie parece que no juzgás a tu personaje. ¿Puedes hablar un poco sobre esa elección narrativa?
Sí, bueno, eso fue algo como muy puntual de que decir, digamos, es como muy fácil hacer una serie sobre los ‘90, en el año 2024 y ponerte a juzgar, como que nos parecía un camino que no era el correcto. Porque lo lindo es entender al personaje y entenderlo desde su punto de vista.
Y si había que entenderlo desde su punto de vista, naturalmente no hay que juzgarlo sino entenderlo y acompañarlo. Entonces todo el tiempo nos planteamos como varias escenas, que tal vez con el diario de hoy y con la cultura hoy, decís que esto está bien o está mal.
Entonces decíamos bueno, pero si empezamos a filtrar todo lo que está bien y lo que está mal con él, con el ojo de hoy, que hemos avanzado y aprendido mucho, culturalmente todos como sociedad, sería una serie que juzgaría mucho esa época. Entonces la decisión fue ponernos en los zapatos de los personajes en esa década, entenderlos, acompañarlos y dejar que fluya.
¿Crees que este modelo de financiamiento a través de plataformas es el futuro para realizadores de Argentina?
No, bueno, a ver, hace muchos años que las plataformas ya están instaladas y son generadores de contenido y en ese sentido es una forma más de financiamiento, puntualmente de las series, más allá de también las películas que se producen para plataforma. Con respecto a las series es algo bastante importante y lindo porque en cierta manera se está invirtiendo en hacer producciones locales que hablan de nosotros, cuando en cierta manera las plataformas tienen que pensar con contenidos regionales o que puedan viajar, con lo cual en este punto siempre se pensó como una serie y que la rompa acá en argentina y luego que fluya.
¿Cuál es tu opinión sobre la situación actual del cine en Argentina?
Bueno, la opinión que tengo no es una opinión actual sobre el cine en Argentina, sino sobre el cine. La verdad que después de la pandemia es muy complejo el tema del cine en las salas. Y lo digo por experiencia propia de haber estrenado la última película taquillera argentina antes de que cierren los cines, cuando nos pasaba con “El robo del siglo”, y haber estrenado “Hoy se arregla el mundo” el día de mayor casos de COVID en Argentina, y después haber estrenado “El Gerente” en un formato medio híbrido, en el cual solamente estuvimos una semana en el cine y después fuimos a Paramount.
El cine se va a seguir haciendo y no hay nada más lindo que ir al cine a ver una película. Pero también uno tiene que entender los cambios que van sucediendo. Yo siento que el público para ir a ver una película argentina hoy es más selectivo que antes, pero también para ver el cine en general. Las cifras todavía no son las mismas en ningún lugar del mundo. Entonces es como tratar de analizar mientras está sucediendo y es medio futurología. Creo que lo importante es que se siga haciendo cine, que no hay nada más lindo que hacer cine.
¿Podrías compartir alguna anécdota divertida o interesante durante el rodaje?
Hubo miles, demasiadas. Puedo resumirlo con todo lo sucedido en Nápoles fue el peor mejor rodaje de mi vida. Nunca nos reímos tanto en un rodaje, en una mezcla de un equipo técnico reducido argentino con un equipo italiano. Nosotros hablábamos en un italiano que parecía que era cualquier cosa y nos íbamos entendiendo y nos divertimos muchísimo, muchísimo.
¿Se viene otra temporada?
No lo sé, ojalá que sí. Sé que la plataforma está muy contenta con la serie. Se instaló como tema, por eso en Twitter siguen poniendo “Diego la vuole nera” y están haciendo remeras. Así que es muy gracioso y muy lindo saber que lo que uno hace, sea una película, una serie, logra alegrar el día a alguien.
Preguntas de oyentes de Meta/Radio:
¿Qué porcentaje es real y qué ficción? ¿Fue una vida de aventuras?
Bueno, eso nunca lo vamos a saber, qué es real y qué es mentira. Y creo que me parece que ahí está lo lindo. Coppola es ‘el gran pez’ pero de la noche, es un narrador que la verdad que hay un punto que no importa, entonces nunca creo que vamos a saber qué es verdad y que es mentira.
¿Que Coppola cediera los derechos para la serie, no termina condicionando lo que verdaderamente se quiere mostrar? ¿Por qué fue tan light y no mostraron todo… ?
No, no, porque cuando se cedió los cedió los derechos era con el compromiso y dijo «cuenten todo, no tengo problema».
Desde el punto de vista de lo que quería hacer, mostramos todo. Era la serie que yo siempre soñé hacer en un punto y, para mí, es como un multiverso dentro de «Cara de queso»; por algo el afiche es un homenaje a «Cara de Queso» y el final de la serie es igual que el de mi primera película.
¿Y por qué no enfocamos la serie desde un lugar más trash, me preguntan? Y la respuesta sería no sé, la verdad que a mí me interesaba hacer una serie muy divertida y de vuelta con la idea de que Coppola funcione como el representante de los ’90 y por ahí no tanto desde otras cosas que son más trash.
PING PONG RETRO
¿Un recuerdo de los 90’s?
Viaje a Disney, a Epcot Center.
La mejor publicidad de los 90’s?
El comercial de Colbert.
¿Pepsi o Coca?
Coca, pero light.
¿Feliz Domingo o Seis para triunfar?
Seis para triunfar.
¿Tom y Jerry o El Coyote y El Correcaminos?
El Coyote y el Correcaminos.
¿Un disco de rap clásico?
MC Hammer. “You can’t touch this”.
¿La mejor vedette de Argentina?
Muy difícil… no puedo.
¿Instagram o Tik Tok?
Instagram.
¿Sega Dreamcast o Playstation 1?
Super Nintendo.
¿Susana a Moria?
Las dos.
¿El mejor snack?
Mani japonés.
¿Casette, CD o Vinilo?
CD.
¿Monopoly o El juego de la vida?
El juego de la vida.
¿Casa o departamento?
Departamento.
¿Mejor película de los 90’s?
Mi pobre Angelito (Home Alone, Chris Columbus, 1991)
¿Flavia Palmiero o Xuxa?
Las dos.
¿Escuchas los audios de whatsapp que mandas?
No, porque si escucho mi voz me muero.
Excelente entrevista…me encantó la serie de Guillermo… Hoy las plataformas dan mucho al espectador… Felicitaciones revista Meta.