CINE: Reseña de ‘INDIANA JONES AND THE DIAL OF DESTINY»

Por Damian Aspeleiter

Hablar sobre Indiana Jones sin poner en juego la nostalgia es un tanto problemático ya que el personaje nos acompaña desde 1981 con tres películas que son parte de la historia de la mayoría de los cinéfilos y porque la cuarta le debe su fallida existencia a esa nostalgia. A pesar de la nostalgia y de cierta alegría vinculada con el hecho de sentarse frente a otra aventura del doctor Henry Jones tengo una opinión que pretende ser objetiva, aunque todos sabemos que la objetividad no existe.

Si bien la película en su presentación en el Festival de Cannes fue aplaudida por un ejército de snobs que simplemente por miedo a figurar como haters agitaban las manos sin entender si lo que vieron era bueno o malo, esta película está siendo atacada, tal vez de forma exagerada por una crítica pretenciosa. Fui al cine sin haber escuchado o leído a las críticas, esperando lo que uno siempre espera de este tipo de historias y en una primera impresión puedo decir que no me ha decepcionado. Es que la quinta película de Indiana Jones es una reformulación justa de este personaje ya que expone al personaje a los mismos inconvenientes a los que se ve expuesto siempre, pero esta vez de forma más lenta y con mucho más mal humor.

Indiana Jones 5 es una película en una época en la cual todos intentan innovar aburriendo, contando cuasi historias repetitivas y largas que no aportan nada y apuestan a lo seguro que es repetir la fórmula del éxito, pero sin la espalda de Spielberg y Lucas ¿eso es bueno, es malo? No sabría decirlo, pero al menos intentan mantener el status de clásico que obtuvo la franquicia. Indiana Jones 5 es una película de Indiana Jones y no intenta renegar de eso, desde que comienza hasta su final la película respeta sus propios canones impuestos hace más de cuarenta años.

Al parecer la apuesta de los productores es que Indy tenga una despedida un poco mas digna de lo que fue Indiana Jones and the Kingdom of the Cristal Skull (2008, Steven Spielberg) esta película está llena de referencias orientadas a los fans de la saga más que a los nuevos espectadores, lo cual es una apuesta valiente. Hay que tomar en cuenta que para los más jóvenes ver a Harrison Ford como protagonista absoluto no sea un atractivo especial pero la película en si logra divertir.

En esta película se nota la ausencia de Spielberg y eso es algo bueno porque al mismo director le costó estar al nivel que el mismo impuso en el pasado y tomando en cuenta el  fallido de The Fabelmans (Steven Spielberg, 2022) es bueno que haya dejado esta película a un director más joven, capaz de acoplarse a la narrativa de este tipo de historias pero al mismo tiempo capaz de imponerle su propio ritmo, James Mangold es consciente de que juega con los personajes de Spielberg y está a la  altura, pero no a la altura del Spielberg actual sino de aquel a quien le interesaba entretener al público y contar historias.

Mangold construye una buena historia que logra hacer olvidar a la anterior entrega pero no solo se debe destacar su trabajo la fotografía de Phedon Papamichael y la edición, vertiginosa de Andrew Buckland, Michael McCusker y Dirk Westervelt aportan a la construcción general sin robar el centro de la escena, siendo una herramienta de la narración y no lo único interesante de esta narración.  Estaría de más hablar de la música del maestro John Williams, pero sería irrespetuoso no mencionarlo, sobre todo porque siempre es emocionante y efectiva.

Mangold es capaz de mantener el ritmo durante casi dos horas y media de película en que si bien al final logra desinflarse un poco nunca deja de ser emocionante. Se podría decir que con media hora menos y algo menos de explosión habría logrado una película soberbia, pero no voy a juzgarlo por haberse entusiasmado con su juguete, lo que entrega está muy lejos de ser malo tanto como de ser pretenciosa y en una época de directores aburridos y pretenciosos se agradece la diversión, Mangold no entrega todo lo que esperamos de Indiana Jones los paisajes exóticos, las persecuciones, los puentes cuerda, las peleas en bares, el látigo y el sombrero.

Al comienzo de la película básicamente nos encontramos con el doctor Henry jones peleando con los nazis, sus clásicos enemigos, pero que esta vez están en retirada, quienes nuevamente lo arrastran a la búsqueda de un Mcguffin que es el eje de la historia. En esta ocasión el doctor está acompañado de su amigo Basil Shaw (que al igual que Indy se ocupa de apropiarse de tesoros que no les pertenecen con la excusa de rescatarlas para algún museo de algún país imperialista) quien se obsesiona con el dial de Arquímedes, elemento que mas de veinte años después es buscada por el Doctor Voller (Mads Mikkelsen) un Nazi que trabaja para el gobierno de EEUU, ya que este elemento puede ayudarlo a alterar el curso de la historia. Si bien la película es protagonizada por el doctor Jones quien mueve la trama es Helena (Phoebe Waller-Bridge), la hija de Shaw , quien resulta, inteligente, carismática y encantadora (el material ideal para hacer enojar a los odiadores de la inclusión, aunque no sea forzada y sea el motor de la trama)  quien no tiene fines tan ‘nobles’ como indiana. Las actuaciones de todo el elenco logra transmitir lo que buscan, sobre todo Mads Mikkelsen quien tal vez haya logrado crear al mejor villano de la saga. Vale destacar a Antonio Banderas quien en su breve papel brilla y transmite carisma.

Brevemente voy a hablar de los efectos visuales ya que no hace muy poco hemos visto una película de presupuesto similar en la cual recrear a un bebe o un perro se vuelven tareas titánicas e imposible que nos hacen pensar que estamos ante un juego de 2005, lo cual nos hace apreciar la presencia de un Harrison Ford de cuarenta años menos, gracias a la tecnología,  que en ningún momento nos hace ruido o molesta, pero no es solo ese detalle, es la construcción general de los efectos visuales lo que impacta y agrada. 

Uno se podría poner pretencioso y ver la repetición de la formula como algo negativo pero ya he dicho que eso me parece valiente e innovador. Indiana Jones y el dial del destino es una película que desde el primer momento es emocionante y divertida que logra trasladar a los fans a épocas más felices e inocentes, es también una película con fallas pero que están muy por debajo de los aciertos. James Mangold ha conseguido un resultado eficiente que gustará a quienes se sienten a verla y en una época de pretensiones y en la que aburrir está de moda es algo muy bueno. 

8 de 10

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